La manera en que se le otorga cobertura al problema laboral de los policías federales habla más de un espectáculo, preparado para la televisión especialmente, que de una protesta laboral.
Desde hace meses las denuncias se difundieron, de tal suerte que con esta insistencia se determinaba que eran sólo los mandos los que incurrían en faltas como la corrupción. Les quitaron viáticos, los dejaron sin bonos, y una serie de violaciones a los derechos laborales y a las prestaciones propias de su actividad que en este momento pudiera interpretarse la protesta como algo natural.
Sin embargo, la cobertura de los acontecimientos no deja duda de que se trata de una movilización preparada para la televisión, dentro y fuera de nuestro territorio. Las denuncias fueron sucediéndose una a otra a través de los mismos medios que ahora transmiten en vivo todos los detalles de la lucha laboral de los policías federales.
Se entrevistó hasta a las esposas de los policías a los que se les habían violado los derechos laborales, nunca hicieron lo mismo en las anomalías que suceden en el sindicato oficial de Pemex, donde el acoso a las mujeres es permanente y las amenazas se convierten en la manera de sostener en la cúpula a los de siempre. Ahí sí hay violación a los derechos humanos y laborales, pero nunca ninguna televisora los registró.
La difusión del problema de la Policía Federal tiene significados de mala intención y mensajes de guerra sucia. Nadie duda de la veracidad de las demandas, pero se duda mucho de la legitimidad del movimiento.
Es verdad que a los policías federales les quitaron todos los derechos laborales desde hace tiempo, pero también es cierto que se observa manipulación en los improvisados líderes, sus abogados defensores, sus voceros, oradores, etc.
Solicitar que el expresidente Calderón sea su representante sindical fue un efecto mediático que pudo también ser manipulado, pero que ante la oscuridad del verdadero origen de la cobertura de algunos medios todo parece lógico.
Ahora el movimiento se desmorona, se rompe con sus representantes, se reniega de los líderes, se desconoce a sus voceros. El caso es que cada exigencia laboral fue convertida en una consigna por las televisoras que supuestamente informan sobre la realidad que ellos inventan.
El hecho de que televisoras como Milenio le hayan dado voz e imagen a un expresidiario, que aún tiene órdenes de aprehensión por secuestro, como Ignacio Benavente, que tiene cuentas pendientes con la ley en varios estados de la República, no es una buena señal. No hubo declaración de este personaje que no registrara esa televisora como si se tratara de un auténtico líder de los trabajadores.
La imagen de uniformados protestando contra abusos laborales se convierte en un espectáculo que la derecha insiste en acercar a Venezuela, luego de que escenas similares se reprodujeron en los diferentes intentos de asonadas contra Maduro.
El esquema de difusión del problema de las televisoras privadas pareciera diseñado desde la dirección general de uno de los pocos diarios que tiene publicidad del gobierno federal. Retomaron un pedazo de verdad para magnificar un movimiento dentro de uno de los proyectos más importantes de este sexenio. De ahí que haya una serie de tergiversaciones con el objetivo de desgastar al actual gobierno.
Los policías federales cayeron en la trampa de los medios para tergiversar sus peticiones y, sobre todo, para utilizarlos como carne de cañón para desgastar al gobierno y para desarticular un movimiento que pudo ser consistente y unido, pero la división de sus integrantes es inminente. La exigencia de justicia de los policías federales sin haber agotado todas las instancias legales; no hubo nunca una demanda laboral en forma, ni una denuncia dentro de las instancias laborales, el conflicto se ventiló más en los medios que en los juzgados, lo cual deja mucho que desear.
En la intención de darle toda la cobertura para desatar uno de los proyectos más importantes de la actual administración pública, los medios electrónicos descuidaron el hecho de que al distraer a los policías la delincuencia pudo haber ocasionado daños mayores en la integridad de los ciudadanos, pero esto no les interesa a los medios electrónicos, pero eso sí, son los primeros en afirmar que la inseguridad aumenta de manera exponencial en el país.
Es muy lamentable que se hayan montado los manipuladores en una causa que pudo parecer justa, ahora sólo es parte de un espectáculo creado para que la televisión fuera el medio ideal para desgastar la imagen de la Cuarta Transformación. Ahora la pregunta que priva en la gente es saber si esos policías que se dejaron manipular van a defender a la población de la delincuencia. PEGA Y CORRE. – Mientras los legisladores panistas apoyan a los policías federales, ellos mismos realizan recortes dentro del grupo parlamentario de ese partido. Samuel Alcocer, director general administrativo del PAN en San Lázaro, firmó, en junio, un oficio en el que se informó a los distintos jefes de área y trabajadores en general que, a partir de ese mes, comenzarían las medidas de austeridad en la bancada…Esta columna se publica los lunes, miércoles viernes.
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