Podríamos aceptar, que debido a alcaldes corruptos, de pasadas administraciones, los líderes ambulantes se fortalecieron en el cohecho. Pagaban cuotas fijas a los alcaldes en turno y estos les daban impunidad para cometer todo tipo de fechorías, que tienen registro y que atentan contra la población, los contribuyentes. La inmundicia en que se manejan, es asqueante pues contaminan los espacios, en lo que a la venta de comida se refiere. Se apoderan de los lugares publicos
y los dirigentes cobran cuotas, por los metros que se ocupan, como un cobro de piso vamos, como el narco. Lo delicado es que el nuevo gobierno, que se supone es anticorrupcion , como es el de Xalapa, este hincado a los pies de los vándalos. El punto más delicado es el del mercado ambulante de Araucarias y Pico de Orizaba, que expenden sin ningun control sanitario y son inamovibles. Problemas viales y de contaminación, que el inútil de Hipolito no sabe controlar. Y el cambio?