Aquel 12 de octubre de 1968 cuando el presidente Gustavo Díaz Ordaz recibió la rechifla de 80 mil personas que abarrotaban el Estadio Olímpico Universitario la repulsa estaba más que justificada. Eran las 12:35 del medio día.
El pueblo mexicano tenía presente, viva, la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco diez días antes, cuyo número exacto de víctimas nunca se supo ni se sabrá jamás.
Díaz Ordaz había acudido a inaugurar los XIX Juegos Olímpicos (la “Olimpiada de la Paz”). Entonces, un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial un papalote en forma de paloma de color negro como muestra de repudio.
Esto me lo recordó el sábado, 51 años después, el abucheo de que fue objeto el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando acudió a inaugurar el estadio de los Diablos Rojos del México.
Las notas de los principales diarios de la Ciudad de México, deportivos y de información general, así como los videos que circularon de inmediato, dan cuenta cómo desde que anunciaron su nombre y se disponía a entrar al terreno de juego le llovieron abucheos, gritos de “¡fuera, fuera, fuera!” y chiflidos de mentadas.
Acostumbrado a la aclamación de los suyos, fue evidente que AMLO se desconcertó. Seguramente no se esperaba esa reacción del respetable, fanático del beisbol, menos cuando él es un fuerte impulsor de ese deporte y se supone que la fanaticada, por lo tanto, está agradecida con él.
Pero, ¡sopas!, que le caen encima en forma espontánea echándole a perder lo que se esperaba iba a ser una fiesta para él y lo que lo obligó a ser breve (solo dos minutos y medio) en la intervención que tuvo.
“No voy a hablar mucho porque hay algunos de la porra del equipo fifí, pero la mayoría de la gente está a favor del cambio”, dijo mientras se escuchaban las muestras de rechazo.
Recurrió de nuevo a su lenguaje especial para tratar de neutralizar el ataque de su enemigo: “Ahora sí vamos a pichar, les voy a seguir tirando pura pejemoña, los voy a seguir controlando con lisas, con rectas de 95 millas y con curvas. Vamos a seguir ponchando a los de la mafia del poder”.
Apunto en el primer párrafo que el repudió a Díaz Ordaz estaba más que justificado, pues él era el responsable directo de la masacre de jóvenes estudiantes cometidos días antes, pero ¿y por qué a López Obrador?
Todavía el 24 de enero el resultado de una encuesta de Parametría realizada a finales de 2018 le daba 83 por ciento de aprobación, un índice más alto que el de la votación del 1 de julio de ese año, y el 4 de marzo pasado llegó a sus primeros 100 días de gobierno con un nivel de aprobación ciudadana de 78 por ciento y con 82 por ciento porque “sí continúe”, según una encuesta de El Financiero.
¿Por qué pues el abucheo del sábado? ¿Será que se inició el principio del fin de la luna de miel con quienes lo apoyaron para que ganara la presidencia?
Este podría ser el motivo en tanto no se determine qué causó la reacción en la sede de los Diablos Rojos, y podría ser la primera señal significativa de que empieza a desencantar a muchos tanto por lo que dice y como lo dice, así como por lo que hace o deja de hacer, y porque no aterrizan ni se concretan sus programas sociales, entre muchas causas posibles.
Quién sabe si se encenderían los focos amarillos de alerta entre sus asesores, pero lo único cierto es que las lunas de miel tienen un límite fatal, no son para siempre, y si eso es cuando hay amor entre dos personas, o se supone que hay, cuantimás entre un gobernante y sus gobernados cuando la relación es porque se espera un beneficio, que hasta ahora no está claro o solo ha quedado en un anuncio.
Me atrevo a pensar que el presidente puede esperar que el fenómeno se repita en cualquier otro estado y en cualquier ocasión si se le responsabiliza también por lo que pasa en los lugares donde ganó Morena y donde hay desabasto de medicinas, continúa la inseguridad, hay desempleo galopante, faltan inversiones, los trabajadores están en peores condiciones salariales cuando no se les ha despedido, cunde el nepotismo, no se bajan los sueldos como prometieron, no presentan su 3de3 (declaración de bienes, de pago de impuestos y de intereses), continúa la corrupción, etcétera.
Lo del estadio de beisbol fue, como quiera que haya sido, una especie de consulta popular, espontánea, donde no la preparó ni la manipuló Morena, verdaderamente ciudadana, que si hubiera sido para consultar sobre la revocación de su mandato, en una de esas lo reprueban.
Si los gobiernos de Morena no ponen sus barbas a remojar, en el pecado pueden llevar su penitencia.
Cuitláhuac dice que fueron “dolidos”
Como reacción, entrevistado ayer en la Ciudad de México, el gobernador Cuitláhuac García atribuyó la rechifla a los sectores de la población que aún no han superado el triunfo del tabasqueño en la elección presidencial.
“Lo que sucede es que todavía hay a quien le duele que ganamos contundentemente en el país. No me atrevo a calificar (si fue orquestado) porque son situaciones que se pueden presentar”, expresó, de acuerdo a su reacción que recogió el diario Reforma durante la instalación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas.
Trabaja Podemos en forma callada
No hacen ruido los forjadores de Podemos, organización política ahora que aspira a ser partido político, pero están trabajando en serio.
Por la información de que se va disponiendo, en una de esas resulta la fuerza política emergente que más crece y que incluso en la elección intermedia de 2021 puede llegar a tener buen número de posiciones administrativas en las alcaldías y legislativas en el Congreso local.
Tejen fino por todo el Estado pero no quieren asomar la cabeza. Mejor hacen pero no dicen. No me extrañaría que la disidencia que quede de la elección de la dirigencia estatal del PRI se sume a esa nueva organización.
Pero también estaría apalabrado ya un considerable grupo disidente del PAN y muchos decepcionados con Morena y sus gobiernos. Hay quienes creen que podrá ser la mejor plataforma política para Pepe Yunes si decide buscar de nuevo la gubernatura, pero fuera del PRI.
El PRI registró fórmulas
Mientras, el priismo registró ayer fórmulas de aspirantes a presidente y secretaria general del Comité Directivo Estatal.
Oficializó el registro el presidente de la Comisión Estatal de Procesos Internos, Carlos Brito Gómez, y lo sancionaron el delegado del CEN, Hugo Contreras Zepeda, así como la dirigente estatal Lilian Zepahua García.
Se registraron Adolfo Ramírez Arana y Silvia Domínguez López, Norma Priscila Bautista Aburto y Fernando Sánchez Olarte, Damara Isabel Gómez Morales y Eligio Morales Fuentes, Zaida Alicia Lladó Castillo y Jorge Landa Rivera, Carlos Aceves Amezcua y Marilda Elisa Rodríguez Aguirre, asi como Marlon Ramírez Marín y Arianna Ángeles Aguirre.
Aunque se habla de democracia, priistas y no priistas dan por hecho en forma anticipada que el nuevo dirigente estatal será Marlon.