Le fallan funcionarios al Gobernador

Publiqué el lunes que camioneros en paro de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río hablaron conmigo el domingo para comentarme que tres semanas atrás habían pedido al Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, que se reuniera con ellos.

Querían exponerle sus razones de por qué demandan un ajuste a las tarifas. Me dijeron que llegó, pero que cuando se enteró del tema, sin escucharlos y menos dialogar con ellos, se paró súbitamente, les dijo que para eso no contaran con él y se fue sin más. Uno no se aguantó las ganas de comentarme que ese tipo de desplantes solo se lo conocían a Miguel Ángel Yunes Linares, que pensaban que era diferente.

El paro, que desquició la vida diaria de varias ciudades del Estado, había sido anunciado con anticipación y confirmado un día antes, pero nadie del gobierno estatal hizo nada para evitarlo. El domingo no se supo de ningún funcionario que tratara de hablar con ellos o que interviniera para buscar que acabara. Creo que si el Secretario al menos los hubiera escuchado, no habría pasado nada.

Mis interlocutores son camioneros que han hecho con esfuerzo un patrimonio, no tienen cientos ni miles de concesiones y llevan años pidiendo a los gobiernos que han pasado que conozcan y revisen con ellos su situación para que puedan hacer lo que llaman un ajuste, que les permita paliar los efectos de la inflación que año con año ha venido golpeando a todos los sectores productivos del país.

Me pusieron el ejemplo de la línea ADO, que con periodicidad aumenta el precio de sus tarifas con autorización del gobierno y no le ponen peros.

Pero esos son algunos de sus argumentos y es su defensa. Advirtieron que continuarían con los paros y se quejaron de que nadie de la administración estatal los atendiera. Me adelantaron que buscarían al senador Ricardo Ahued para pedirle que los escuchara y fuera el gestor ante la instancia federal para exponer su situación.

Ayer por primera vez el gobernador Cuitláhuac García se refirió al tema entrevistado por los reporteros. Minimizó a los paristas diciendo que se trata de un grupo muy pequeño, dijo que no hay por qué incrementar las tarifas aunque, contrario a Eric Cisneros, ofreció dialogar con los inconformes y reiteró que aunque “es un pequeño grupo”, “aún así” va a dialogar con todos.

Actuó bien, reaccionó bien y apeló al más valioso recurso con el que cuenta un político de verdad, un buen político, un buen gobernante: escuchar a todos y dialogar con ellos. Y en el principio fue el verbo, dice Juan en su Evangelio (1, 1). La palabra, el verbo. Hablando se entiende la gente, dice el dicho.

La reunión, el diálogo le confirmará si en efecto no hay razón para el alza porque “están bajando los insumos”, como se adelantó a afirmar, o si está equivocado y la otra parte tiene razón y entonces deciden buscar una solución conjunta, negociada.

La pregunta obligada es: ¿tiene que ser el propio gobernador el que tenga que resolver todos los problemas porque sus colaboradores le fallan, porque no saben o porque no pueden?

Un aserto político sostiene que el ejercicio del poder desgasta. Nunca he estado totalmente de acuerdo con ello, pero puede ser cierto. Desgasta si no se hacen las cosas bien, si se actúa mal. Desgasta al gobernante si sus colaboradores no funcionan y tiene que ser él mismo quien tenga que vestirse el overol y poner manos a la obra.

El poder puede servir también para crecer políticamente si hay eficacia, oportunidad, experiencia, conocimiento, responsabilidad, diálogo e incluso algo que muy pocos tienen, solo los grandes: humildad.

Con su decisión anunciada ayer de tomar el toro por los cuernos, de frente, Cuitláhuac García descalificó no solo a quien debería ser su gran operador político, el Secretario de Gobierno, sino también al Subsecretario de Gobierno y al titular de Transporte Público. ¿Qué hacían, dónde estaban el domingo mientras miles de usuarios sufrían la falta de transporte agravado por los efectos del frente frío 29?

Por la información que tengo, creo que también le están fallando sus servicios de “inteligencia”, sus informantes, sus “orejas”: no solo no son pocos (tan solo en el sur pararon el domingo más de mil) sino que se les están sumando más y si no se actúa a tiempo puede que el fin de semana que viene el paro sea mayor y se extienda a más ciudades. Incluso el problema se les podría salir de las manos.

Otro error en el que están cayendo, insisto, por la información que tengo, es creer que todo es obra de Miguel Ángel Yunes Linares. El problema es real. Yunes los amenazó y los pudo contener aunque no sin protestas en algunas ciudades, pero no lo quieren.

El nuevo gobierno es muy joven todavía. Apenas tiene 54 días, suficientes para mostrarle al gobernador dónde tiene ya fisuras su administración, que si no se remedian cuanto antes pueden poner en riesgo la fortaleza de la institución. Pero Cuitláhuac, él y solo él tiene la solución en sus manos.

El Poder Judicial, también un paso al frente

Primero ha sido el Ejecutivo, la semana pasada fue la rectora de la Universidad Veracruzana y ayer fue el Poder Judicial del Estado el que anunció medidas de austeridad para ponerse en ese sentido a tono con la política del presidente López Obrador y del gobernador Cuitláhuac García.

Durante la sesión del Consejo de la Judicatura, el presidente del organismo Edel Álvarez Peña informó que sus integrantes acordaron, entre otras medidas, una reducción salarial de 20 por ciento entre sueldos y prestaciones y que el ahorro en el año será de 100 millones de pesos.

¿Y los diputados locales cuándo? Todos, de todos los partidos, guardan silencio. Es censurable que lo único que los unifique sea el dinero, sus ganancias y privilegios. Es el único Poder que falta. Ahí sí nadie se rebela.

A propósito, el lunes comenté el anuncio de que la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, ajustó su sueldo a la baja, “equivalente en monto a lo que percibía como sueldo el rector… hace 16 años (era Víctor Arredondo Álvarez); en términos adquisitivos, corresponde aproximadamente tan solo a un 50% de lo que representaba en esa fecha”.

El contador Felipe Hákim, quien ahora tiene también el portal informativo Crónica del Poder.com, me escribió para dar una idea de cómo andaban los sueldos en aquel tiempo en la casa de estudios.

Recordó que hace 20 años renunció a la Secretaría de Finanzas de la UV y que a la quincena siguiente aumentaron las compensaciones de los altos funcionarios en un cien por ciento, “medida a la que me opuse. Sara era Secretaria Académica”. “Secretarios de 45 a 90 y Rector de 80 a 160”.

 

 

 

 

 

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