Primer año de miel

Jesús J. Castañeda Nevárez – jjcastaneda55@gmail.com

Es día 1 de julio de un año después; han transcurrido 365 días de sorpresa en sorpresa por los cambios y volantazos que están marcando el estilo inesperado de gobernar de un hombre que se preparó 18 años para ganar, pero no está quedando muy claro si también se preparó para gobernar.

Hace un año todas las voluntades se alinearon en un solo objetivo, aun cuando los motivos fueran diferentes y estuvieran más asociados al deseo de derrotar a quienes representaban un agravio histórico y también presente. Esos personajes tenían que caer para que se alzara uno que se volvió el beneficiario del coraje de millones y que sumados a sus propios simpatizantes lo convirtieron en un fenómeno electoral sin precedentes.

Arrancó entonces la luna de miel que transformó en felicidad todos los acontecimientos recientes y en festejo alegre todos los cambios y nuevas disposiciones; todo tenía una forma optimista de celebración.

Se bajaron los salarios, se quitó el Estado Mayor Presidencial, se cancelaron proyectos asociados a corrupción, se abrió al pueblo la Residencia Oficial de Los Pinos; cambios, cambios y más cambios de cosas; aplausos y más aplausos.

Pero como en todas las fiestas la parte no tan alegre ni tan feliz tiene que ver con el momento de hacer las cuentas y descubrir todos los detalles inesperados que representan que las cuentas se incrementan y se incrementan hasta volver la fiesta y la alegría en un trago amargo y el sueño en una pesadilla.

Las finanzas han comenzado a sufrir; la economía enfrenta hoy una parálisis y amenaza con una estanflación. La inversión pública sometida por un exceso de control bajo el concepto de “austeridad republicana” que ocasiona que los funcionarios estén empujando los escenarios hacia la disminución de costos como si éstos se pudieran modificar a voluntad y sin consecuencias.

Los programas de adquisiciones y obra pública sometidos a un plan de consolidación que busca bajar costos por el volumen sin considerar que de manera automática el gobierno se da un tiro en el pie al ignorar que en nuestro país el 99% de las unidades económicas se encuentra en el rango de las micro, pequeñas y medianas empresas, las cuales son generadoras de 7 de cada 10 empleos.

Las compras consolidadas automáticamente están destinadas al 1% de las empresas que por su poder económico son las únicas que podrán participar y que curiosamente también son las que menos impuestos pagan al fisco.

Esas acciones han puesto en el cadalso a miles de empresas llamadas Mipymes y al 70% del empleo nacional. Los trabajadores y sus familias han tenido que adoptar la “austeridad republicana” obligados por el desempleo o por la crisis económica, obligando a sus familias a comer menos veces y menores raciones.

Parece que pronto tendremos menos obesidad en nuestra población y los que ya eran flacos pronto serán cadáveres, ya sea por la mala alimentación o por el crecimiento desmedido de los eventos delictivos. Aplausos??

Nadie grita cuando el fuego está lejos, pero cuando se comienza a quemar su casa las cosas cambian y deja de sonreír y de aplaudir.

Que saludable será hacer una evaluación honesta y autocrítica de lo hasta hoy realizado y proyectado, como para poder hacer ajustes a tiempo.

Los automóviles tienen reversa y no como señal de fracaso sino como una opción para corregir y ajustar el rumbo. Porque se acerca el final de la luna de miel y pudiera iniciar la luna de hiel. Es mi pienso.

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