Marko, El Bocón

Desde semanas atrás todo comunicado del PAN es firmado por el PAN simplemente. Antes, el protagonismo del líder nacional del blanquiazul, firmaba hasta sus publicaciones en Twitter; las reiteradas imprecisiones, los errores más absurdos, las declaraciones más temerarias, carecían de justificación. Su relación con la realidad no existía. De ahí que le hayan pedido que dejara de firmar los comunicados por cualquier medio, la antipatía que provocaba dentro y fuera de su partido, deterioraba más la imagen del PAN y dividía la militancia.

Ahora, Marko Cortés, presidente nacional del PAN, aseguró que el hecho en el que murieron la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, no fue un accidente, sino que fue provocado.

Pero ahí no para el comentario, sino que subraya que es muy sintomático el silencio del gobierno federal al respecto.

La desesperación por aparecer como un contrapeso a la aplastante popularidad del presidente de la República ha impulsado a Marko Cortés a desfasarse y llegar a cometer delitos por su lengua suelta.

“De lo que se quiso presentar como un accidente, y hoy a la luz de las pocas evidencias que lo acrediten, a la luz de no tener un veredicto pericial, nos hace ver que no fue un accidente, sino un hecho provocado”, afirmó.

Cortés aseguró: “hay mano negra y hay quienes se beneficiaron de la muerte de Martha Érika”. Pero todavía fue más allá en su fantasiosa aseveración y comparó la muerte de la gobernadora de Puebla, con el asesinato del activista Samir Flores, en Morelos, quien se oponía a la termoeléctrica de Huexca.

“Preocupa que los opositores, como Samir Flores y Martha Érika, puedan estar siendo asesinados vilmente”, señaló el inexperto líder panista.

A unas horas de que se dé a conocer el informe sobre el caso, Cortés llamó al gobierno federal a esclarecer de manera inmediata el suceso, al cumplirse dos meses de la muerte de la ex gobernadora de Puebla y su esposo.

Nunca se había presionado sobre las investigaciones de muertes de políticos. Cuando cayó el avión donde viajaba su correligionario Juan Camilo Muriño, hace diez años, ningún panista intentó acelerar las investigaciones, a pesar de que había muchos puntos oscuros en el “accidente”.

Las torpezas del contador público Marko Cortés, contra el gobierno federal, en sus propósitos como dirigente, en sus propuestas como político, rayan no sólo en el absurdo sino en el retraso mental, a menos que en realidad quiera parecer un desfasado de la realidad, que quiere convertirse en un delincuente al difamar en su afán por atraer reflectores.

La irresponsable declaración del bisoño líder del PAN habla muy mal de ese partido que vive su peor momento. De hecho, no tiene victoria electoral a la vista, por lo menos en el corto plazo. Mucho de ese decadente proceso de paulatina desaparición se le debe a Marko Cortés, quien encuentra en la declaración violenta la única manera de llamar la atención.

Consideró el panista que mientras no se tengan resultados de las investigaciones, “el silencio alimentará las sospechas“.

“Ya estamos en el inicio del proceso electoral en Puebla y las investigaciones siguen estancadas. La falta de una explicación clara y contundente sobre las causas de la caída del helicóptero está generando más incertidumbre entre los poblanos y la sociedad”, apuntó exaltado.

Militantes de todos los partidos, incluso del PAN, califican de irresponsables las declaraciones de Marko Cortés, quien sin saber las causas del accidente, con sólo la intuición y el resentimiento como elementos, señala sospechosos dentro del gobierno federal.

Marko quiere justificar la caída libre en la que se encuentra su partido desde que llegó a dirigirlo a la ausencia de dos de los militantes muertos en el accidente aéreo. Dos políticos cuyas obras administrativas y electorales están en entredicho.

Y si entramos en el mundo de las especulaciones, se corrió el rumor de que no habían muerto, simplemente simularon el accidente para tener una salida a las próximas auditorias en sus respectivas condiciones de dudosa honestidad.

Marko Cortés, de pronto se convierte en un experto en accidentes aéreos y argumenta que el hecho de que el helicóptero haya caído de manera inusual, acusa sospechas. Porque nadie le quita de la cabeza que el accidente fue provocado. Es decir, para Marko la manera en que helicóptero cae a tierra es un síntoma de sabotaje, de sospecha, de homicidio. Es probable que Marko Cortés esté revolucionando la metodología de los accidentes aéreos y no se lo quieran reconocer.

Las gubernaturas de Baja California y Puebla, actualmente en manos del PAN, las perderá, y en mucho la derrota se deberá a la manera en que ese partido está dirigido. Desde la llegada de Cortés, muchos panistas decidieron no acercarse al edificio sede.

Cortés y el PAN, corren la misma suerte. Y en estos momentos debe culpar a alguien de la decadencia de su partido porque sabe que una vez perdidos los dos bastiones, Baja California y Puebla, los propios panistas que lo apoyaron exigirán su cabeza, y muy probablemente su expulsión. Sus delitos no son para menos.

Cortés habla de silencio cómplice, de mano negra, de lentitud en las investigaciones, de paralización de los trabajos, de montaje, cuando en realidad lo que quiere es salirse de la línea de fuego en la que seguramente se encuentra porque lleva al PAN a la derrota electoral y no se ve posibilidad de que se recupere mientras se encuentre él al frente.

Lejos de darle solidez a su partido, lo que logra Cortés con esas declaraciones es hundir más la nave en la que navega sin rumbo. Quiere desprestigiar y en el intento desprestigia a su organización, cuyos miembros no ven futuro con la imagen de este personaje al frente.

Si a esto sumamos declaraciones sin fundamento, acusaciones sin pruebas, ligereza en las acusaciones, señalamientos sin base, encontramos que Marko se está llevando al PAN al abismo.

Las acusaciones de Marko requieren de más de una demanda, su libertad de expresión atenta contra personas e instituciones, contra las cuales nunca antes atentó ni el PAN ni su dirigente ni panista alguno. PEGA Y CORRE. – Siguen las deserciones en la oposición, esta vez se salió del PRI quien fuera el primer secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Rafael Moreno Valle, Ardelio Vargas Fosado, ahora apoya la candidatura del morenista, Miguel Barbosa Huerta … Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

 

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