Muchas interpretaciones y lecturas tiene la tragedia de Puebla. Ambos bandos han despertado su creatividad, que va desde un asesinato hasta una comedia, en donde lo muertos no lo están. De qué es una tragedia, lo es e impacta. Pero objetivamente es un mensaje de vida, que cada quien puede interpretar como lo sienta. Finalmente ni el poder, dinero, gloria son eternos. La reflexión sería, la manera de hacer política del nuevo régimen. AMLO no es sólo presidente de los 30 millones que votaron por él, pues hay 90 millones de mexicanos más. Polarizar cómo lo ha venido haciendo-neofacistas, fifis, egoístas-es de riesgo. El no ir a la toma de posesión de la gobernadora y amenazar, que mientras ella estuviera no visitaría Puebla, ni es político ni es sabio. Su pragmátismo le ayudará a evitar remordimientos, esperamos. Y cuidar más las expresiones, el horno no está para bollos aconseja la sabiduría popular. El verdadero pueblo sabio…