No somos prioridad en materia de seguridad

Lector, no me puedes ver pero estoy con el ojo cuadrado.

Resulta que el Secretario de Gobierno Eric Cisneros informó el pasado 30 de enero que los delitos en 104 municipios del Estado bajaron 21.22 por ciento ¡y el presidente López Obrador se lo creyó!

Eso creo pues no encuentro otra explicación para que el Gobierno de México no haya incluido a Veracruz dentro de las 17 regiones del país donde se reforzará la presencia de corporaciones de seguridad con las policías Militar, Naval y Federal.

El pasado miércoles, en la conferencia mañanera de AMLO, el Secretario de Seguridad Pública y Participación Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo que el gobierno federal detectó un incremento en los delitos de alto impacto en esas regiones y que reforzarán la seguridad con más de 10 mil elementos.

Las regiones se ubican en los estados de Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Guanajuato, Jalisco, Colima, Estado de México, Guerrero y Quintana Roo.

En una conferencia de prensa en Orizaba, el Secretario Cisneros, acompañado del titular de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, habló de la baja de delitos del fuero común e incluyó los distritos de Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Huatusco, Córdoba, Zongolica y Orizaba.

Con esas cifras alegres seguramente Andrés Manuel y Durazo dijeron Veracruz, para qué, ahí la situación está controlada, y lo dejaron fuera.

Como atribuyen que dijo Cuauhtémoc cuando Hernán Cortés y los suyos le quemaban los pies para que dijera donde estaba el oro: ¿es que acaso estamos en un lecho de rosas?

O la otra: ¿es que en su pasada visita al Estado algo hizo enojar al gran Tlatoani que en castigo deja a los veracruzanos a su suerte?, en todo caso, ¿por qué habrían de pagar todos por la culpa de unos cuantos?

¿Es que no se aprende la lección de Miguel Ángel Yunes Linares quien cada domingo (o cuando podía) para ganar votos para su hijo salía a festinar que ya habían bajado los índices delictivos cuando Veracruz tenía montañas de muertos, estaba bañado en sangre, con alto índice de desaparecidos y con fosas clandestinas por doquier, lo que le costó que perdiera credibilidad?

Es fama que el Secretario Cisneros es muy cuate de López Obrador y por eso seguramente el presidente le creyó a su amigo y debe creer que Veracruz es un lecho de rosas.

Obras son amores y no buenas razones, decía ya Cervantes en La Dorotea. ¿Pues no que AMLO muy chocojarocho? ¿Hay amor o no hay amor?, se le pregunta en la antevíspera del 14 de febrero al presidente.

Y mientras, nuestras autoridades claman por la llegada de la Guardia Nacional, que ni siquiera ha sido creada legalmente y que no se ve para cuándo.

Con tan malas noticias voy a terminar haciéndole caso a la diputada Miriam Ferráez y yo tampoco voy a salir después de las diez de la noche (a mi edad me encanta salir a bailar salsa los fines de semana por la noche).

En el caso de Xalapa ya vamos en camino de las plazas de Coatzacoalcos y Córdoba. La delincuencia, organizada o no, ya no solo actúa en la periferia o en las colonias, sino en el corazón mismo de la capital como ayer cuando en un mercado popular asesinaron a la dirigente de locatarios.

Pero, ni modos, hay de prioridades a prioridades y para don Andrés Manuel no lo somos. Y para nuestras autoridades locales Veracruz ya está en camino de ser un remanso de paz.

Un legislador que dignifica a Veracruz

¡Vaya! Ante tanta inexperiencia, mediocridad y sometimiento de los grupos legislativos de Morena, al menos el senador Ricardo Ahued salva el honor de los diputados y senadores veracruzanos de su partido.

Es el único que desde el miércoles, durante la segunda reunión plenaria del Grupo Parlamentario de ese partido y ante la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, se pronunció a favor de las estancias infantiles de todo el país incluidas las de Veracruz.

Ese día le solicitó a la funcionaria que interviniera para garantizar que esos centros cuenten con un presupuesto suficiente para su óptimo funcionamiento.

El senador veracruzano fue el único que se pronunció por el abrupto recorte al subsidio gubernamental a las estancias infantiles, aun cuando el propio presidente López Obrador avaló la medida.

En su alegato del miércoles dijo que el recorte lastima gravemente a las mujeres trabajadoras. “Ya basta de ofender y lastimar al sector más golpeado del país”, expresó, señalando que 99 por ciento estaba en contra de la medida.

Argumentó que el recorte de más de 2 mil millones impactaría negativamente en la vida de más de 350 mil niños del país y en la de 4 mil infantes con capacidades diferentes del país.

Se pronunció porque siga vigente el programa y que tampoco se ponga en riesgo los empleos que se generan las estancias.

Ahora, nuevamente los hechos le han dado la razón: el Senado acordó ayer exhortar a la Secretaría de Hacienda a que garantice la misma bolsa de recursos de 2018 para este año a las estancias infantiles.

Si prospera el llamado, entonces se les canalizarían cuatro mil millones de pesos en lugar de los dos mil que se presupuestaron para este año.

Ahued tronó duro. Reprochó que no se hubiera tomado la opinión de todos y advirtió que la medida tendría un costo político, además de que a las encargadas de las estancias se les ha tratado como delincuentes.

Tampoco estuvo de acuerdo con la ocurrencia de que se dé dinero en forma directa a las familias y que las abuelitas atiendan a los niños en sus casas.

“… no me imagino a una mamá y que llegue con su niño a encerrarlo con la abuelita que no puede ni caminar a un cuarto sin profesionalismo, sin atención, me parece delicado”.

No es la primera vez que Ahued Bardahuil disiente ante una iniciativa oficial de una autoridad de su propio partido, en una muestra más de su compromiso con sus representados y de la congruencia que lo caracteriza.

Cosa de recordar que cuando se aprobó aquel polémico paquete fiscal para el año 2010, únicamente él de los diputados federales priistas veracruzanos votó en contra de que se aprobara el incremento del IVA del 15 al 16 por ciento. El resto de sus compañeros, encabezados en ese entonces por Javier Duarte de Ochoa, quienes en sus campañas habían dicho que se opondrían, faltaron a su palabra y compromiso con los veracruzanos y votaron a favor.

Ahora, todos los demás legisladores veracruzanos de Morena, locales y federales, guardaron silencio, vergonzosamente.

Hacen el ridículo

El grupo mayoritario de Morena en el Congreso local sigue haciendo el ridículo. No pudo sacar ayer adelante el juicio político para echar del cargo al fiscal Jorge Winckler y este viernes hará otro intento. Ya se pueden imaginar a priistas, panistas y demás de otros partidos, así como a los críticos de la Cuarta Transformación, botados de la risa.

 

 

 

 

 

 

 

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