Para Doña Emma en sus 89 primaveras
…Y digo primaveras porque estamos en primavera. La abuela de mis hijas nació en la estación del reverdecer de las plantas, del inicio del ciclo de la vida, la fecha de inicio de proyectos; del “cada vez una nueva oportunidad”, como lo hace la naturaleza. Doña Emma hoy goza de salud excelente, de contento y de una alegría contagiosa porque celebra la vida, al igual que las flores. Su vida ha sido generosa, en lo familiar y en su trayectoria laboral donde trabajó con niños, siempre con una gran dulzura. Alguna vez, un presidente de la república le entregó un diploma por su desempeño y puntualidad. La han distinguido su elegancia, buen gusto, buenas maneras, discreción, respeto a los demás, bondad y un carácter alegre que contagia.
Rumbo a su casa voy admirando los árboles, las magníficas araucarias, las hayas; las plantas llenas de energía, presumiendo su vigor y el color de sus flores y observo con marcado interés los arbustos cuajados de Copas de Oro, rebosantes de un amarillo que les justifica el nombre. Es natural que me alegre ver su gran propagación pues las he disfrutado desde pequeña, en los jardines de casa de mi natal Veracruz y en los parques y en los arriates de las banquetas de Xalapa. El arbusto de casa era más bien pequeño, tal vez de dos metros de alto y recuerdo que mis hermanas y yo levantábamos las flores que ya habían caído y les desprendíamos los pétalos, los colocábamos en nuestra mano por encima del puño cerrado y las “tronábamos”. Ese era el chiste que, para nuestra tierna edad, era muy divertido…
La Copa de Oro es ampliamente cultivada y está diseminada y naturalizada casi en todas las zonas tropicales del mundo. Se le conoce también como Jazmín de Cuba, de un aroma delicado que desprende por las noches y, ciertamente, la forma de la flor le ha valido los nombres de Trompeta de Oro o Trompeta Dorada. Su nombre científico es Allamanda cathartica, pero en algunos lugares se le llama simplemente Alamanda. El arbusto puede alcanzar varios metros de altura y, como enredadera, sus bejucos crecen lo suficiente para que sus ramas se acomoden en los muros, en los enrejados y en toda superficie que le permita trepar para dejar caer su cauda de esplendorosas flores amarillo brillante.
Su crecimiento es rápido, el cual se favorece en suelos ricos de materia orgánica y buen drenaje y, aunque puede adaptarse a diversos climas, prefiere los tropicales y que no le dé mucho la sombra. Requiere de uno a tres riegos por semana en época de calor pero en invierno debe reducirse. Asimismo, es conveniente proporcionarle nutrientes a través de abono cada dos semanas y no abusar de él para que no produzca más follaje que flores. Como cultivo ornamental, debe fortalecerse con la poda para formar atractivos setos, pero en el invierno también la poda debe reducirse. Todos estos cuidados favorecen su salud y atractiva presencia, me dice Richard, mi jardinero de cabecera.
Le cuento que esta Trompeta de Oro tiene propiedades medicinales, es vomitivo y purgante. El extracto de sus raíces ayuda a bajar la presión arterial y su jugo ayuda a la cicatrización de heridas en la piel. Sin embargo, también provoca reacciones adversas como irritación en la piel y en los ojos, náuseas, vómito y otros.
La reproducción de la Copa de Oro se da por esqueje y le favorece mucho que se le proporcione un buen sustrato. Con esta planta perenne que crece todo el año y requiere cuidados mínimos, puede usted embellecer su jardín, balcón o el arriate de su banqueta. Yo, ya me convencí: haré lo propio y después le platico…xalapaflorida@hotmail.com