Formalmente nueve (en los hechos diez) meses después, el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió su palabra y su ofrecimiento con el senador por Veracruz con licencia –a partir de este lunes– Ricardo Ahued Bardahuil.
Desde el viernes empezó a correr la versión de lo que el sábado él mismo confirmó: que había aceptado la invitación presidencial para convertirse en el nuevo administrador general de Aduanas del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Si un elemento tomó en cuenta el tabasqueño para darle la nueva y grande responsabilidad, entre varios que concurren en su persona, es que lo considera un hombre de resultados.
Previo a que entrara en funciones como senador de la república, en agosto de 2018 López Obrador, ya como presidente electo, se reunió con el exalcalde de Xalapa y le adelantó que posiblemente estaría poco tiempo en el Congreso federal porque pensaba invitarlo a formar parte de su equipo una vez que asumiera la presidencia.
Originalmente estaba enfilado para ser subsecretario de Economía. Llegado el momento de los nombramientos no hubo cargo para él, pero se dedicó de tiempo completo a cumplir como legislador de la Cámara alta y a atender y ser gestor de los veracruzanos como ningún otro, siempre de la forma más discreta posible.
Marcha a trancos
El suyo ha sido un ascenso político y ahora administrativo acelerado dentro de Morena si se toma en cuenta que apenas hace 21 meses, el 3 de septiembre de 2017, se adhirió a la causa de AMLO al firmar el Acuerdo de Unidad, Prosperidad y el Renacimiento de México en un acto celebrado en el Monumento a la Revolución de la capital del país.
Una semana antes, la tarde del sábado 26 de agosto de aquel año, platiqué con él. Me dio su argumento, contundente, que lo orillaba a sumarse a la causa de Andrés Manuel López Obrador para que llegara a la presidencia.
Me dijo que había quienes decían temer que con AMLO México se convirtiera en otra Venezuela, que cayera en el “chavismo”. Sacó a colación entonces que en el último trimestre de 2016 los ingresos de 49 millones de mexicanos no les habían alcanzado para comprar la canasta básica alimentaria.
“Si no lo vemos como cosa seria, si permitimos que sigan prevaleciendo sólo los intereses de algunos para beneficiarse a través de un partido, no veremos por el resto de la población”. Dijo que no había que temer a que ello ocurriera. “En lo personal, el único temor que tengo es que las cosas sigan igual”.
A su juicio, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) era la última oportunidad, “la última llamada que tenemos” para intentar el cambio que necesitaba el país.
Invitado por la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky a sumarse a la causa de Morena, tres meses después el 11 de diciembre de ese mismo año se registró como precandidato a senador por ese partido. En la elección de julio de 2018 él y Rocío Nahle, la otra candidata al Senado, obtuvieron una votación histórica: un millón 820 mil votos, 153 mil más que el propio candidato a la gubernatura Cuitláhuac García.
Previamente, en 2005, como candidato del PRI a presidente municipal de la capital del Estado, triunfó también con una votación histórica: más de 70 mil votos. Bajo esas siglas ganó las elecciones como candidato a diputado local y federal.
En realidad él nunca había sido militante del tricolor pero en 2005, animado por un grupo de amigos xalapeños que deseaban un cambio en la alcaldía de Xalapa, que hasta entonces había estado dominada por políticos tradicionales y casi los mismos de siempre, no sin oponer resistencia por fin decidió participar con un éxito inesperado.
Rechazó cargos a dos gobernadores
Luego de un gran desempeño como presidente municipal, el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán decidió invitarlo a su gobierno como titular de la Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV), pero no aceptó, en congruencia con su actitud personal de no ser un chambista de la política.
En 2016, antes de sumarse a la causa de López Obrador, ya como gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares lo invitó a sumarse a su gobierno. Durante una comida en la casa del también empresario xalapeño le ofreció darle el cargo que quisiera. Tampoco le aceptó.
En una plática que tuve con él aquel 26 de agosto de 2017, me confirmó lo de aquella invitación. Le dijo entonces que no creía ser útil para sumarse a su proyecto. “Yo le dije que no era lo que tenía entre mis planes de vida. Fue la primera vez que un gobernador electo me buscó para un cargo importante”.
Como candidato al Senado, él y Rocío Nahle decidieron dividirse la campaña. Él recorrería una parte del Estado y ella otra. No allegado entonces a López Obrador, a este, ya como candidato a la presidencia, en los mítines que encabezaba en Veracruz le llamaba la atención que la gente preguntaba por Ricardo. Un día preguntó intrigado: “¿Quién es Ahued, que todos preguntan por él?”. De inmediato le informaron y dio instrucciones entonces que a partir de ese momento lo invitaran y lo acompañara en todos sus recorridos.
Así se hizo. Lo puso bajo su lupa. Le confió encargos que cumplió en tiempo y en forma, además siempre con resultados positivos. Este lunes fructifica el resultado de su trabajo. López Obrador gana un excelente colaborador aunque Veracruz pierde a su mejor senador, al mejor gestor que tenían los veracruzanos.
Poseedor de un gran sentido social
Como diputado local (2013-2016) y federal veracruzano (2009-2012) ha sido el único que ha donado íntegramente su dieta (sueldo) para apoyar causas sociales, aunque nunca lo publicitó: a estudiantes de escasos recursos con útiles escolares, pagando viajes educativos, comprando medicamentos para personas en pobreza, atendiendo necesidades de personas de la tercera edad e impulsando a jóvenes para que puedan continuar sus estudios. Apenas el 18 de mayo pasado recibió a Kevin Alexis López Vásquez, a quien calificó como a un excolaborador suyo (no como a un exempleado) en Casa Ahued, ya titulado como abogado.
También se recuerda que cuando se aprobó aquel polémico paquete fiscal para el año 2010, solo él de los diputados federales priistas veracruzanos de entonces votó en contra de que se aprobara el incremento del IVA del 15 al 16 por ciento. El resto de sus compañeros, encabezados en ese entonces por Javier Duarte de Ochoa, quienes en sus campañas habían dicho que se opondrían, faltaron a su palabra y compromiso con los veracruzanos y votaron a favor. Fue el único congruente que cumplió su palabra con los electores.
Recientemente, apenas el 23 de abril pasado, anteponiendo el interés de los veracruzanos a cualquier otro, denunció en el Senado que en el gabinete del gobierno de AMLO, no obstante su condición de senador, lo trataban con desprecio cuando les llamaba para buscar una reunión de urgencia sobre el tema de seguridad. “No hay quien nos conteste”.
Dirigiéndose a todos los senadores, les dijo que si los invitaba a Coatzacoalcos, “y hablo por los veracruzanos que votaron por mi, están aterrorizados. Si van al norte, también. Eso no lo vamos a ocultar”. Y reprochó el escenario de disputas políticas en el Estado.
Se pone en posición de avanzar a la antesala
Para utilizar el lenguaje del deporte favorito del presidente, el beisbol, se puede decir que con la posición de senador estaba embasado ya en primera, y que ahora con su nombramiento avanza a la segunda base. Si tiene éxito en un cargo donde impera la corrupción y con un alto riesgo en su seguridad personal por los intereses que se pueden ver afectados, puede llegar hasta la llamada antesala por los cronistas deportivos, la tercera base. De ahí al home para anotar la carrera, que puede ser la de la victoria, la del triunfo, hay muy poco trecho: apenas 90 pies, casi 27 metros y medio. Va ya, pues, a la mitad de los senderos (otra vez como dicen los cronistas de beisbol). Y desde la tribuna le echan porras neomorenos, morenos, priistas, verdes y hasta panistas.
Empiezan los cambios
Ante la licencia de Ricardo Ahued como senador entra en su relevo su suplente Ernesto Pérez Astorga, quien por lo mismo dejará la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario.
Atrás de él podría anunciarse la salida también del subsecretario de Egresos de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Pável Pazos Rincón, así como la de la directora general del DIF Estatal Veracruz, Verónica Aguilera Tapia.