Joel Arellano: la mano negra del alcalde

* Acusan al vocero de acoso laboral  * Fotógrafa lleva el caso a Derechos Humanos  * Le rasuraba el salario  * Los portales fantasma  * Abuchean al Peje y se enchila  * Carcajada mundial por disculpa pedida a España  * Corre Fernando, corre… en Nueva York  * Y la violencia al máximo  * Alcalde de Coatza, pillado en soborno  * Sainete en el Trocadero

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

27 de marzo de 2019

Con dinero ajeno, “Mano Negra”, mano sucia, compra silencios y renta aplausos, sometiendo a un gremio infame que calla ante el abuso y la corrupción, altivo hasta increpar, perverso hasta enlodar. Así es Joel Arellano y hoy enfrenta acusaciones de fraude, acoso laboral, cobro de moches, abuso de autoridad.

Un día lo denuncian por adquirir un vehículo deportivo, Eclipse, y no pagarlo ni devolverlo.

Otro, lo implican con el Cártel de Quetzalcóatl, operando la red de páginas fantasma en internet para desacreditar a los críticos del presidente municipal de Coatzacoalcos.

Uno más, cuando la fotógrafa oficial le retrata el alma y la ambición: la insulta, le rasura el salario, amaga con despedirla.

Vocero sin gracia, acumula más pecados que el alcalde, Víctor Manuel Carranza, al que debe cuidar.

Ni en los tiempos de Eugenio Hernández Velasco, que reventó cuando aquí le hallamos correos electrónicos en que expresaba su gusto por la hierba verde y el polvo blanco, ni cuando Basilio Velasco, distraído con una edecán de nombre Karen que en los días del marcelismo causaba furor, se veía algo así en Comunicación Social.

Joel es peor.

Le acusa una reportera gráfica, Rosa Judith Marcelo Gallegos, adscrita al departamento de Prensa, por hostigamiento, maltrato y el cobro de moches para no cesarla.

Su queja yace en la Comisión Estatal de Derechos Humanos bajo el número de investigación COAT-0150/2019, de fecha 19 de marzo de 2019, sustentando a detalle el robo de la mitad de su salario y el maltrato laboral.

Judith Marcelo ingresó a esa área y percibe salario de 7 mil pesos quincenales. De ellos, según refieren las reseñas periodísticas, debía entregar 3 mil 500 a Joel Arellano. Era la condición para continuar en la nómina municipal.

Así varios meses. Así la ordeña. Y luego lo bateó.

Pasó entonces a la fase de presión. Palabras altisonantes, maltrato, órdenes descabelladas, exigencias de gran señor. Un día Judith Marcelo debió trabajar hasta las 6 de la mañana. Había que confeccionar el miserable primer informe del alcalde Carranza.

Sustenta la queja ante Derechos Humanos la versión de compañeros de trabajo, testigos del moche, del hostigamiento, del acoso que sufría Judith.

Procaz como es, Joel Arellano salpicaba el lenguaje con insultos y bajezas, la Cuarta Corrientez. En ocasiones, según la versión difundida en prensa, “la empujaba y le arrebataba la cámara”.

Sobre Judith Marcelo Gallegos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos se centra hoy la atención de reporteros y columnistas, medios y portales que viven y confrontan las trapacerías del vocero del alcalde, sus tretas para enlodar al que discrepa, embustes para justificar las pifias del edil.

Ligado a Rocío Nahle García, de quien fuera enlace de prensa en la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados, cuando ella la coordinaba, Joel Arellano llega precedido de fama infame.

Siendo vocero en el área de Seguridad del gobierno de Michoacán, luego en la Procuraduría de aquella entidad, le llovieron quejas por apretar a sus subordinados como lo hace con Judith Marcelo Gallegos, además de conformar un grupo de agentes ministeriales para cometer fechorías.

Y así lo compró Rocío Nahle.

De Morena en la Cámara pasó a Comunicación Social del ayuntamiento de Coatzacoalcos, relevando a Roberto Pérez López, quien resultó una nulidad por sus vicios, degradado de director a subdirector, luego enviado de palabra a cubrir la Dirección de Ingresos cuando al titular Elías Omri Gutiérrez Gordillo, lo levantó un grupo armado y aunque volvió con vida, mejor se abrió.

Joel Arellano sólo vegeta. Con nada reconstruye la imagen erosionada del alcalde. Ni cuando maniobra en las entrevistas de banqueta, usando a reporteros a modo para atajar preguntas incómodas, metiendo temas intrascendentes, ni cuando queda pasmado ante los yerros de Carranza, sus abusos, su atropello a la ley.

A cada crítica, sean las quejas de la síndica del ayuntamiento, Yazmín Martínez Irigoyen, el acta de cabildo falsa, los derechos burlados a las ligas de futbol, el despido de personal con tal de desmantelar al sindicato de empleados municipales, el caos en la recolección de basura, la violencia que cimbra a Coatzacoalcos, la respuesta es el silencio. Y la ineptitud. O el ataque.

Lanza Yazmín Martínez carta abierta, dirigida al presidente López Obrador, al gobernador Cuitláhuac García, a la lideresa de Morena, Yeidckol Polenvsky, advirtiendo amenazas, intento de echarla del partido, implicarla con malosos en la autoría de mantas, audios y textos con dedicatoria al alcalde, y expresa que si algo le ocurre, son Carranza y su banda los culpables. Y la respuesta es la descalificación.

Por Joel hablan las hordas pejistas, empleados y no empleados municipales, unos cobrando en la nómina, justificando las pifias del alcalde, agrediendo, insultando, algo que para organismos como Artículo 19 y Reporteros Sin Fronteras es acoso a la libertad de expresión.

Proliferan con Joel los portales fantasma, uno atribuido a la regidora de Morena, Eusebia Cortés, de poca educación y lenguaje vulgar, sobre quien pesan acusaciones de taxistas por amenazas.

No hay respuesta oficial. “Mano negra” calla. Nada dice Joel Arellano de las imputaciones de corrupción y abuso cometidos por Carranza y sus secuaces.

Joel calla y la respuesta son los ataques desde portales de los que nadie se hace responsable, el Cártel de Quetzalcóatl, de Mariano y Quintanilla, Antonio y Mauricio, manejados por cobardes que lanzan lodo, usando el anonimato en defensa del presidente municipal. Así opera la Cuarta Transformación, sin moral.

¿Quién mueve los ataques en las redes? ¿Joel Arellano, Rafael Olaf, Ángel Echavarría, secretarios del alcalde? Hay un hacker que ya cantó. 

También Rocío Nahle actúa así. Por la secretaria de Energía responden sus grupos de fans. Y ella les da cuerda.

Joel Arellano es un inútil profesional.

Por sus dominios pasa el sí o el no, las facturas de medios de comunicación que a diario, 24/7, semana con semana y mes con mes, le aplauden al presidente municipal, o lo justifican, o guardan silencio, o intentan revertir el desastre carrancista con diatribas y argumentos de efecto fallido.

Su partida presupuestal, la partida de Comunicación Social, es un auténtico basurero, desecho puro. Joel Alejandro Arellano Torres dilapidó 50 millones de pesos en promedio, en 2018, y la imagen del alcalde se equipara a la de un enfermo en grado terminal.

Sus “clientes” se dispersan en los medios del Clan de la Succión, la familia Robles Barajas, dueños de Diario del Istmo, Imagen de Veracruz, Imagen del Golfo y revista Llave; Coatza Digital, hoy propiedad de integrantes de la familia Quintanilla Hayek, con compadrazgo con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, artífice de la imposición de Víctor Carranza; TV Azteca, Telever, estaciones de radio, portales afines al morenismo, portales tránsfugas del PRI y otros gérmenes parlanchines e infecciosos que pululan en la aldea global.

Un derroche y un desperdicio. Son convenios de publicidad para difundir una obra sin mayor interés, acciones de las que nadie recuerda algo, proyectos sin futuro, alardes de combate a la corrupción, la esperanza que se extinguió antes de iniciar. Y al final nada se fija en la mente de los gobernados.

“Mano negra” quema 4 millones o más al mes, y Carranza sigue igual. Le vacían insultos, lo agravian, protagoniza memes y burletas, le demandan irse, dejar de lucrar, dejar de engañar. Vive en el infierno de las redes sociales. Y Joel lo deja morir.

A Carranza lo tildan de inepto; a Joel Arellano, de pillo y perverso.

Y de robarle el salario a Judith.

Archivo muerto

Segundo strike para Andrés Manuel. Abucheado, vituperado, escucha los “fuera, fuera” en el estadio de los Diablos Rojos, junto al propietario del equipo de beisbol, el ex banquero fifí Alfredo Harp Helú, socio de Roberto Hernández en Banamex y beneficiarios ambos del Fobaproa cuando con recursos públicos se perpetró el fraude descomunal. Silbidos, mentadas, y el presidente siente que la sangre bulle. Más silbidos y mofas y se calienta Diosmanuel. Y ya no puede más. Toma el micrófono y se engalla. Lanzará, dice sin ocultar la rabia, curvas y rectas y lisas. Los voy a ponchar, amaga con aire fifí. Ponchará a los conservadores —sí, tú, reencarnación de Juárez—. Alude a los de la porra del “equipo fifí” y sentencia: “Voy a controlar con recta de 95 millas y con curvas, vamos a seguir ponchando a los de la mafia del poder”. Unos ríen, otros insultan mientras arrecia el “fuera, fuera”. Poco aguante el del Dios Peje. A la primera, como novato, se engancha. Primer strike. Abanica un segundo lanzamiento con tufo peninsular. Y con esencia de distractor. Difunde El País la carta que AMLO envió al gobierno español, instándolo a expresar una disculpa por los abusos y crímenes cometidos contra originarios de México en la conquista y colonia, en la imposición de la cultura española, y al papa Francisco lo conmina a que la Iglesia Católica se disculpe por la evangelización feroz. Provoca un ataque de risa general, mofas y escarnio, la burla hasta de los chairos, el azoro y la carcajada mundial. Hubo quien dudó de la autenticidad del texto publicado en las páginas del rotativo español. Horas después, el mismo López Obrador confirma ser el autor de semejante payasada, obviamente con la asesoría de la “literata” Beatriz Gutiérrez Müeller, su esposa, historiadora. Se da lujo de inventar que 2021 es el año de la reconciliación. En el día 114 de su reinado juarista, ya desvaría el presidente. Y el mundo no para de reír. Segundo strike al Dios Peje. Al tercero, que no lo olvide, está ponchado. ¿Distractor para disipar el efecto del abucheo? Quizá, pero uno y otro exhiben la fragilidad de Diosmanuel… Arde Veracruz y el junior viaja a Nueva York. Ataviado con pants y sudadera negra, gorra y tenis, literalmente suda frío. Porta en el uniforme el número 19973 y registra tiempo de 2 horas 17 segundos. Nada mal para el alcalde de Veracruz. Nada como correr la Media Maratón. Viaja a la Urbe de Hierro el menor de la dinastía, Fernando Yunes, cuando la violencia arrecia, cuando aparecen narcomantas en el puerto que dice gobernar, sacudidos todos, sociedad y gobierno por el reto abierto, brutal, incendiario, del Cártel Jalisco Nueva Generación. Va a Nueva York trasluciendo que esta violencia desbordada le viene bien al yunismo azul que atento espera descarrilar al gobierno morenista de Cuitláhuac García. ¿Acaso hay mano política atrás la oleada de sangre con que se muestra el Cártel Jalisco que jefatura El Mencho? Corre Fernando Yunes sin preocupación alguna, mientras al gober Cuitláhuac lo sacude el miedo, metiéndose el de Morena en la enagua de su “novia”, sabiendo que por su cabeza ya hay precio, escuchando las voladas galácticas del secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez Maldonado, que en eso de infundir ánimo es único y fenomenal: los malosos, dice, algún día se cansarán y se irán a joder a otro lugar. Será ese el día en que la paz regrese a Veracruz. ¡OMG! Qué alivio. Hay que prenderle veladoras al Creador y la Santísima Lupita para que el espíritu del cansancio pronto haga efecto en los capos y sicarios del CJNG. Mientras, el junior Fernando Yunes repite la escapada. Antes fue el Super Bowl en Atlanta; ahora es la Media Maratón de Nueva York. La violencia le viene bien. Que la violencia detone a Cuitláhuac y a Veracruz… Tenaz, torpe, necio, Carranza lo logró. Ya es el peor alcalde que pulula en suelo jarocho. A diario lo vapulea la prensa crítica, sea Baqueiro y Luis Romero, o Plumas Libres y Gobernantes, o Versiones y E Consulta. Hoy es el conflicto con el director de la Policía Municipal, Víctor Colorado Cervantes, al que le sugirió enfermarse para justificar su renuncia al cargo. Acusa el almirante retirado que aquello fue instruido por Víctor Manuel Carranza con la encomienda al tesorero municipal de entregarle el dinero que el uniformado pidiera. Lo que fuera pero que se marchara. Sabiendo lo que implica, Colorado se negó. Supuso un cuatro, una trampa. Es soborno en grado de tentativa. Rapaz, Víctor Carranza usa los dineros municipales, que son dineros públicos, dinero del pueblo, para deshacerse de quienes le estorban. ¿Bajo qué concepto se justifica contablemente un soborno? ¿Servicios personales? La dirección de la policía municipal está reservada para la mafia del poder, parte de la cual ya opera desde el interior, habiendo policías sin certificación, policías con antecedentes penales o denunciados por violación. Los malosos del alcalde saben para que la van a usar… Sainete en el Trocadero. Sainete de madrugada. Embrutecidos por el alcohol, Mariano y Federico encaran, increpan, acorralan al dueño del lugar. Hay reclamos airados y ganas de pelear. “Embarraste a mi hijo”, grita Mariano. Federico lo secunda. Vuelan los platos y los vasos y se escucha el golpe de cristales hechos trizas. Y Leonel se evade. Toma la salida de emergencia, huyendo del restaurant de su propiedad. Pasan de las 2, domingo 24. Alerta máxima entre el personal, meseros y guardias, ya curtidos en aquellos desfiguros, habituados al show de los adictos y los dipsómanos, nuevos ricos con fortuna de origen evidentemente sucio, lavado con gasolina de dudosa calidad. ¿Pues no que Leonel tiene protección zeta?… 

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