He escuchado varias de las conferencias matutinas de López Obrador y me llama la atención que una mañana dice una cosa y al otro día cambia de opinión, sin embargo hay varios temas que llaman la atención; primeramente no comprendo su postura ante la crisis de Venezuela, cuando multitud de países están dando su apoyo a Guaidó como presidente interino y exigiendo a Maduro que decline el poder. En todo el mundo, es sabido que aquel país progresista, económicamente fuerte y con buen futuro, empezó a decaer durante el gobierno de Chávez y su afán del socialismo, hostigando a los medios de comunicación, sometiendo a los empresarios y cerrando fuentes de empleo en ese afán populista de supuestamente ayudar a los pobres, llevando a toda la nación al empobrecimiento mientras él, su familia y sus seguidores se hacían ricos. A su muerte llega Maduro que argumentando que Chávez le daba mensajes con un pajarito, sigue por esa misma ruta, enriqueciéndose y causando desolación en toda la nación hasta llevar al pueblo a una crisis de hambre, salud y desgaste social, protegido por su guardia nacional y algunos ciudadanos a los que les paga bien para mantener su dictadura.
Es tal la escases que no hay alimentos, medicinas, ropa y que se vive en una inseguridad total causada por medidas populistas y una tiranía absoluta y aunque ha habido intentos de cambiar el gobierno, sabemos cómo se las barajean para falsear el voto democrático llevándolo a una reelección falsa, hasta hace poco en que el pueblo se ha rebelado y elegido a un representante que está abriendo caminos para recibir ayuda humanitaria de diferentes naciones, aunque Maduro pretende impedir que dicha ayuda llegue a su país usando la fuerza militar.
Hasta ahora gran parte de la Unión Europea, países africanos, latinoamericanos, Canadá y los Estados Unidos, han dado su visto bueno a que se restablezca la democracia y que Maduro deje el poder dictatorial para que se convoquen a nuevas elecciones.
Cierto que nuestro país, constitucionalmente menciona la no intervención y que los principios juaristas de respeto al derecho ajeno nos llevan a respetar la soberanía de cada nación, dan la base a López Obrador para no dar su apoyo al presidente interino venezolano, sin embargo su actuar es tanto como quien ve a un herido de muerte y pasa de largo sin brindarle auxilio o tenderle la mano, máxime cuando el pueblo venezolano ha desconocido al dictador y poniendo las esperanzas en un cambio de régimen con otros personajes y eligiendo a Guaidó como su presidente, se me hace incongruente el no aceptar que Maduro actuó mal y de mala fe ante su pueblo y que sin darse un golpe de estado hasta ahora, se pretende terminar con la dictadura que tanto daño ha causado. Venezuela es un pueblo hermano que merece nuestro respeto y apoyo para que logre salir de ese pozo de miseria al que lo llevaron un par de dictadores populistas para su propio beneficio.