El primer verdor

by Nora Guerrero

¡Llegó la primavera! Estamos estrenando la primera de las cuatro estaciones del año que, en esta parte del mundo (hemisferio norte), comienza en la tercera semana de marzo y concluye en la tercera semana de junio. Aquí en Xalapa la estamos recibiendo con lluvia, frío y esa neblina tan nuestra que pronto extrañaré.

Hace unos días de la semana que termina, me sorprendí al ver los primeros renuevos del oyamel que mi Lulu acaba de sembrar en el centro del arriate de mi banqueta. Es el pinito que compré para la recién pasada navidad; por supuesto, vivo con todo y raíz y que ahora acompaña a dos cipreses, herencia de navidades anteriores.

El oyamel es pequeño, de 1.30 metros, pero mi alegría llegó hasta el capacete de mi auto, pues lo descubrí mientras me estacionaba. ¡Ya pegó! me dije emocionada e inmediatamente le di las gracias y lo acaricié apenas, para no molestarlo. Observé sus brotes color verde tierno, que se diferencia del verde un tanto oscuro del oyamel. Es la primavera que llega haciendo honor a su nombre: ¡el primer verdor!

La primavera, como las otras estaciones, no viene sola, viene acompañada de emociones, estados de ánimo, de salud, de perspectivas. Las estaciones definen los ciclos de vida en la agricultura, en la vida animal, en la micro-orgánica, en la humana; en la procreación, en la fuerza vital, pues. Su nombre, se ha utilizado en nombres de guerras: La Primavera de Praga, la Primavera Árabe, como también se ha utilizado para anunciar tiempos de paz; ¡y ya no decir en nombre de ferias y fiestas de primavera! También como sinónimo de juventud: “las quince primaveras de las jovencitas”, “la primavera de la vida”.

Pensando en la influencia de la primavera en la vida, no pude evitar recordar unos versos de La caída de las hojas de Rafael Blanco Belmonte):  “(…) Este dulce calor de primavera / defiende ese organismo, / le hace bien el aroma de las flores / y de las ramazones el oxígeno, / pero a la caída de las hojas / cuando bajo estos tilos / se alfombre la calzada de hojas secas, / tened resignación, morirá el niño…

Y es que la primavera significa precisamente vida, renacimiento, florecimiento, aroma, luz, colorido, armonía, juventud… Renovarse o morir, dice la conseja popular. Y la vida renace en la primavera, cíclicamente, sin faltar a la cita. Se revisten los campos, los jardines, las fachadas y los balcones, las azoteas y los patios, los corredores, todos se inundan de flores y plantas que crecen; embelleciendo, inundándolo todo de vivos colores y suaves fragancias.

El clima es agradable y la temperatura sube paulatinamente; ese calor moderado favorece la polinización, el crecimiento de las plantas, el revestir de los árboles, el surgimiento de flores y frutos. Un círculo virtuoso, para los propósitos de quienes deseamos ver los campos y los jardines reverdecidos y floridos.

Hay una flor cuyo nombre es el de la primavera, se llama Prímula, Primavera o ‘Primavera de jardín’. Esto obedece a que es la primera en florecer, con flores que tienen forma de sombrilla en vivos colores con centro de color contrastante, llamativo y de dulce aroma. Y por hoy, le dejo con estas frases célebres acerca de la primavera:                                       “La ciencia nunca ha conseguido un agente tranquilizante tan eficaz como un soleado día de primavera.” – W. Earl Hall.                                                                                                            “La vida está delante de mí como primavera eterna con ropa nueva y brillante.”Carl Friedrich Gauss.                                                                                                                                              “Cuando se abre una flor, es primavera en todo el mundo.” – Alejandro Jodorowsky.           “La primavera llega siempre con flores” (yo).                                                                [email protected]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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