Luego de que el lunes los principales medios informativos de la Ciudad de México se hicieron eco de las declaraciones del gobernador Cuitláhuac García Jiménez a Carlos Loret de Mola sobre los enfrentamientos del pasado fin de semana con un cartel de la delincuencia organizada, donde habló de “acciones contundentes” negando que la situación estuviera fuera de control, ayer lo secundó el propio Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, Alfonso Durazo Montaño.
En entrevista, que difundieron medios informativos de la capital del país, el funcionario aseveró que los operativos en Veracruz y en Guanajuato están acotando y limitando la capacidad operativa de las organizaciones criminales, por lo que estas se encuentran en “proceso de debilitamiento”.
“En ambos casos vemos, por supuesto, reacciones del crimen organizado, pero afortunadamente todas ellas bajo control, se va acotando la capacidad operativa de estas organizaciones criminales. Están en un proceso de debilitamiento y esperamos que concluyan muy próximamente de manera exitosa”, dijo.
Para nada habló Durazo de un comisionado. Su declaración, de hecho, constituyó un reconocimiento a las acciones de seguridad en Veracruz desde la tarde del jueves hasta el sábado en toda el área circundante a Tierra Blanca y un espaldarazo al gobierno de Cuitláhuac.
En el caso concreto del Estado dijo que si bien la situación es diferente porque hay una pugna entre organizaciones criminales, está bajo control. “El Gobierno del Estado está haciendo un esfuerzo muy importante por acotarlos y creo que poco a poco iremos avanzando conjuntamente en presentar a la sociedad buenos resultados”.
En “Prosa aprisa” del lunes, al final de la columna (“Y Cuitláhuac resultó entrón”) expuse que si ante un grave problema como el de la inseguridad a causa de la delincuencia organizada el gobernador ha resultado entrón, si bien no ofreció que acabaría con la grave situación en seis meses aunque en apenas tres y días ha dado resultados concretos, entonces se esperaría que la sociedad civil y sus organismos salieran a expresarle su apoyo y se lo dieran.
Hasta anoche la indiferencia ciudadana y de sus organismos era más que manifiesta como si el problema no le atañera y, peor, no le afectara. El gobernador es la persona pero también es la institución y si cumplió con su deber de ir a la zona donde se dio un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y de la delincuencia para supervisar la estrategia de acciones es algo que debe reconocérsele, así como se le critica cuando él o su equipo no hacen bien las cosas.
Es, sin embargo, el responsable de la conducción del Estado y de brindar seguridad, paz social y tranquilidad a la población y debe actuar porque es su obligación, sin esperar a que nadie se lo reconozca, aunque, eso creo, lo estimularía y lo animaría más si los organismos de la sociedad civil le expresaran abiertamente su respaldo. Los problemas del Estado deben ser preocupación de todos aunque siempre debe haber quien se ponga al frente y esta vez el gobernador lo ha hecho.
Pero, en última instancia, el respaldo de los miembros de su gabinete debe ser total y, creo también, el de los otros dos poderes, el del Legislativo y el del Judicial, así como el de los jefes políticos de los municipios, los presidentes municipales.
El único que abrió la boca ayer fue el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, ¡pero para descalificar la actuación de su gobierno en materia de seguridad!, tanto así que respaldó la llegada de un comisionado federal para atender el problema. ¡Qué tipo! He reiterado aquí que con ese clase de aliados (se supone que es posición suya en el Congreso y en tan alto cargo) Cuitláhuac no necesita de más enemigos o críticos.
Al declarar que no debe descartarse la llegada de un comisionado, con el argumento de que todo lo que sea para beneficio del Estado y para “corregir” estos actos delictivos debe ser bienvenido, desconoció la eficacia del secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, e indirectamente al propio gobernador Cuitláhuac García, a quien el mismo comandante de la Sexta Región Militar, Francisco Ortiz Valadez, reconoció el lunes como el responsable al decir que es el único que va a hacer declaraciones en materia de seguridad.
Gómez Cazarín en cambio para nada se refirió a las acciones del pasado fin de semana cuando las fuerzas policíacas federales y estatales desmontaron un campamento de entrenamiento, decomisaron un rancho, incautaron vehículos y unidades pesadas, se hicieron de armamento y de equipo táctico que utilizaba la delincuencia y además les causaron bajas y, por el momento, los echaron de la zona centro. Tampoco lamentó la baja de un policía y menos le expresó su solidaridad a la tropa que se bate contra la delincuencia.
Pero, eso sí, desde la comodidad de su oficina, ajeno a lo que vive la población a la que supuestamente representa, clamó por un comisionado, ¡ah!, y con la aclaración de que hablaba a nombre personal, como si se pudiera despojar de la investidura y la responsabilidad que tiene.
Pobre gobernador, si los mismos de su casa descalifican su política y a su gobierno, cómo no lo van a hacer sus críticos, sus malquerientes y sus enemigos políticos.
Horas después de la declaración de Durazo, ayer el Senado aprobó un acuerdo para exhortar al gobernador Cuitláhuac a que “explique públicamente cuál es la estrategia que se está implementando para combatir la inseguridad”, según la cuenta de Twitter de la Cámara alta.
Fue la senadora panista Indira Rosales San Román, exsecretaria de Desarrollo Social en el gobierno yunista, quien se atribuyó la presentación del punto de acuerdo, pero quién sabe qué tienen en la cabeza cuando solicitan que se haga pública la estrategia, es decir, cuando piden alertar a la delincuencia sobre cómo se tiene planeado combatirlos.
Una versión (en otro tema) que ya corre es que una vez que el presidente López Obrador sacó adelante la aprobación de la Guardia Nacional, ahora sí le meterá mano a Veracruz y comenzará por pedir que echen de la Jucopo al susodicho Juan Javier Gómez Cazarín, por lo que Amado Cruz Malpica estaría por recoger sus cosas para cambiarse de oficina.
¡Ah! Y este miércoles llega la primavera y en Xalapa (para los lectores que no son de la capital del Estado) está pronosticado que la iniciemos con lluvia y con una temperatura cuando mucho de 18 grados y para mañana 21 está pronosticado solo 17 grados.
Para cerrar hoy, no quiero dejar de expresar mi solidaridad con el compañero Manuel Rosete Chávez y mi preocupación por el ataque de que fue objeto su oficina el pasado fin de semana, cuando desconocidos balearon la cortina de Formato 7, el medio que dirige.