En espera de justicia

La fuente de ingresos más importante de un país es también la más vulnerable. Este es el caso de Petróleos Mexicanos, que lo mismo ha sido objeto de atracos desde la parte sindical como de la patronal, pero también desde los ductos y, además, por si fuera poco, desde sus puertos.

Los negocios ilícitos contra Pemex han sido muchos, otros más que no se han contabilizado porque siguen ocultos entre el paso del tiempo y la complicidad.

Pemex fue objeto de un saqueo por quienes carecen de escrúpulos para atentar contra la fuente de ingresos más importante del país.

Porque en este caso no sólo se actúa de manera ilícita contra el dinero que pertenece a los mexicanos, sino que se extraen recursos que pueden sacar al país de la pobreza en la que estuvo sumido por muchos años.

En este caso es doble el delito, y debe ser doble también el castigo. Sin embargo, los mexicanos ven con tristeza y decepción que la ley tarda en aplicarse como se espera. Y más aún contra quienes se espera se aplique rigurosamente.

Los integrantes del Consejo de Administración de Pemex son tan responsables como el exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, acusado de posibles daños al erario derivados de la compra de las plantas Agro Nitrogenados y Fertinal, según los lineamientos de la Ley que rige a la Empresa Productiva del Estado.

Así, en la baraja de nombres culpables de atentar contra Pemex, es decir, contra el futuro de los mexicanos están Pedro Joaquín Coldwell, ex Secretario de Energía; Rafael Pacchiano Alamán, entonces subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente; Cuauhtémoc Ochoa Fernández, ex subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente; María de Lourdes Melgar Palacios, ex subsecretaria de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía; Miguel Messmacher Linartas, ex subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda; y José Rogelio Garza Garza, César Emiliano Hernández Ochoa, Fernando Zendejas Reyes, así como Miguel Ángel Flores Ramírez y los otros consejeros independientes Alberto Tiburcio Celorio, Carlos Elizondo Mayer-Serra, Jorge José Borja Navarrete y Octavio Francisco Pastrana Pastrana.

Más otros muchos implicados en otros delitos que atentan contra el patrimonio de los mexicanos y que, al parecer, pagarán a un abogado que los libre de los delitos y que sólo tengan que pagar una multa con el dinero de los mexicanos.

Esto definitivamente no es un acto de justicia sino la simulación de una aparente legalidad que engaña con trampas legaloides, a la opinión pública.

Si esta situación es algo habitual en el país, entonces algo debe cambiar, algo debe transformar la Cuarta Transformación; porque los responsables del saqueo a Pemex merecen un castigo ejemplar y no una engañifa que deja a todos más indignados de lo que estaban.

Muchas veces lo que marca el cambio de una época histórica a otra es el encarcelamiento de buena parte de los anteriores funcionarios públicos; sin embargo, la transformación concreta no sucede o tarda mucho en suceder, como si hubiera la promesa de no actuar contra nadie, y sólo anunciar castigo no cubre siquiera la mitad de la expectativa creada alrededor de un cambio que implique sacrificios humanos como sucedía con nuestros ancestros.

Los cambios no pueden suceder sólo de palabra, y en este caso que el Poder Judicial es un ente independiente que debe demostrar que también es parte de la administración pública mexicana, que implica a millones de mexicanos que quieren justicia.

Pareciera que esa autonomía de los otros poderes les mueve a sabotearlos o a perjudicarlos ante la pasividad e indiferencia de sus miembros. El Poder Judicial es, en términos reales, el más separado y lejano a la población, lo es por muchos motivos empezando por el gran poder económico que poseen. Eso los hace ver no sólo alejados del pueblo sino como sus propios enemigos, y no castigar a los culpables con eficacia y puntualidad crea no sólo distancia sino enemistad. PEGA Y CORRE. – Nunca antes en la historia de México se le había dado tanto espacio en los medios de información a los expresidentes. Nunca los expresidentes habían creado un frente común contra el presidente en funciones y nunca antes los expresidentes habían sido tan repudiados como ahora. Sería muy bueno que se realizara una encuesta sobre la popularidad de los expresidentes para ver si así pueden tener conciencia de su propia realidad quienes lloran por lo que pudo haber sido y no fue…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

angelalvarop@hotmail.com

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