Inicio ColumnasEditorial “ESPERANZAS FALLIDAS”

“ESPERANZAS FALLIDAS”

by Carlos A. Bravo Matus

El pasado fin de semana se presentaron miles de jóvenes bachilleres, aspirantes a ingresar a la Universidad Veracruzana en algunas de las diversas carreras que oferta la institución en sus cinco sedes a lo largo del estado.

Paralelamente muchos miles más están presentando examen de admisión en las diversas universidades públicas del país, incluidos la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional. De esos miles, serán pocos los que logren ingresar a las aulas universitarias y en nuestro estado, menos de un tercio de aspirantes, logrará un lugar en las diversas facultades universitarias.

Cada año, el número de aspirantes es creciente y la capacidad de la Universidad no ha crecido al ritmo de la demanda, además de que crecer para dar cabida a más de treinta mil aspirantes no sólo resulta imposible sin contar que el presupuesto requerido y la infraestructura serían enormes y por el momento no sólo no existe la infraestructura sino que el presupuesto con el que cuenta la Universidad es muy corto. Por otro lado recordemos que las cuotas que cada alumno paga para continuar sus estudios, resulta meramente simbólico comparado con lo que en cada uno invierte la institución, de tal suerte que es mínimo si no es que casi nulo lo que se recupera económicamente cada semestre para cubrir los insumos, sueldos de maestros, personal administrativo, de aseo, papelería y demás necesidades para poder ofrecer enseñanza de calidad.

Por otra parte desde siempre, se le ha hecho creer a la población y en particular a los jóvenes, que cualquiera puede ser profesionista universitario de manera gratuita, cuando en la realidad no hay en todo el país, aulas para cumplir sus aspiraciones y lo peor es que los que lo logran, se enfrentan al final de cinco o seis años de estudio, con la dura realidad de que las oportunidades de trabajo son muy escasas, algunas con sueldos muy raquíticos y algunas empresas incluso se dan el lujo de ofertar empleos condicionando la oferta para egresados de X o Y universidades o tecnológicos y rechazando a egresados de las que no están en la lista.

Por otra parte no hay una verdadera educación vocacional que oriente a los jóvenes sobre las necesidades reales de las profesiones que requiere el país, siendo que lo que hoy día más necesita son técnicos en diversas áreas, profesionistas en áreas digitales, cibernéticas, informáticas, de telecomunicación, petrolera e industrial entre otras y menos médicos, abogados, administrativos, arquitectos y demás carreras saturadas y más solicitadas.

La oportunidad de estudiar en universidades privadas es una opción, que aunque ofrecen muy buena calidad algunas, no están al alcance de la mayoría de los aspirantes que serán rechazados con lo que los sueños y esperanzas de los jóvenes y sus familias nuevamente se verán frustradas y más si durante los estudios previos no se prepararon a fondo y tampoco pensaron en otras opciones para continuar y salir adelante en otra actividad honesta y productiva.

también te podría interesar