“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse así mismo.” – León Tolstoi.
Conocí a Cuitláhuac García Jiménez el día que ganó la elección a diputado federal en 2015, transmitíamos una emisión de En Contacto Electoral durante el mismo domingo de la jornada comicial https://www.youtube.com/watch?v=34sp-ZttZVg
El PREP comenzó a dar sus primeros datos, el resultado en el distrito de Xalapa era apabullante, la derrota del priismo y el comienzo de lo que a la postre sería la caída de Javier Duarte y la transición a nuevos gobiernos comenzaba a cocinarse.
El joven ingeniero, que aseguraba que con 20 mil pesos había realizado campaña sorprendido a propios y extraños, nos decía a Edgar Hernández y a un servidor sobre las acciones que emprendería desde San Lázaro a favor de los ciudadanos xalapeños en entrevista vía telefónica.
Tiempo después la historia la conocemos todos.
Hoy sentado en la silla embrujada de Palacio de Gobierno, pareciera que al actual gobernador las cosas no le van todas, consigo.
Envuelto en serios señalamientos de nepotismo, conflictos de interés, señalamientos de serias corruptelas en diversas áreas del Gobierno Estatal, los primeros siete meses de administración transitan en medio del descredito.
Atrapado en la soberbia, en la mentira descubierta, el gobernador consentido del presidente Andrés Manuel López Obrador camina más en un paralelismo con el ex gobernador Javier Duarte al final de su gobierno, que en el arranque esperanzador de una nueva administración.
El desempleo al tope, la economía estancada, la falta de inversión productiva en todos sus rubros, la obra pública empantanada, una altísima carga burocrática que hace más pesado el transitar gubernamental y la inacción de un gobierno que no cuenta con pies ni cabeza, son tan solo algunas de las incontables fallas de la presente administración.
Sumido en la soledad, el mandatario veracruzano gobierna como lo hiciera Duarte de Ochoa en los estertores de su fallido mandato allá por el efímero 2015 y 2016, a tuitazos, informando logros que solo él y su equipo más cercano alcanzar a visualizar.
Mientras tanto la población se cuestiona ¿de qué estado habla? El gobernador veracruzano.
La inseguridad principal reclamo social fuera de control, aun cuando pretendan informar con números del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que las cosas van mejorando.
Primer lugar en secuestro, primer lugar en feminicidio, es decir la primera entidad en el país en delitos de alto impacto. https://www.meganoticias.mx/index.php/veracruz/especiales/noticias/veracruz-primer-lugar-en-delitos-de-alto-impacto-27-06-2019/7323
Pero Cuitláhuac García se transforma, se trasmuta, aislado en la Casa Veracruz disfruta de las mieles del poder, ha encontrado en el hecho de que ser el Ejecutivo le da la autoridad para sentirse superior, absoluto, poderoso, incapaz de equivocarse y si se equivoca sigue mandando para volverse equivocar.
Solo y su alma pasa el fin de semana anterior, comiendo en un restaurante de Banderilla sin mayor compañía que las sillas vacías y la mirada atenta de una mesera que no le quedó de otra que atenderlo.
Los paralelismos que da la vida, lo que tanto juro combatir, hoy lo ha alcanzado, su comportamiento tras los señalamientos ya conocidos lo alejan evidentemente del dicho presidencial de hombre honesto.
La metamorfosis de Cuitláhuac es cada vez más evidente.
En este primer aniversario del triunfo obtenido en las urnas, las preguntas serían ¿Cuánto se parece señor Gobernador al Cuitláhuac García del 2015?, ¿Cuál alejado esta de lo que tanto juro cumplir?, ¿Ha hablado con la verdad?, ¿Errar es de humanos, de humanos recomponer el rumbo, estará dispuesto aceptar que se ha equivocado?
Al tiempo.
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