“Los fracasos hunden a los necios; a los sabios, les levantan.” – Eusebio Gómez Navarro.
Vaya con la política “sui géneris” que ha marcado la administración del alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, ya de por si descalificado por gran parte de la ciudadanía, la cual no ve la hora de que la pesadilla termine tras un año de hierros constantes.
Acusados de un subejercicio en 2018 cercano a los 600 millones de pesos, mismo que deberá ser reintegrado a la federación por su no aprovechamiento –aun cuando la autoridad municipal lo niegue-, la ciudad se sumerge en una severa crisis en diversos servicios públicos –incluyendo el cobro mismo del Impuesto Predial, que hoy aglutina a miles de personas por la incapacidad de emplear mecanismos más eficientes de cobro-.
A esto habremos de sumar el pésimo, por no decir lo menos, trabajo de las autoridades responsables de la operación de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa (CMAS), la cual anuncia que a partir del mes de enero –en pleno periodo invernal- comenzarán a racionalizar la distribución del agua en la capital del Estado.
En palabras lisas y llanas amable lectora y lector la Comisión responsable tandeará el servicio del vital líquido.
Xalapa fundada sobre diversos yacimientos de agua, hoy padece de la incapacidad operativa y de distribución del agua de sus autoridades, que ante la infinita cantidad de fugas subterráneas que enfrenta la ciudad –las que según ex funcionarios de la dependencia podría alcanzar poco más del 40%- mantienen a la población sumida en el rezago sanitario.
No hay tema que tenga que ver con la ciudad capital, en donde no se acumulen severos señalamientos de incapacidad, ya sea en el manejo del Comercio y el Desarrollo Económico en donde han tenido que cambiar a los funcionarios, ya sea en temas relacionados con la seguridad pública, a donde los objetivos y metas trazados simplemente no se pudieron alcanzar por mantener una política de ostracismo.
Y es que hasta en ese sentido, las autoridades municipales han quedado a deber, pues de los cerca de 400 policías que debieron haber salido acreditados y capacitados de la Academia de formación en Puebla, solo un poco más de 70 pudieron acreditar sus estudios, con el lamentable caso de no haber sido adiestrados en el uso de armas de fuego.
Así por increíble que parezca, la actual administración ha hecho todo para ir en contra de su mismo slogan institucional “Florece Xalapa” del cual nadie ha podido si quiera ver florecer un capullo.
Triste situación, triste en verdad, porque por más treguas que se le intenten dar como sociedad a las autoridades municipales, es la hora en que simplemente no asumen o terminan de entender el papel que deberían desarrollar.
¿Hasta cuándo? Será la pregunta que miles de xalapeños se seguirán realizando muy a pesar de intentar confiar en las autoridades, que simplemente no pasan del dicho al hecho, pues entre más intentan apegarse al librito de la Cuarta Transformación nomás nada les sale.
Y conste que aquí no pedimos la renuncia del alcalde xalapeño, al que ya muchos quisieran mandar a su casa de puntitas.
Al tiempo.
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