La fortuna que legitimó a Fidel

Un caso chusco para los historiadores y sociólogos que evidenció el desaseo de la clase política. En el invierno del año de 2004, recién estrenado Fidel Herrera Beltrán como gobernador de Veracruz superó la fórmula de Pitágoras.

Acostumbrado a manejar la ingenuidad y verdades a medias para estar en la cresta de la política como diputado federal, líder del PRI estatal, senador y gobernador, Fidel dio una cátedra de cómo se utiliza el doble discurso, la simulación y se convirtió en el Pitágoras veracruzano.

Es un genio en los números al grado de que si Pitágoras viviera se volvería a morir, porque Fidel a una velocidad increíble cambia el resultado de las ecuaciones con la nueva fórmula fidelista. Fidel se pinta solo. Genio y figura hasta la sepultura.

Para Fidel no hay imposibles.

En el 2004, en su declaración patrimonial, tuvo un crecimiento vértigoso. En el 2003, como senador declaró un patrimonio de 6 millones de pesos y, como gobernador en el 2004, creció a 22 millones de pesos.

Su cónyuge Rosa Margarita Borunda Quevedo registró un patrimonio de 127 millones de pesos en números redondos. La fortuna de Fidel iba creciendo a un ritmo desproporcionado, pero ante el cuestionamiento del colectivo  mediático, el exsenador justificó la numeralia porque los bienes millonarios pertenecían a las de su esposa y de él y, por esa razón, se habían multiplicado, entre los que se encontraba casas, ranchos, departamentos, ganado, joyas, cuadros de arte y bienes mobiliarios en el extranjero.

Raudo y veloz, el suegro de Fidel, Roberto Borunda Ortiz, quien falleció el jueves 3 de enero 2019, a los 88 años de edad en Chihuahua –algunos malquerientes, adversarios y críticos pensaban que había sido el exgóber, por la sesgada información que se tenía por la mañana del jueves-, salió presuroso para corregirle la plana al político de Nopaltepec.

En un periódico capitalino –Excélsior-, don Roberto Borunda le aclaró en el 2004 a su yerno Fidel Herrera, que la fortuna que mencionaba el exgobernador de Veracruz como del matrimonio Herrera-Borunda no se podía contar, porque la herencia que le había destinado a su hija Rosa Margarita Borunda sería suya hasta que él falleciera.

Don Roberto le cumplió la promesa a Fidel. Murió el jueves 3 de enero de 2019. Y ahora si los Herrera-Borunda podrán contar como suya los bienes y el capital que heredó a la cónyuge de Fidel.

La otra historia. En el 2010, a un mes de fenecer el cuestionado sexenio, su amanuense priista, el líder cameral de la Legislatura local, Jorge Carvallo Delfín, le otorga manga ancha al góber Fidel para que contratara una línea de crédito por 10 mil millones de pesos para reconstruir a Veracruz que había sido devastado por dos huracanes.

A pesar de la sevicia y alerta de la cerrada oposición para que no se le concediera, por estar a un paso de que concluyera el régimen del rojo escarlata –el crimen organizado creció como nunca jamás visto y el asesinato a periodistas marcaron la impunidad de su gobierno-, con el visto bueno de la Legislatura local la banca comercial le concedió el préstamo millonario.

Nunca se hizo público el soporte legal del empleo y uso de los 10 mil millones de pesos para la reconstrucción de Veracruz. Cientos, miles de damnificados, se quedaron esperando del apoyo institucional para levantar parte de sus derruidas casas, socavadas por la furia de los fenómenos hidrometeorológicos.

La Comisión de Zonas Devastadas de la Legislatura local, creada a exprofeso, nunca rindió un informe detallado sobre el monto del dinero público canalizado a los municipios afectados y el número de personas beneficiadas.

Los diputados duartistas y el propio Javier Duarte guardaron un silencio sepulcral sobre el uso y destino de los 10 mil millones de pesos que cargó a la deuda pública del gobierno estatal, Fidel Herrera. ¡Había superado también al ilusionista húngaro Harry Houdini!

¿Ángel o demonio?

Los claroscuros de Fidel, los más oscuro que los claros, los conoció su confidente y contemporáneo Roberto “El Gallo” Hernández Palacios, quien dejó  para  la posteridad testimonios públicos  de los trastupijes que dejó el político de Nopaltepec antes de que se encumbrara a la senaduría y gubernatura.

“El Gallo” Palacios, acendrado priista, exoficial mayor del comité estatal del PRI, exdelegado en el estado, expresidente del Concejo Municipal de su tierra natal Atoyac y excomisionado para la liquidación de la Junta de Mejoras, Material y Cívico de Acapulco, Guerrero, escribiría sus memorias por la celada que lo indujeron en la desviación de los dineros públicos de la liquidación del organismo descentralizado para su beneficio y de terceros, pero fue cortada de tajo al morir abruptamente en un caso no del todo esclarecido.

Su libro abarcaría algunos pasajes oscuros de Fidel Herrera, con nombres y fechas de los acontecimientos retrospectivos cronológicamente del polémico y controvertido caso del “Carbonellazo” ocurrido en la tercera semana del mes de abril de 1974 que contó al autor de este espacio y a otros colegas.

Algunos capítulos, en corrección, en obra negra, fueron descritos por el extinto político de Atoyac como “Lo más negro del negro de Nopaltepec”. La obra, desafortunadamente, abortó al morir sospechosamente su autor. ¡Triste final!

Comentarios a  gau41@hotmail.com

@12hrsver

 

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