Una de las proclamas constantes del presidente Andrés Manuel López Obrador es que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.
El domingo pasado el alcalde del puerto de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, lo ayudó sirviendo de ejemplo a lo que se refiere.
Ese día circuló profusamente en las redes sociales una fotografía donde se le ve acompañado de amigos, algunos de ellos funcionarios en el gobierno de su padre, botaneando previo el Super Bowl LIII.
Para quienes no son aficionados a ese deporte, se enfrentaron los campeones de las Conferencias Americana y Nacional de fútbol americano. Tuvo lugar en el Mercedez Benz Stadium de Atlanta.
El boleto más barato costó 2,500 dólares, unos 47,500 pesos mexicanos si se cotiza nuestra moneda en 19 pesos, aunque en realidad ronda los 20.
¿A alguien se le ocurre que el privilegiado munícipe fue a la parte más alta y alejada de la cancha teniendo la millonada que toda su familia tiene?
La página Hospitality de la NFL ofreció paquetes de 9,025 dólares, unos 171,475 pesos que incluyó la entrada al juego y el acceso a la fiesta previa. Ya más con el nivel del presidente municipal.
eBay vendió boletos individuales desde 12,000 hasta 16,000 dólares, entre 228,000 y 304,000 pesos, respectivamente. A la altura del joven Yunes.
Y hubo la opción de la zona VIP, con espacios para grupos de 18 a 22 aficionados (como el de los juniors jarochos), con un costo de 200,000 dólares, algo así como 3 millones 800,000 mil pesos de los nuestros.
Aparte se contabiliza el traslado, la alimentación y el hospedaje, una buena suma en dólares.
Si el alcalde tiene para pagar eso y más de su bolsillo, qué privilegio. Si no fuera autoridad municipal a nadie le interesaría lo que hiciera, pero tiene una gran responsabilidad por la cual debiera mostrar más recato.
Al menos por solidaridad con sus representados que viven en la pobreza o en la extrema pobreza debiera mostrar más sensibilidad. Dice la cita que no se castiga el pecado sino el escándalo.
Se pregunta uno qué preocupación o sensibilidad con los pobres puede tener quien se da esos lujos y todavía lo presume.
Qué cosas. Sin querer ha servido de apoyo a AMLO y a su partido Morena, quienes traen como bandera su lucha por los pobres, y ahora tienen un claro y vivo ejemplo de mostrarles a los veracruzanos cómo se comportan los Yunes panistas en el poder.
El domingo, mientras el chocojarocho anunciaba en Córdoba programas sociales y apoyos para el campo, para jóvenes sin trabajo y sin estudiar, para adultos mayores, para pequeños comerciantes, para mujeres, el alcalde panista se daba la gran vida alejado de las necesidades de sus representados.
¿Así espera la familia Yunes volver a la gubernatura? ¿La gran masa que aprueba la austeridad que proclaman López Obrador y Morena estará esperando ansiosa que lleguen 2021 y 2024 para ir corriendo a votar por los Yunes y su grupo y por el PAN sabiendo que serán ricos en el gobierno pero con pueblo pobre?
¡Ponchan a AMLO! Rojos del Águila, siempre no
El 31 de enero pasado el presidente López Obrador anunció en su conferencia mañanera el regreso de la novena de los Rojos del Águila de Veracruz a la Liga Mexicana de Beisbol “a partir de la próxima temporada”.
Pues ayer se anunció que la Asamblea de Presidentes de dicha Liga definió que serán 16 los equipos que participen en la temporada 2019 y los Rojos no aparecen. El torneo comienza el 4 de abril en Monterrey.
En la novena entrada, con las bases llenas, en la cuenta de tres bolas y dos strikes ¡y lo ponchan!
Perdonó a la alcaldesa de Córdoba; ¿también a Winckler?
El flamante Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, reprochó al fiscal Jorge Winckler que no asistiera a ninguno de los tres actos de AMLO en el Estado el pasado fin de semana. Lo tachó por ello de “irresponsable”.
¿Y si hubiera estado en alguno y lo hubiera apapachado en público como hizo con la alcaldesa panista Lety López, quien lo boicoteó durante su campaña?
Winckler ya se le volvió una obsesión. Está igualito que Miguel Ángel Yunes Linares para quien Javier Duarte se le convirtió en una obsesión y se perdió pensando en él y solo en él y hasta la gubernatura para su hijo perdió por distraerse.
No entiendo al señor Secretario. Está empeñado en echarlo del cargo y lo acusa de lo peor ¡y le reprocha que no acompañe al presidente! O sea, lo descalifica y a la vez le otorga legitimidad pues ¿cómo voy a querer que nos acompañe alguien indeseable, a quien descalifico?
¿Acaso le dio ya el síndrome de Estocolmo, ese en el que la víctima desarrolla un fuerte vínculo afectivo con su captor, aunque en este caso al revés, en que el captor ha terminado por identificarse (ni modo que se diga que por enamorarse) con su víctima?
Don Eric no cuida lo que declara y dice, por eso sufre ya un gran desgaste mediático de su imagen.
Dijo que Winckler debió haber asistido porque era su tarea (¡?!). “Él debería de venir, cumplir con el presidente de la república” !!!!!!.
Que yo sepa estar en actos públicos, políticos, no es su función. Él tiene el deber de procurar justicia. ¿Cumplir con el presidente? Someterse a ningún poder, tampoco.
¿No habrá nadie que asesore al Secretario para que no la siga regando mediáticamente?
El juicio del siglo… de petatiux
Mientras se anunció que mañana jueves continuará el proceso contra Winckler en el Congreso del Estado con el propósito de echarlo del cargo, un proceso que el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes calificó de “puro circo mediático” que distrae al gobierno y a los legisladores de temas medulares como la inseguridad.
La versión huehuenche del “juicio del siglo” que se sigue al Chapo Guzmán en la Corte Federal de Brooklyn parece cuento de nunca acabar. Tiene razón el padre Suazo. Ya párenle que Veracruz sigue bañado en sangre.
Aparte de un nombre que ya se manejó, el abogado veracruzano Santiago Ceballos de la Cruz pretende hacer valer su experiencia y trayectoria en la procuración de justicia local y federal para sustituir a Winckler.
Él es actualmente Subdelegado de la PGR en Oaxaca, tiene estudios de posgrado y está capacitado en el sistema penal acusatorio, pero además ha trabajado en el Estado.
Quienes saben opinan que es uno de los que más posibilidades tienen de llegar al cargo.