El campo, que puede dar de comer a todos los mexicanos y exportar alimento a otras naciones, está en quiebra como todo lo que tocaron los priistas.
La austeridad no es una manera de obtener personalidad en el estilo de gobernar sino una necesidad inevitable.
Es por ello por lo que hubo recortes a diferentes presupuestos en diferentes áreas del gobierno. No en todas, a pesar de la quiebra de las finanzas públicas. Dejaron las arcas vacías.
El campo mexicano tiene en estados como Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Guerrero, Yucatán, Quintana Roo y Michoacán, una fortaleza que quisieran países enteros; sin embargo, no hay explotación del campo desde que llegó Miguel de la Madrid Hurtado al poder y, deslumbrado por los préstamos del FMI, obedeció su mandato de descuidar el campo y, lo que fue peor, quitarle todos los subsidios, mientras que en Estados Unidos el subsidio a su producción agrícola crecía. En lugar de obedecer al pueblo, acataba las órdenes de la banca internacional.
La miopía y sumisión de mandatarios como De la Madrid hicieron del campo un desierto, y los campesinos mexicanos se vieron obligados a sembrar ilícitos, a riesgo de perder su vida o su libertad, si no querían vivir en la miseria.
Presidentes como De la Madrid, ni siquiera conocían la esencia de la reforma agraria, que surge del movimiento armado de 1910. Era una fecha que no estaba en su ambicioso calendario. Sin embargo, luego de 104 años de haberse firmado, hay en México políticos responsables, no sólo del futuro del país sino del pasado, con conciencia y conocimiento de la historia.
Así, en lugares donde el campo debió tener siempre una producción excelente, como Veracruz, el dirigente nacional de la Unión General Obrero, Campesina Popular (UGOCP), Luis Gómez Garay, encabezó, junto con el gobernador de la entidad, Cuitláhuac García Jiménez, el aniversario que no debe ser sólo una fiesta de cumpleaños sino un compromiso en el que deberá aprenderse del pasado para construir para el campo el futuro que merece.
El dirigente campesino afirmó que, a más de cien años de la lucha agraria es urgente que las autoridades entiendan las necesidades de atender el rezago y desigualdad social en el campo mexicano.
Al evento asistió el titular de la Sedatu, Román Meyer Falcón, en representación del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador; el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez; así como legisladores locales y nacionales y líderes nacionales de diferentes de organizaciones campesinas.
Ahí, Cuitláhuac García señaló que esta fecha no se trata solamente de hacer una reflexión histórica, sino de apuntalar los principios que se buscaron en la época revolucionaria y, así, reivindicar los derechos del campesino.
Desde la Macroplaza del Malecón, en el puerto de Veracruz, manifestó el compromiso del nuevo Gobierno de elevar la producción del campo veracruzano, convocando a ejidatarios y a pequeños tenedores de tierra a trabajar juntos por esta meta, pues cada producto que la administración pública apoye tendrá mercado garantizado.
El mandatario estatal anunció la conformación de, por lo menos, mil hectáreas para la producción de palma de coco y la próxima implementación de un programa de conversión de caña de azúcar en otras alternativas, como la producción de arroz, que tendrá el objetivo de establecer un precio de garantía que genere una ganancia superior a la que actualmente se obtiene por cada hectárea.
Detalló que en Veracruz se va a establecer el Instituto Nacional del Café, que se dedicará a apoyar la calidad de este producto mediante directrices específicas, por ejemplo, estudiar los mercados e instruir con inteligencia a los productores para que obtengan mejores ganancias.
Ahí tendrán atención especial los cafeticultores, a quienes aseguró que su producto no se verá afectado en la producción, porque este Instituto se encargará de separar la producción de café de alta calidad de las otras variedades, a fin de que cada uno tenga su propio mercado y se garantice su colocación, “para todos aquellos productores del campo y del café, sobre todo, habrá un apoyo seguro”.
Ante esta fecha, el gobernador reiteró su compromiso de impulsar el campo veracruzano, por su parte, los productores de maíz, a pesar de ser de extracción priista, dieron también su voto de confianza al mandatario estatal.
Quien conoce la problemática del campo, no sólo de Veracruz sino del país, está consciente de la deuda de cada uno de los mexicanos con los campesinos. La propia reforma agraria tiene un origen de lucha donde muchas vidas se perdieron para dar luz a una esperanza de mejor vida en el ámbito rural.
Ha habido reparto de tierras, producto de esa gesta heroica, pero también ha habido mucho desinterés. A los egresados de universidades extranjeras en el gobierno no les gustaba ensuciarse los zapatos visitando el campo.
Durante el largo período que se extiende de 1911 a 1992, se entregaron a los campesinos algo más de 100 millones de hectáreas de tierras, equivalentes a la mitad del territorio de México y a cerca de las dos terceras partes de la propiedad rústica total del país.
Pero no basta con repartir tierras, es necesario ver qué se ofrece para trabajar esas tierras, y así observar y procurar su sano desarrollo.
La capacidad de convocatoria del gobernador de Veracruz servirá para conjuntar opiniones, acumular coincidencias y buscar que las diferencias se conviertan en complemento con el objetivo de otorgar al campo, todos los días, un homenaje a todos y cada uno de los héroes anónimos que hicieron posible esta hazaña, que los serviles quisieron que los mexicanos olvidáramos. PEGA Y CORRE. – La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental, determinó que la administración encabezada por Miguel Ángel Yunes Linares resultó ser más corrupta que la del mismo gobernador Javier Duarte de Ochoa. Veracruz se posicionó como la segunda más corrupta de 2017, sólo por detrás de la Ciudad de México, a pesar de que el otrora gobernador presumía de honestidad… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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