El próximo domingo se celebra en nuestro país el Día del Padre y aunque no tiene tanta popularidad como el día de la madre, que incluso la mayoría de las escuelas de primera enseñanza no organizan festivales ni manualidades para que los niños celebren a sus papás, se supone que poco más del 50% de los hogares mexicanos, celebran ese día de diversas maneras.
En principio es una celebración antigua europea en la tradición católica, dedicando el 19 de marzo, día de San José, para celebrar a los papás, sin embargo es en Estados Unidos de Norte América donde se instituye un día oficial para la celebración, siendo adoptada por Francia, Reino Unido y la mayoría de los países Iberoamericanos, dejando atrás la connotación religiosa. En 1909, una joven norteamericana, Sonora Louise Smart Dodd, solicita dedicar un día para festejar a los padres, en recuerdo del propio, quien sólo, educó a ella y cuatro hermanos y eligiendo junio por ser el mes del cumpleaños de su papá, celebrándose por primera vez el día en Spokane Washington el 19 de junio de 1910, extendiéndose la festividad y haciéndose oficial en toda la Unión americana en 1957, aunque es hasta 1966 en que el presidente Lyndon B. Johnson, declara oficial el tercer domingo de junio como Día del Padre.
En México y otros países, se adoptó la fecha dominical en 1950, en principio porque en domingo la mayoría de los padres están de asueto, haciéndose una celebración familiar, aunque después y al igual que el día de la madre, se comercializó, haciéndose una fiesta de consumo.
Independientemente de lo que los comerciantes quieran vender para esa fecha, muchos padres mexicanos merecen ser festejados, otros recordados y enaltecidos por su extraordinaria labor como directriz y sostén de una familia y por la educación, guía, consejo y valores ofrecidos a sus hijos, hasta hacerlos, con sus enseñanzas y amor, hombres y mujeres de bien, productivos y progresistas.
Cómo no recordar en ese día a mi guía, confidente, amigo, maestro y amoroso padre, quien no sólo me dio las bases y los principios fundamentales para pasar una niñez feliz, una adolescencia equilibrada y finalmente una adultez honrada y productiva, con quien compartí miles de aventuras, experiencia y descubrimientos de la vida y de mí mismo, siempre en un marco de disciplina y cumplimiento de normas. También recordar a mi suegro, un hombre cabal, cumplido, honrado y amoroso que inculcara con su ejemplo las normas de la vida en sus hijos y como ellos, a mis tíos y tantos otros padres hechos a la antigua, que dieron los hijos que han hecho progresar a nuestro país.
Así que este domingo y siempre recordemos a nuestros padres, festéjenlos quienes tienen la dicha de aun tenerlos, reconozcamos su labor, respetémoslos y demuéstrenle su cariño y gratitud por siempre. Felicidades papá y felicidades hijo que también eres papá.