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TODO DEPENDE QUIEN HAGA LA HISTORIA.

by Luis Alberto Zavala Ramos

Tenemos conocimiento que la historia es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. De tal manera que para que pueda ser trasmitido dicho conocimiento debe ser escrito y quedar establecido la forma y modo en que sucedieron los acontecimientos.

La historia de un lugar determinado la construyen sus integrantes, y cada cultura establece sus propias formas de recordar estos hechos, tratando de conservarlos como sucesos dignos de memoria.

Pero al parecer en nuestro país y en muchas partes del mundo, quien hace la historia es quien tiene manera de pagar su versión, dirigida siempre por el grupo que busque su beneficio y sobre todo su buena imagen ante los demás.

No obstante que existen muy honorables historiadores, de ambos sexos, algunos hechos no llegan a transmitirse tan fidedignamente como debieran, pues existen fuentes que han dado la versión a su manera. Incluso llegan a adaptarse hechos falsos, pues desde tiempo inmemorial se ha hecho a modo de personajes que se les ha concedido importancia, como a presidentes, militares, sacerdotes etcétera, quienes por su posición política y económica imponen su versión.

En la actualidad, gracias a auténticos informadores, pero a la existencia de cámaras, grabaciones y videos,  se ha venido obtenido las verdades, como lo sucedido  a los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, alumnos que fueron asesinados por los soldados la madrugada del 19 de febrero del 2010, que hasta inventaron los militares que les habían hecho frente disparándoles, les sembraron armas, pero gracias a monitores de la Institución educativa, se supo la falsedad de la información militar, de lo contrario, solo quien llegó a conocer bien a los estudiantes y sabían de su calidad de personas, estarían en contra de la versión oficial, que serían acallados por la fuerza militar y del mismo gobierno a quien le interesaría tener incólume a nuestro glorioso ejército.

Lo sucedido en tanto disque retén militar, o de policías, que después haber terminado con la vida de varios, se comprueba por los sobrevivientes que fue una equivocación y se mataron a inocentes; la muerte de un médico prestigiado en Colima,  Mario Eduardo Robles Gil Bernal,  al que se le inventó que le hicieron alto los policías, y que al hacer supuestamente un  movimiento sospechoso, le dispararon, cuando en realidad se demostró que fueron a su casa y encapuchados le dispararon los tres policías, pero como no están preparados y tienen muy mala puntería, sólo uno de los policías acertó ocasionándole  la muerte. Se llegó a saber la verdad por ser el médico fallecido esposo de la prima del gobernador, pero si hubiera sido cualquier persona común y corriente, podría ser que hasta se le hubieran endilgado miles de delitos, y así se quitarían de problemas y de investigaciones.

Así está plagada de falsedades nuestra historia, y la seguimos padeciendo cotidianamente. Estoy seguro que, más de cien de los que habitamos en esta ciudad, nos han hecho acusaciones falsas para cobrarnos infracciones que no nos corresponden cuando vamos a renovar placas o licencias, aunque reconozco que en la actualidad esa farsa ya pasó a la historia.

Algo que siempre inventan es, que la autoridad recibió insultos; que circulaban   a exceso de velocidad. Aunque ahora, ya mejor se ponen los letreros de máxima velocidad 40 Kms. por hora, la que obviamente nadie respeta, pero faculta al policía a infraccionar, amenazar y sacar la mordida.

Muy sospechoso también resultan los suicidios en los Separos policiacos y en los Centros de Readaptación Sociales. Y así como son falsas muchísimas denuncias, así también, las confesiones que se obtienen a punta de torturas, que son tan cruentas y brutales, que llegan a confesar que le quemaron los pies a Cuauhtémoc.  Muchos han llegado a sufrir condenas siendo inocentes, pues ante la consigna de encontrar un culpable, mediante la tortura arrancan confesiones de indefensos carentes de educación y dinero, y ya habiendo confesado, hasta la misma sociedad los condena, no obstante, su inocencia.

De estos inocentes están plagadas las cárceles, quienes al haber sido falsamente acusados y condenados por un delito que no cometieron, su objetivo al salir de prisión, y una vez ya adiestrados en la escuela de la delincuencia y quizás asociados al crimen organizado, que se manipula dentro de esos lugares, su meta es salir y obtener venganza, ante cualquiera, no obstante, también se trate de algún inocente.

Por cuanto a quienes disfrazan todas estas versiones, autoridades o policías que se encapuchan para introducirse a domicilios particulares, habilitados para cometer todo tipo  extorsiones, violaciones  y demás transgresiones, quienes falsamente acusan a diestra y siniestra, y sobre todo a gente que conocen y saben que no podrán defenderse, son los que han estado induciendo a que exista el odio, la agresión, el delito y todo  crimen organizado, logrando un miembro más para su mafia de maleantes, en aquel sujeto que sufrió la extorsión, los atropellos y la violación de sus derechos, quien desbordado de odio, rencor, resentimiento y deseo de venganza, su único deseo es el de delinquir.

Desconozco de quien sea la frase, pero es propia de esta narración: “La historia la hace en la contienda de la vida el que vence. La historia de los vencidos está a la espera de su publicación”

 

 

 

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