CLASIFICACIÓN DEL EMPLEADO.

Los empleados pueden ser privados, cuando establecen una relación laboral con una empresa o con un particular, a estos se les puede escoger constatando el mejor perfil. Se conoce como empleados públicos, cuando ejercen funciones dentro de la administración pública, a quienes se les ha llamado también “Burócratas” y que, definiendo a dicho trabajador, con toda certeza se puede decir que: “Burócrata, es el sujeto que le busca mil problemas a una solución.”

Estos últimos, llegan al cargo por lo regular debido a su astucia, las recomendaciones y los compromisos, pero casi nunca por sus méritos.

Cuando recurrimos a los burócratas en su trabajo, siempre nos dan miles de pretextos, pero nunca nos resuelven. Mientras más tiempo tenga laborando, más burócratas aún, quienes van formando sus “cuadros” para seguir su ejemplo y poder sacar el mayor provecho de su “labor”.

Me comenta un cliente que, al recibir un acta de registro civil, atisbó un error en su escritura, mismo que de inmediato hizo notar a la persona que le atendió, quien le respondió que efectivamente, existía ese error mismo que se salvaría, pero que, por causas del trabajo de la oficina, la corrección tardaría mes y medio aproximadamente, pero que sí tenía prisa, con 600 pesos, se lo arreglaban de inmediato. Mi cliente, a quien no le urgía, accedió a regresar dentro del término que le fue señalado. Pero a su regreso, de nueva cuenta le manifestaron que, debido al cúmulo de trabajo, no les había sido posible corregir el error cometido por la oficina, pero que, si quería, en ese momento estaba ahí el Oficial, quien le podría firmar la corrección, pero que pagara los 600 pesos.

A decir de mi cliente, esto hace suponer que el error es completamente premeditado, precisamente para la obtención de los 600 pesos.

En esta época de semana santa, si usted se dio cuenta, los policías viales de nuestra ciudad hicieron su agosto, pues a los coches con placas de otros Estados, los detenían en bola, como viles montoneros, quienes ante nuestras confusas calles, en ocasiones cometían alguna falta, y ya detenidos los vehículos que nos visitaban, los extorsionaban como es su cotidiana costumbre, señalándoles infracciones que, posiblemente ni habían cometido, pero que, ante la multitud de cobardes, que solamente en bola hacen efectivas sus mordidas, y ante la amenaza de quitarles placas, licencia o tarjeta de circulación, a sabiendas lo difícil que para ellos es volver a nuestra ciudad a recuperar lo que alevosamente les quitan, a cada conductor de vehículo le bajaban mínimo 200 pesos.

Pero la habilidad de los policías no es nada más de buscar a quien esquilmar, sino el protegerse de los peligros en los que se pudieran encontrar, pues eran vistos vehículos sin placas y con vidrios totalmente polarizados, llenos de individuos mal encarados, a quienes la luz roja de los semáforos no les importaba, pero ellos, nuestros valerosos policías no los veían, y nunca se dieron cuenta de las violaciones por ellos cometidas.

Por cierto, no hay día que no me ría plenamente al ver multitud de coches con vidrios totalmente polarizados, por supuesto la risa es causada al recordar la declaración realizada por el jefe de la Policía, en el sentido de que,infraccionarían a todos los vehículos que circularan con vidrios polarizados.

Desgraciadamente, un empleado o trabajador, contamina por lo regular a los demás, por tal motivo es preciso, en la iniciativa privada, emplear a quien tenga el mejor perfil para el cargo, pero, aun así, es posible realizar una clasificación de los trabajadores, encontrando los siguientes:

Existe EL EFICIENTE, quien, por ser bien organizado y metódico, su trabajo es fino e irreprochable.

El LISTO, quien busca la manera de dar a conocer todos los actos positivos de su   trabajo, aunque también, sacar el mejor provecho de él.

El SERVICIAL, quien, ante las cargas inesperadas de trabajo, siempre está dispuesto y es feliz sirviendo y sintiéndose útil.

El SOCIAL, es el simpático y el apreciado por sus comentarios accesibles y afables, pero que platica más que lo que debe cumplir en su trabajo.

El FLOJO o el MEZQUINO, poco metódicos, olvidadizos, quienes por su falta de organización en ocasiones trabajan el doble. Existe una frase popular que señala: “el flojo y el mezquino, hace dos veces el camino”

El QUE LE TAPA EL OJO AL MACHO, (Esta expresión es usada por los arrieros, que les cubren los ojos a las mulas para que no se espanten mientras las cargan. Y en sentido figurado para indicar algo engañoso o disimulado), el que busca engañar disimulando los errores que comete.

El EGOÍSTA, son los que no pueden ver ojos en otra cara, desean lo mejor para ellos y siempre consideran que todo merecen.

El INTRIGANTE, el que se la pasa sembrando confabulaciones entre los demás, inventando chismes para dividir y busca sacar provecho de sus malas acciones.

El TÓXICO, el que hace sentir mal a todos los que tienen relación con él, pues reúne todos los antivalores, quienes en cualquier lugar provocan los retrasos del crecimiento de empresas y contamina de un malestar vertiginoso a todos. 

La falta de productividad indudablemente es la mala calidad del trabajador, pero si a esto le agregamos la insatisfacción del empleado, a quien no le gusta su trabajo o lo hace por tener la necesidad de un salario, o bien se siente insatisfecho por el poco jornal que percibe, aún puede agravarse la mala calidad de su labor. 

Las MALAS RACHAS, se suele llamarle así, cuando se presentan los problemas personales, que por tener la mente clavada en el mal que de momento se experimenta, se hace menos eficaz en su   trabajo.

A todos estos, es preciso agregar EL VALEMADRISTA, que es la persona que lo que menos sabe es servir, pero busca chambear de cualquier cosa, por lo regular en el gobierno o como catedrático toma clases, que no puede enseñar porque no sabe nada, quien hará sus búsquedas y tratará de vivir del gobierno y de los demás, para lograr en forma súbitas alguna jubilación y todo le vale madre. 

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