¿Es que acaso en Veracruz estamos ante un caso en la vida real del Dr. Jekyll y Mr. Hyde?
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde es una memorable novela de Robert Louis Stevenson sobre el caso de la doble personalidad del doctor Henry Jekyll.
Este clásico de la literatura universal está ambientado en un Londres envuelto en niebla y frío (cabe pensar que como en Xalapa), en el invierno de 1884.
El doctor Jekyll cambiaba de personalidad por los efectos de una pócima científica, y entonces se convertía en el señor Hyde.
Uno era el científico, el doctor Jekyll, y el otro un misántropo, un criminal capaz de cualquier atrocidad, Mr. Hyde. Pero se trataba de la misma persona.
Pero no voy a comentar la novela, de la cual también hay varias versiones en película.
Leyendo ayer el alegato que hizo el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, para defenderse o tratar de justificarse ante la andanada que le dirigió la Arquidiócesis de Xalapa, no pude disociar su caso del doctor Jekyll, o de Mr. Hyde.
Resulta que Cisneros hizo unas “reflexiones” el 13 de noviembre del año pasado, en la USBI de la UV en Xalapa, en las que, entre otras cosas, dijo: “Así como planteo que algunos se han adueñado de algunos valores, la derecha de unos, la izquierda de otros, la Iglesia se ha adueñado de algunos también, que son los que a nosotros, como dice Xavi, pues más nos llegan, porque el castigo que se plantea no está aquí, y el castigo que se plantea en la parte política pues está aquí en la realidad”.
“Entonces … cualquier grupo religioso o de los más importantes se apoderan de la paz, de la bondad, de la justicia, y esos son los que nos dicen en la misa del domingo, en la misa del domingo nos hablan de todo este tipo de errores, y como sabe el sacerdote que esos son los valores que debe perdonar en la misa del domingo, quien se los dice, por los que van en secreto de confesión entre semana, hacen una encuesta, y en secreto de confesión le dicen cuál es el problema que hay en el entorno, y una vez que él recoge los problemas del entorno los alinea y se los entrega el domingo en valores, y decimos: el padre sí sabe, sí conoce la realidad. En cambio los que estamos en política, qué tenemos que hacer para saber cuáles son los valores que tenemos que compartir en una campaña o en el gobierno, pues tenemos que hacer una encuesta, porque nadie se quiere confesar con nosotros, quien sabe por qué”.
En su comunicado de ayer la Iglesia católica de Veracruz se le fue de frente. Calificó de “desafortunados” sus comentarios.
A través de su vocero el presbítero José Manuel Suazo Reyes, le reviró diciendo que “es completamente falso” que se apropien de algunos valores espirituales y que usen el sacramento de la confesión para las homilías dominicales.
Para un sacerdote, le recuerda, es un delito grave revelar el secreto de confesión, y le aclara que caería inmediatamente en la excomunión. “El sigilo no se puede revelar, ni siquiera muerta la persona”.
Le dice que su comentario revela “ignorancia y faltas graves de respeto a nuestra Iglesia, que jamás esperaríamos de un servidor público”.
No deja de advertirle que la comunidad católica se siente agraviada “porque en forma burda y sin ninguna necesidad se exhibe el ministerio de los sacerdotes, acusándolos de revelar el sigilo sacramental y desacreditando su ministerio”.
“Los valores son universales, ningún grupo ni asociación tiene la patente de los mismos. Agregamos que con este comportamiento se agrede el derecho humano de la libertad religiosa”.
Fue a título personal, dice
El Secretario Cisneros reaccionó ayer mismo con un mensaje que subió a las diez de la mañana en su cuenta de Facebook (ya tarde, si se toma en cuenta que el mensaje de la Arquidiócesis ya estaba en algunos medios desde los primeros minutos del domingo).
Afirma que su presencia en la USBI fue “a título personal”, como cualquier ciudadano con pleno uso de sus derechos, “pues más allá de mis creencias, lo que en ese foro dije no aludió a ninguna corriente religiosa”.
Se le olvidó que para entonces ya el gobernador Cuitláhuac García Jiménez había hecho público que sería el nuevo Secretario de Gobierno (lo anunció el 1 de agosto, en la Plaza Lerdo de Xalapa), a 17 días de que asumieran el poder político en Veracruz.
Hablaba en la USBI, pues, el virtual nuevo Secretario de Gobierno, no un ciudadano cualquiera, condición que ciertamente no perdía por su inminente nuevo cargo, pero del que no se podía disociar. Era Mr. Jekyll pero también Mr. Hyde.
Trata de justificarse diciendo que “personajes con intereses distintos a la buena gobernanza de nuestro estado” circularon en las redes sociales el video “sacado de contexto” lo que dijo.
Incluso aludió a su formación preparatoria y profesional en instituciones religiosas. “Inclusive, en Otatitlán, municipio en el que crecí y que es reconocido como El Santuario por la religiosidad de su gente, presté servicio a la Iglesia Católica con entera vocación”.
Hay fracasos y torpezas, insiste la Iglesia
La Arquidiócesis arremetió de nuevo: “Los fracasos de la administración estatal y las torpezas a los que nos hemos referido en comunicados anteriores son de dominio público y han creado ya una psicosis social que no se sabe quién la controlará, porque los ciudadanos no perciben una estrategia clara, proyectos de gran alcance ni eficiencia en los colaboradores gubernamentales”.
Le recuerda a Cisneros que la tarea del Secretario de Gobierno es mantener la gobernabilidad y favorecer una convivencia pacífica entre los diferentes actores.
Agrega que no abona en nada polarizar a la sociedad ni enfrentar a los diferentes actores sociales y le subraya que la buena gobernanza se consigue mediante el respeto, el diálogo y la colaboración.
Apunta que la laicidad del Estado es fundamental en el ejercicio de la libertad religiosa. “El Estado no debe preferir determinada religión, creencia o cosmovisión en detrimento de las demás pero, al mismo tiempo, debe reconocer sus aportes a la producción de bienes públicos. En una sociedad democrática, laicidad y libertad religiosa son complementarias e igualmente necesarias”.
Expresa que tanto el gobierno como la sociedad organizada deben reconocer el aporte que las distintas iglesias y grupos religiosos hacen al bien común, desde la pluralidad propia del entorno actual; “las iglesias y grupos religiosos hacen un aporte indispensable e insustituible a la vida social del país y a la solución de sus problemáticas”.
Y le da con guante blanco: “La Iglesia Católica es institucional. Desde el ámbito de la fe tiene una vocación de servicio a los demás. Seguiremos colaborando con nuestras autoridades para promover el bien común y el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
Resurge el doctor Jekyll
Convertido de nuevo en el doctor Jekyll, Cisneros afirma ahora que ha sido y seguirá siendo respetuoso de todas las expresiones religiosas”.
“Aun así, estoy convencido de que son los valores que desde cualquier expresión religiosa se promueven, los que en los gobiernos debemos promover para construir la paz y armonía que todos anhelamos”.
Ya coincide con la Iglesia: “No es la polarización ni la confrontación lo que nos va a llevar a la pacificación de Veracruz”, por lo que reitera su disposición como servidor público para mantener el diálogo de forma permanente con todos los sectores de la entidad como la única vía para lograr la armonización que permita a la sociedad una mejor convivencia.
Algunos comentarios
- Ya hay un pleito casado con la Iglesia.
- Los enemigos de la cuitlahuacmanía no les dan respiro. El video lo guardaron para soltarlo en el momento oportuno. Están logrando su objetivo. Los están minando.
- El video muestra que no de ahora sino desde antes el Secretario es proclive a hablar más de la cuenta sin cuidar lo que dice y sin calcular los efectos, inmediatos o mediatos que tendrá.
- ¿Quién procura la unidad? ¿Quién negocia con las distintas expresiones veracruzanas para rehacer o restablecer el tejido social?
- Eric Cisneros se ha desgastado ya mucho en tan poco tiempo. ¿Le sirve así al gobernador?
- Sería bueno que el Director General de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado entre en acción de inmediato y medie y evite más daño a su jefe, si el Secretario ya no es el mejor interlocutor o no intenta serlo pese a lo que dice.