¡Vaya! Finalmente el ganso no solo se cansó sino que prácticamente ha quedado desahuciado.
El viernes pasado, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez dijo no tener ningún problema en que el fiscal Jorge Winckler Ortiz continúe en el cargo y aceptó que incluso pueden concluir su mandato a la par.
Según una nota de Pablo Jair, de La Jornada Veracruz, solo le advirtió que debe hacer su trabajo o se tendrá que ir.
Su declaración sepultó prácticamente lo que al final solo quedó en una bravata del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien había amenazado: “Me canso ganso que se va el fiscal. Tiene que andar derechito, como reglita”.
Eso lo dijo el 3 de diciembre de 2018, tres días después de que habían asumido el poder. Cuando lo aseguró, nadie lo dudó.
Lo avalaban un millón 667 mil 239 votos con el que ganó la gubernatura Cuitláhuac, además de que se habían hecho del control del Congreso local y de las más importantes alcaldías del Estado, a lo que sumaba que a nivel federal Morena había ganado la presidencia y la mayoría en las Cámaras de Senadores y de Diputados. Eran, supuestamente, una verdadera aplanadora.
Todo, pues, resultó puro jarabe de pico, con muy alto costo político.
El 22 de febrero en el Congreso local fueron rechazados en forma definitiva los juicios políticos que habían sido promovidos en su contra. Tras la derrota, el secretario de Gobierno no ha vuelto a decir una solo palabra sobre el tema.
Desde el día 8 de ese mismo mes ya estaba cantado el resultado cuando la bancada mayoritaria de Morena no pudo reunir el número de votos suficientes para proceder y se decretó un receso para tratar de alcanzarlos. Fue el receso más largo en la historia del Congreso veracruzano, pues tardó 14 días.
Verán si actúa contra yunistas
El gobernador dijo que serán denunciados todos los hechos de corrupción del gobierno anterior, para lo cual tienen el plazo de un año, y que en algunos casos se coordinarán con la Auditoría Superior de la Federación para que las denuncias lleguen a la Fiscalía General de la República.
Declaró que cuando denuncien, Winckler estará obligado a investigar a sus excompañeros y que de no hacerlo se evidenciarán los intereses a los que sirve. “Tendrá que actuar en contra de ellos, tarde o temprano tendrá que actuar bien o se tendrá que ir”, recalcó.
Reconoció que no ha sido fácil denunciar los casos porque en el pasado gobierno ocultaron toda la información, luego de haber perdido la elección, e incluso hoy en día la siguen negando.
¿Y ahora?
En “Prosa aprisa” del 8 de enero pasado dije que Jorge Winckler Ortiz se había convertido en la obsesión de la nueva administración morenista, en especial del secretario de Gobierno, Eric Cisneros.
Comenté que si se hacía una revisión hemerográfica y en los archivos virtuales, se advertiría que todo diciembre, el primer mes de gobierno de la nueva administración, estuvo dominado por Winckler a quien convirtieron en la estrella del momento cuando ese papel debió ser solo para Cuitláhuac García.
El líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Manuel Urreta Ortega, comentó aquel 8 de febrero: “Es preocupante contar con un gobierno y un Congreso ociosos, que llevan más de dos meses intentando quitar al Fiscal cuando hay temas prioritarios y de beneficio social que están siendo dejados de lado por un tema que no es de beneficio colectivo”.
“No entendemos porqué los diputados y el gobierno llevan más de dos meses con el tema del Fiscal cuando al sector empresarial no se le consulte para el Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD), de manera adecuada y profesional”, se quejó.
Hoy el Fiscal está casi convertido en una víctima, la falta de oficio político y la abierta persecución en su contra terminaron por convertirlo en víctima, y la nueva actitud del gobernador puede servir para restablecer la normalidad y entonces, si es que hay quien tenga la capacidad para lograrlo, negociar con Winckler Ortiz su salida a corto o mediano plazo, bajo el entendido de que se pide pero se da.
Tendrá que ser con negociación, con tacto político, pues el fiscal está ahora fortalecido al saber que derrotó a lo que he llamado el tigre de papel en que está convertido Morena en Veracruz, que no asusta ni a un niño.
Se deben coordinar
La aceptación del gobernador de la permanencia del Fiscal evidencia que ve difícil su salida y que ha asimilado ya el costo de la derrota de su equipo político tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo.
Para bien de los veracruzanos, sería bueno que se aplicara el dicho si no puedes con tu enemigo únete a él, que se coordinaran gobierno del Estado y Fiscalía para tratar de combatir y reducir los altos índices de violencia e inseguridad.
Nada mejor se impone ahora que cesarán las hostilidades y que dieran a Veracruz y a los veracruzanos el tiempo de paz política y social que desde hace mucho reclaman, y que se enfocaran a los grandes y graves problemas que requieren urgente solución.
Creo que en nada ayuda, y que la delincuencia se debe frotar las manos de gusto, ver cómo, por ejemplo, no dejan pasar al Fiscal a reuniones de seguridad cuando se presenta porque es su obligación hacerlo. Por un lado le reprochan que no actúa pero por otro le dan argumentos para que se justifique que no lo dejan, que lo obstaculizan.
Cuando eso pasó en Coatzacoalcos el pasado 21 de febrero, Winckler, quien iba preparado con unos legajos bajo el brazo, al cerrársele el paso se los entregó al delegado federal de programas sociales, Manuel Huerta, lo que evidenció que el exdirigente estatal de Morena es el único que ha actuado con oficio político pues ha entendido que siempre se debe dejar abierto un puente de comunicación con el adversario y que nunca se debe cortar de tajo la posibilidad de una negociación que propicie el entendimiento.