Se esconden bajo la sotana para desprestigiar

Al mismo tiempo, el mismo día, a la misma hora que la Arquidiócesis de Xalapa, cuestionara el desempeño del gobernador de Veracruz por la situación de la inseguridad.

El presidente del Episcopado mexicano, Rogelio Cabrera López, reconoció públicamente que la Iglesia Católica señalaba a “al menos 152 sacerdotes que han sido suspendidos de su ministerio sacerdotal por pederastia clerical en los últimos nueve años, y la misma cantidad de víctimas”.

Es decir, que los sacerdotes católicos deben ver hacia adentro de su congregación para que sobreviva ante tales excesos. Los mexicanos están percibiendo en estos momentos que hay segmentos de la población que antes se daban baños de pureza y en realidad son verdaderos delincuentes.

La pederastia en México es un problema muy generalizado que no se da a conocer debido a la vergüenza que esto implica. Ha habido personas que no pueden vivir con eso y terminan suicidándose. Sin embargo, el hecho de que solamente haya este reducido número de sacerdotes que abusen de niños es un síntoma muy grave.

En los últimos meses se ha conocido la protección de papas a sacerdotes que abusaron de niños, es decir, la más alta jerarquía católica se suma a la complicidad de estos seres que deberían estar en la cárcel bajo tratamiento psiquiátrico; lo mismo sucede en la jerarquía política, donde en México nos hemos dado cuenta de que en lo más alto del poder hubo abusos y excesos a grado tal que las más altas autoridades del pasado deberían estar en la cárcel como delincuentes comunes y purgar penas muy severas, porque actuaron contra la riqueza de todos los mexicanos.

La Iglesia Católica en Veracruz es de los sectores de la población que sí tiene dinero, cuyas arcas están llenas gracias a las limosnas de los creyentes, quienes a pesar de que los políticos saquearon al estado, siguen apoyando sus creencias religiosas. Ante esta realidad los sacerdotes deben estar agradecidos que no se hayan ido a profesar otras religiones que captan cada día más católicos a lo largo y ancho de país. La vejez que muestran las prácticas católicas en este momento mueve a abandonar esa religión para irse a otras, situación que los mantiene muy preocupados.

Así, el vocero de la iglesia católica, que en realidad aparece como el vocero de los grandes intereses afectados por la llegada de una política diferente, señala con dedo flamígero a los nuevos gobiernos, principalmente al de Veracruz, a sólo dos meses de haber tomado el poder.

Desde luego que los sacerdotes en su infinita ignorancia sobre los asuntos terrenales desconocen que un análisis serio, profundo y profesional sobre las actividades de un gobierno nuevo empiezan precisamente a los tres meses de haber llegado. De ahí se deriva la tan sonada prueba de los 100 primeros días de gobierno.

Pero los sacerdotes, como sus patrones los empresarios afiliados a la Coparmex, cuya tesis defienden como propia los sacerdotes veracruzanos, encabezados por José Manuel Suazo Reyes, vocero de clérigos y empresarios, quien sin saber sobre las verdaderas actividades del gobierno estatal señala con tal desparpajo e irresponsabilidad que “la llegada de una nueva administración en el gobierno de Veracruz, el 1 de diciembre de 2018, generó muchas expectativas en los ciudadanos. La gente se ilusionó por la llegada de un nuevo gobierno dado que las promesas de campaña habían sido muy generosas”.

Debemos recordar, quienes tenemos memoria que esta presión, exigencia o exhorto nunca la hicieron ni el clero veracruzano ni la Coparmex a Miguel Ángel Yunes Linares, quien en campaña prometió que a los seis meses de su administración terminaría con la violencia y los cómplices de su antecesor, Javier Duarte de Ochoa, estarían tras las rejas. Nunca cumplió y nunca le reclamaron los sacerdotes entrometidos en actividades que no les corresponden porque su reino no es de este mundo –aunque gocen de sus riquezas– y el Estado mexicano es laico, pero no deja de influir en la población y es ahí donde radica su pecado, porque lo hacen para azuzar a la población contra un gobierno que por fin está trabajando.

Los primeros 100 días de gobierno no pasan, pero la prisa por desgastar, por descalificar la muestran ansiosos al ver que sus privilegios se pierden conforme avanza el gobierno por el que seguramente nunca votaron.

El comunicado del clero veracruzano, pagado con el dinero de las limosnas de sus fieles en diferentes medios de información, señala que hay muchas cabezas en el gobierno, acostumbrados, desde luego, a tratar con un solo líder o funcionario al que convencían o corrompían. Ahora que el gobierno es más horizontal quieren tratar de convencer a alguien para establecer convenios, tratos, transas, trampas, etcétera, pero no lo encuentran.

Desde luego que el pretexto es la inseguridad que han padecido periodistas, políticos, militantes, pero no ha habido un solo sacerdote que haya sido víctima ni de un rasguño, proveniente de la inseguridad que ellos exaltan como cosa de todos los días en todo el territorio veracruzano.

La arquidiócesis acusa improvisaciones que nunca advirtió en Duarte o en Yunes. Pareciera que estuvieron muy a gusto con sus políticas desde el primer día que entraron a ejercer el poder. No pueden negar que les fue muy bien, prueba de ello es que cuentan con dinero suficiente como para comprar espacios en los medios, mientras muchos de sus fieles, que cada domingo les da limosna, se truenan los dedos a final de la quincena para poder satisfacer sus necesidades más elementales.

Sería muy grave que el dinero utilizado por los sacerdotes lo hubiera otorgado la Coparmex, porque entonces veríamos que los sacerdotes veracruzanos están al servicio de los empresarios, que no se identifican precisamente por ser los más patriotas.

La Coparmex ha criticado al nuevo gobierno desde que había serias posibilidades de su triunfo electoral. Desde el primer minuto de su gobierno recurrió al asunto de la inseguridad para asegurar que nada se hace por la integridad de las personas. Es decir, el discurso que utiliza el sacerdote es el mismo que Coparmex ha expresado en todas sus intervenciones públicas. Si hubiera un análisis de discurso serio y profundo, encontraría muchas similitudes entre las necesidades de los miembros de Coparmex y los sacerdotes que juran voto de pobreza y no lo practican, también juran voto de celibato y no lo llevan a cabo, prueba de ello es el reconocimiento de su líder nacional, el arzobispo Rogelio Cabrera López, que desconoce en realidad el número de víctimas de los 152 sacerdotes pederastas, pero basta recordar que quien fuera el Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera, recomendó a los niños violados por sacerdotes olvidar esas acciones de padres enfermos y que seguramente pronto las olvidarán.

Es decir, si un delito tan grave es visto por los propios sacerdotes como algo que debe olvidarse en lugar de castigarse de manera ejemplar, no pueden ellos pugnar para que la inseguridad sea detenida a escasos dos meses y medio de un gobierno. Será necesario entonces colocar cámaras en las iglesias y en los dispensarios. Seguramente habrá que empezar a atacar la inseguridad en las sacristías y las casas sacerdotales donde ellos violan a los niños.

Porque es delito un asesinato, un robo un secuestro o la violación de un menor. Es decir, es delincuente que merece castigo un sacerdote que viola niños como un violador que sin ampararse ni esconderse tras la sotana viola un menor en la calle o en un callejón. PEGA Y CORRE. – Sin precedente el esfuerzo que lleva a cabo el municipio de Tuxpan, encabezado por Juan Antonio Aguilar Mancha, al abrir las puertas de la presidencia municipal cada miércoles para escuchar las necesidades de los tuxpeños. El municipio se moverá también a todos los rincones de la entidad para conocer la problemática de sus habitantes …Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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