Cuitláhuac: los elogios del cártel

* Las mantas mantas en Coatzacoalcos  * El H, el 80, Mamito, el Pana  * El “novio” criminal de la ex fiscal  * Finge el gober que carece de información  * Así comenzó Duarte  * 600 millones que no justifica el yunismo  * El juez Porky, destituido  * El recomendado de Rocío Nahle con historial de corrupción  * CAEV Coatza: los turistas siguen ahí  * Policía municipal con antecedentes delictivos

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

21 de febrero de 2019

Algo tiene Cuitláhuac que fascina a los malosos. Disparan balas y amenazan, siembran miedo y muerte, hacen temblar y huir a la sociedad, pero al gobernador de Veracruz lo cuidan, como los sicarios a los capos, como las chicas malas al hampón.

“Nuestro gobernador”, le dicen, le estampan en mantas colocadas en paredes y calles de Coatzacoalcos, pidiéndole “que nos apoye” contra la banda rival.

“Nuestro gobernador”, dicen los del Comandante H, su pandilla que habla a nombre del “pueblo unido y la resistencia”.

Y acusan que dos delegados de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz se entienden con El 80 —o El Señor 80—, el ex fiscal de Acayucan, José Roberto Sánchez Cortés, jefe y enlace del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Finísimos, los nuevos fans del gobernador Cuitláhuac García Jiménez hacen pública su vendetta con la banda que le disputa el territorio, las rutas y los consumidores.

Una de las narcomantas —o “nacomantas”— dice del delegado de la SSP en Coatzacoalcos, Samuel de Jesús Castillo, quien acaba de asumir el cargo, que se entiende con El 80, a quien “se le hace responsable de la muerte de la empresaria (Susana Carrera Ascensión) y al delegado por cubrirlo”.

En la manta se usa un doble lenguaje: el de una sociedad que reclama paz y denuncia corrupción entre la SSP y el crimen organizado, y el de los malosos que transmiten el mensaje para mostrarse pro-Cuitláhuac.

“El pueblo está harto que vendan nuestra ciudad marcharemos y no nos quedaremos callados por eso pediremos a nuestro gobernador cuitlahuac garcia que nos apoye” (redacción original).

Mantas como esa —“nacomantas”, les llaman en el viejo Puerto México— no provienen de la sociedad. La autoría, siempre, es de las bandas implicadas.

Otro mensaje fue colocado a media cuadra de la base de la Policía Estatal. Es un agravio, una burla. Nadie vio cómo hicieron, en qué vehículo se movían, cuántos malosos eran.

Y en ella el Cártel Jalisco reivindica el secuestro y muerte de la joven empresaria, deslizando que el dinero por el rescate era una cosa y el fin que perseguían era algo mayor.

“Lo que le pasó a la mujer de Luis Manríquez fue por apoyar a los mugrosos Z del señor Pablo Herrera ‘Mamito’ y ‘El Pana’. El trato era que entregara a esos dos perros pero como no cumplió ahí están las consecuencias. Rato (sic) va para todos los empresarios de cuello blanco que apoyan al ‘Mamito’ y al ‘Pana’. Sigues tú Luis Manrique ya te estamos ubicando. La guerra comenzó. Comandante 20 Comandante 50”.

Místicos, los del H creen en la resurrección. Y creen que Cuitláhuac García los traerá a la vida. Y también al control de la zona, al cobro de piso para ellos, a la industria del secuestro para ellos, a los crímenes impunes para ellos.

“Por eso pediremos a nuestro gobernador Cuitláhuac García que nos apoye”, sentencian hablando a nombre de una población que rehuye involucrarse.

¿Quién es Pablo Herrera? ¿Quién es El Pana? Son lugartenientes de Hernán Martínez Zavaleta, alias El H o Comandante H, preso en el penal federal de Villa Aldama por el crimen de una familia —el padre, un taxista, su esposa y cuatro menores de 6,4,3 y 2 años de edad— y por trasiego de droga, robo de combustible, secuestro y extorsión.

El H permeó en el jet-set de Coatzacoalcos. Se codeó con el poder económico. Brilló en sociedad. Acudía a antros. Tenía amoríos con una chica de origen libanés, siendo el restaurant Port House el punto de reunión. Lo veneraban políticos, ediles, candidatos a cargos de elección popular. Tenía carta abierta en comederos de lujo, en bares, y el favor de alcaldes y ex alcaldes.

Caído en desgracia, un día Pablo Herrera fingió un levantón. Su familia acudió a las oficinas de la Fiscalía Regional y armaron un sainete. Que varias patrullas lo hallaron en su hogar, frente al restaurant de la hermana del H, frente al gimnasio que antes fueron los Petrocinemas, todo con el mismo capital y origen, y frente a Coatza Kids, donde también hay historias de su dueña, un crimen, el de Pepe Férez, funcionario de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento.

Ante la prensa, la familia del Mamito nunca supo explicar a qué se dedicaba el levantado, el nombre de su compañía, la razón de la supuesta detención policía. Habiendo cámaras de vigilancia, no hubo evidencia de la presencia de patrullas.

Ambos se escondieron y vienen operando en las sombras.

Del 80 —José Roberto Sánchez Cortés— hay historia en la luz y en la oscuridad.

De ser un peón en la Fiscalía Regional de Coatzacoalcos pasó al poder total. Lo envió la entonces poderosa Samyra Khoury Colorado, ya fallecida, a Acayucan. Y desde ahí comenzó a operar, a poner de rodillas fiscales menores, a tejer la célula criminal que hoy encabeza.

“Novio” de la ex fiscal regional, según presumía a quienes lo querían oír, Roberto Sánchez Cortés pasó a ser fiscal en aquel municipio, con la información a cuestas, en su usb, los casos consignados ante jueces, los malosos a los que habría que liberar.

Una vez desligado de la Fiscalía, terminó desatando una oleada de terror en el sur de Veracruz. Proliferó el secuestro y la extorsión a comerciantes, profesionistas, todo a nombre del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Por él, por información que conduzca a su captura, hay una recompensa ofrecida desde el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares. Se le cataloga de altísima peligrosidad.

Hay fuentes del gobierno de Veracruz que sostienen que es de su autoría el secuestro y asesinato de Susana Carrera. Hay otros que afirman que fueron las células del Comandante H las que perpetraron el crimen y lo derivan hacia el CJNG.

Sea como sea, Cuitláhuac García ya tiene su cártel fan.

Le llaman “nuestro gobernador”.

Y de ahí, su indolencia. 

Y su desaire a las reuniones de seguridad, a militares y navales, 50 días sin enfrentar la tormenta que sacude a Veracruz. 50 días de ausencia.

De 8:30 a 9 de la mañana, diariamente, se realizan las sesiones sobre seguridad en el salón Juárez del Palacio de Gobierno. Y Cuitláhuac no va.

No acude ni el pseudosecretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, ni el titular de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado. Sólo lo hace quien, a nombre del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, convoca, el superdelegado Manuel Huerta Ladrón de Guevara. Y con ellos, a contrapelo del gobernador, el fiscal yunista Jorge Winckler Ortiz.

O sea que a Cuitláhuac le importa un bledo el presidente López Obrador.

Cuitláhuac García enfatiza que hay vacío de información. Miente.

Cuitláhuac García arguye que el fiscal oculta quiénes están detrás de secuestros y crímenes. Miente.

Cuitláhuac García acusa que los canales de información están cerrados. Miente.

A diario su oficina de gobierno recibe los informes de mandos policíacos y de la Fiscalía. Y hay acuses de recibo que lo acreditan.

Usa el conflicto la violencia y el baño de sangre con filo político. Deja hacer, deja pasar.

Al estilo Javier Duarte, finge reforzar la seguridad, fortalecer los cuerpos policíacos, abrirle los brazos a la Guardia Nacional, pero a los militares y navales no los fuma, no los pela.

Al estilo Javier Duarte, va por su policía de élite, como la Fuerza Civil que a la postre terminó implicada en desapariciones, tortura y muerte.

Hoy, los de las mantas le llaman “nuestro gobernador”.

De ahí al Cártel de Cuitláhuac hay sólo un paso.

Archivo muerto

A más de 40 grados, todo es fiebre. A esa temperatura el yunismo azul hierve, se colapsa, sintiendo, ahora sí, que la ley le pasará encima. Aprieta la Auditoría Superior de la Federación y no hay cómo solventar más de 600 millones de pesos, intuyéndose ya la cascada de denuncias penales que habrán de enfrentar las huestes del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. De los mil 246.7 millones de pesos en inconsistencias detectadas al ejercicio 2017, quedan por esclarecerse 602.1 millones. Y no hay cómo justificar. Como si fuera la mano de Javier Duarte. Eso en lo federal. De los recursos estatales, una funcionaria yunista, María José Noriega Mañez, fue pillada suscribiendo 81 contratos por un monto de un millón y medio de pesos como jefa de la Unidad Administrativa de la Sedesol del gobierno veracruzano, el 2 y 3 de diciembre de 2018, cuando su encargo ya había fenecido. Ya hay denuncia en la Fiscalía de Veracruz. Otros yunistas a los que no les cuadran las cuentas tendrán que resarcir el daño o echarse a correr. Quería apretarlos Cuitláhuac García, el que firma como gober, y ya los tiene… Impartía justicia hasta que el caso Porkys lo reventó. Destituido como juez federal, Anuar González Hemadi se hizo célebre por otorgarle un amparo a Diego Gabriel Cruz Alonso, uno de los mozalbetes implicado en la agresión sexual a la joven Daphne en el puerto de Veracruz. Sin más, Anuar González revisó el expediente, observó las palabras de la víctima, los tocamientos contra su voluntad, los dedos introducidos en su vagina, y emitió una sentencia demencial. Diego Cruz —dijo el entonces juez tercero con sede en Boca del Río, sí la tocó pero no con la intención de obtener una satisfacción sexual. El joven, según el juez, no tenía “la intención” de llegar a la cópula vaginal, anal ni oral. Obvio, fue destrozado en las redes sociales, atacado, agraviada su esposa e hijos, por la cínica sentencia que emitió. Y de inmediato vino la suspensión del Consejo de la Judicatura Federal. Dos años después, se configura la destitución, se le sujeta investigación por actos de corrupción y “por actuar en contra de constancias y errores inexcusables en un caso de pederastia”. No es el primer juez destituido por corrupción. Antes, el célebre Daniel Núñez Juárez, de Coatzacoalcos, al que le hallaron la libreta con las pistas de las cuentas en que sus prestanombres recibían los sobornos, un tal Tony, un tal Gallo, un Leonel. Por el pitazo a José Pablo Robles para evadir la cárcel, Núñez Juárez recibió en pago un auto Passat rojo, impecable. Así le pagó el favor —y la treta— el dueño de Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, padre de la diputada local por Morena, Mónica Robles de Hillman. La Cuarta Pudrición… Otras dos de Rocío Nahle. Empeñada en imponer a Miguel Ángel Lozada en la dirección de Pemex Exploración y Producción, pasó por alto revisar su historial. Proceso halló ahí lo que la secretaria de Energía no vio, o lo vio y le valió. Lozada habitó siempre en la ratonera de la mafia petrolera y fue el favorito del harem. Férreamente ligado al ex director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, su nombre aparece en un episodio de La Estafa Maestra, aquel operativo con el que el priismo triangulaba recursos, usando universidades a las que Lozada autorizaba el pago pero no se aplicaban en educación sino que paraban en las arcas del PRI. El Dios Peje hizo como que desconocía qué tan putrefacto es el funcionario y ofreció su cese, tal como ocurrió. El gallo de Rocío Nahle debió buscar otro nicho de corrupción. Y la segunda: dice Nahle que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador si usaría la técnica del fracking, pero moderno. Y al cuarto día, AMLO la sacude: su gobierno es ambientalista y no se usará fracking. Desmentido mañanero a la deschavetada secretaria de Energía, la más golpeada, la más exhibida, la que no entiende la Ley de Newton, la que en medio de la crisis por el desabasto de gasolina pierde su tiempo en Twitter, la que se vendió como un diamante y era sólo carbón… Por años, la firma de Eduardo Francisco García Villegas Sánchez Cordero ha sido estampada en los documentos clave, los más trascendentes, los que entrañan operaciones, contratos, de Petróleos Mexicanos. Por años fue el notario del Pemex corrupto que Andrés Manuel López dice sanear. Su firma ahí, la de notario 248 de la Ciudad de México. Y si no fuera porque es hijo de la ex ministra, hoy secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ni quien lo volteara a ver. Una más de las contradicciones de la Cuarta Transformación. Doña Olga en la Liga de Justicia y su hijo en el equipo de Tanos. La pura simulación… Muy en las sombras, algo se pactó en CAEV Coatzacoalcos. Su nuevo titular, Jaime Martínez Web, barrió con las infanterías de Luis Rendón Martín, su antecesor, y tiene ahí a la tropa del líder del yunismo azul, Rafael Abreu Ponce. Le aplicó la guadaña a Víctor Cruz Romero —“El Kalimba”—, Gustavo Linares, Javier Pola, Marissa Cabrera, Lucía Fajardo, Sergio Silva Bache —el de los trastupijes en el jurídico para beneficiar a la empresa OPC—, Michel Lobato, Noe Pola y Jorge Sevilla, entre otros. De los incondicionales de Abreu siguen en la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz, oficina Coatzacoalcos, Gonzalo González y su esposa Mariana, premiado como nuevo jefe de Compras, Rubén Romero, Miriam González y Gladys Collado. Algo así como las células del yunismo azul protegidas por Morena. Y Andrés Manuel Mesías López Obrador creidísimo que Cuitláhuac García extirparía el yunismo azul de Veracruz… ¿Quién es ese policía municipal de Coatzacoalcos, ya adiestrado en la Academia, ya en funciones, al que le cuelgan antecedentes penales, una denuncia por violación, interpuesta por su cuñada, que a la vez era su amante, y que gusta del billete sucio y que huele, apesta, a corrupción? ¿Quién es? Y pensar que tuvo que pasar por exámenes de control y confianza y, mínimo, alguien debió checar si tenía delitos en su pasado… como los tiene…

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