Cajete, tecajete

by Nora Guerrero

Hoy que le escribo, es el segundo día del tercer mes del 2019…¡Y ya llevamos cuatro cumpleaños en la familia, incluido el mío! Creo que, en el terreno de lo afectivo y emocional, este primer tercio del año, está muy cargado de energía positiva, la cual se ensanchó en esta mañana que desayunamos en un clásico restaurante xalapeño que da al Parque de los Tecajetes. Figúrese usted, sentados a la mesa y a la espalda, un paisaje natural de plantas y árboles que crecen en libertad…

Mi hija Karen, la cumpleañera de hoy, nos dio una cátedra de este pedacito de bosque de niebla, donde cruza uno de los manantiales que dan nombre y origen a nuestra bella Xalapa. Estos eran extensos arenales que llegaban, por la  avenida Ávila Camacho, a la altura de lo que hoy es el Hotel Xalapa, y la historia registra la labor de un hombre chino que sembró allí hortalizas, pues la tierra le parecía propicia para el cultivo. Lo imitaron pobladores vecinos quienes también sembraron plantas y árboles que hoy enriquecen este espacio.  Aquí se sembraron hayas (platanus mexicana) que está próxima a ser amenazada por la extinción; flora de musgos diversa; helechos arbóreos, liquidámbares, quercus xalapensis, especie endémica del bosque de niebla de Xalapa, en peligro crítico de extinción.

Cabe aquí señalar que, si una persona se interesa por cultivar especies en peligro de extinguirse, como el quercus xalapensis, puede acudir a solicitarla al Parque El Haya, donde se ubica la Dirección General del Medio Ambiente, del municipio de Xalapa, Ver., que se ubica en el camino antiguo a Coatepec. Allí se la obsequiarán.

Liliana, es otro árbol típico del bosque de niebla, recomendado para su cultivo por la Subdirección de Medio Ambiente de Xalapa, el cual es recomendado para reforestar parques y jardines de Xalapa, acciones que con frecuencia realizan clubes de servicio como el Club de Leones, los Scouts, el incansable xalapeño por adopción maestro Marco Antonio Figueroa Quinto y familia, siempre seguido por amigos y entusiastas benefactores, la propia Karen con sus pequeños hijos; escuelas y muchos otros más.

Mientras nos sirven el desayuno y desde la privilegiada posición que tenemos, Karen continúa señalándonos los guarneques, las aralias y piñanonas, las magnolias y grandifloras y nos habla de las plantas epífitas como las orquídeas, los musgos y helechos que, como sabemos, no son parásitos de los árboles, sólo los toman como soporte. Otras plantas que habitan en este legendario parque son las heliconias, bromelias, palma camedor y cycadas de gran tamaño y lento crecimiento. Sin duda, esta extensa variedad de especies, propicia que varias tipos de aves se alimenten en él.

 

El Parque de los Tecajetes también cuenta con hongos de repisa que habitan en troncos de árboles muertos y un camino, a manera de laberinto, conformado por helechos arbóreos, cycadas y palmeras, liquidámbares y hayas de más de cuarenta metros. Es un micro-ecosistema en medio de la ciudad. ¡Único! me dice Karen, siempre emocionada con el tema. Al fondo, un chorro poblano de agua de manantial cruza el parque por en medio: Nadan carpas en colores naranja y blanco y tortugas que toman el sol, encimándose unas a otras, lo que que fascina a los niños…Hay también un foro abierto para actividades artísticas, área para juegos infantiles, mesitas para el día de campo.

Una mañana redonda. Me quedo con la imagen de ese bosque encantado que ha hecho las delicias de chicos y grandes, que nos recibe con La Olla, un Cajete de Piedra o molcajete, al que tal vez le debe el nombre el Parque de  Los Tecajetes… [email protected]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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