Ahora surge una nueva manera de refrescar las finanzas de los diputados, que si bien han sido recortados de sus ingresos, no dejarán de ganar igual o más que antes de la restricción presupuestal para sus percepciones.
La solución que encontraron algunos diputados, los clásicos sin bandera ni vergüenza, es renunciar al partido en votaciones críticas, una vez fuera reciben el dinero correspondiente al pago por votar contra la bancada en la que estaban y una vez con el dinero en la bolsa y el voto emitido, regresan a su posición original.
En el Congreso estatal de Veracruz, la mayoría de Morena se da el lujo de salir de la fracción parlamentaria, votar contra el juicio político contra Jorge Winckler, recibir el dinero que Yunes Linares reparte para proteger a su amigo, el fiscal general, y luego regresar a Morena, con bombo y platillo.
Esto ha sucedido varias veces en el Congreso, de tal suerte puede hablarse de dos fracciones de Morena en el Congreso local, una la de los consistentes, los que se mantienen firmes en su convicción en congruencia con su voto, y los otros, quienes pueden convertirse en los judas tropicales que dejan al partido y regresan según convenga a sus intereses personales.
Es como si un trabajador pidiera su liquidación y una vez que se haya terminado el dinero e insultado a la empresa que lo liquidó, regresa a su puesto a trabajar como si nada hubiera pasado. Ningún patrón permitiría tal abuso, pero en la política la suma de las partes pareciera convertirse en el mejor contrapeso, pero sobre todo en una mina de oro.
En Morena más que en ningún otro partido, sus militantes llegaron a puestos de elección popular no sólo sorpresivamente sino sin preparación para el cargo que desempeñan. Es decir, los primeros en asombrarse de su triunfo fueron ellos, luego intentaron hacer lo que pudieron sin que haya mayores logros que el hecho de levantar el dedo.
Las posibilidades de que ellos puedan hacer un cambio real y profundo en el país son nulas, ni siquiera conocen la labor de la que viven y menos aún saben la manera de llevar con dignidad ese encargo. Es necesario que desde la cúpula del partido se le ponga remedio a este tipo de saltos imprevistos y de brincos sin destino ante un país y, sobre todo, un estado, que exige compromiso.
Veracruz ha sido castigado por quienes tampoco sabían ejercer el oficio político y se enriquecieron en lo personal del dinero de la población. Ahora, los diputados de Morena buscan quién les dé dinero para dirigir su voto en ese sentido.
Mientras los diputados federales de Morena, Tatiana Clouthier y Mario Delgado presentan una iniciativa para reducir hasta 50 por ciento el financiamiento de los partidos políticos en 2019. Los diputados locales de Veracruz quieren más. Colocan su voto al mejor postor y simplemente esperan a que haya un partido con recursos o intereses de cualquier índole para votar en favor o en contra de su propio partido.
De acuerdo con los legisladores federales, la propuesta de modificación se aplicaría sólo al gasto ordinario que pasaría de 4 mil 965 millones de pesos a 2 mil 482 millones de pesos, “no estamos tocando el tema de las campañas”, aclaró Clouthier en conferencia desde San Lázaro.
Los diputados de todos los partidos tienen derecho no sólo de renunciar a su partido o de votar en contra de la propuesta que sugiera su coordinador parlamentario, pero no se trataba, en este caso, de debatir una obra pública o la modificación de una ley. Se trata de llevar a juicio político al fiscal General de Veracruz, Winckler Ortiz, contra quien se siguen dos juicios presentados por Francisco Zárate Aviña, ex colaborador del fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, y Jorge Reyes Peralta, abogado de Gilberto “N”, ex director de Servicio Periciales.
De tal suerte que no puede acudirse a la conciencia individual del legislador para que emita su voto, porque se trata de hacer justicia, de permitir que en Veracruz deje de gobernar Yunes, porque los tentáculos que dejó al interior del gobierno son varios y en el fiscal general tiene un arma que intenta desestabilizar la justicia en la entidad.
Ante esta panorámica los diputados de Veracruz no pueden actuar de manera individual sin ser sancionados, sobre todo, cuando hay testimonios de que recibieron dinero para salirse de Morena, votar contra las propuestas de su partido y regresar a esa misma organización.
En primer lugar, deben impedirles su regreso, en segundo debe haber un órgano sancionador que castigue recibir dinero por el voto dentro del Poder Legislativo, en Veracruz y en el resto del país.
A la propuesta de Morena le faltaron cinco votos para que el fiscal general fuera llevado juicio político. El riesgo era mucho para los yunistas, de tal manera que prefirieron seducir con varios cientos de miles de pesos a los morenistas, que presurosos le encontraron el gusto a este tipo de negocios.
Aquí hay una pugna entre los tres poderes que puede limitarse a dos partes únicamente. Seamos claros. El Fiscal General de Veracruz, impuesto por el ex gobernador Miguel Ángel Yunes, ha dejado de hacer su trabajo. Mientras las corporaciones policíacas del estado, comandadas por el gobernador, actúan contra la delincuencia que aumenta cada día, él les abre la puerta de la prisión para dejar impune los delitos.
Por otra parte, el Poder Legislativo, alcanza niveles de subasta de votos, y se colocan al mejor postor para impedir que Winckler sea destituido luego de la aplicación de un juicio político en su contra.
Los diputados de Morena, que salen del partido e intentan regresar, o del partido que sea, no sólo deben ser destituidos de sus cargos sino castigados de manera ejemplar. PEGA Y CORRE.- En Veracruz el PRI todavía tiene aspirantes. Son una docena de aspirantes, todos de la vieja guardia, responsables, desde hace muchos años, del deterioro de ese partido en la entidad. Deben recordar que el PRI sólo obtuvo 528 mil 663 votos en la elección para gobernador por estar en manos de ellos el destino del partido, si quieren que ese partido sobreviva en la entidad deben abrir las puertas a caras jóvenes…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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