El viernes anterior estuve en la reunión de las celebraciones decembrinas con los veteranos de Bomberos de Xalapa. Como en otras ocasiones, platicamos de sus experiencias, de algunos eventos emblemáticos, de sus satisfacciones y también de sus necesidades. La más importante, seguir sintiéndose parte de la corporación a la que entregaron su vida.
De todas las enseñanzas que he recibido de las personas con quienes he convivido a lo largo y ancho de mi vida, este grupo social es, sin duda, el que más me ha conmovido, por su gran, enorme calidad humana. Indescriptible. Y es de entenderse: para que una persona esté dispuesta a anteponer la vida y los bienes de los otros (desconocidos y hasta ajenos) antes que su propia vida, es que debe estar conformado de otra materia y de otro espíritu: el de los héroes.
En nuestro país, tenemos grandes ejemplos de héroes de la patria que ofrendaron su vida por una causa, por la libertad, por el territorio, por los derechos…Y ellos, los bomberos, la ofrendan todos los días, a todas horas, por nosotros.
Como sabe, en este agonizante 2018 hemos celebrado 80 años de la fundación del Cuerpo de Bomberos de Xalapa, conformado en las postrimerías de los años ’30. Cuando nuestra querida capital aún era una población pequeña, un puñado de voluntarios xalapeños, motivados por la indefención de los vecinos que eventualmente sufrían los estragos del fuego en sus viviendas y pertenencias, decidieron organizarse. Con el tiempo se fueron fortaleciendo y encontraron eco en el alcalde, Don Ernesto Ortiz Medina, quien dio forma y legalidad al reducido grupo de gigantes.
El grupo aún es pequeño para el enorme reto que representa atender a una población de medio millón de habitantes, más la población flotante propia de una capital y sede de la universidad del pueblo, más 19 municipios aledaños a los que también se auxilia.
A la fecha, ya hay chicos entre los 7 y 12 años que asisten a los cursos de verano, son bisnietos de los fundadores de Bomberos de Xalapa. ¡Ojalá haya semillero de esta casta de valientes, generosos y humanos que velan por nuestra seguridad, desde la original vocación de apagar el fuego y otras que se les han ido adjudicando y para las que ellos se siguen preparando (rescate en accidentes automovilísticos, inundaciones, rescate de fauna, etc.). Del área técnica, dan cursos para la prevención de accidentes a personal de empresas, instituciones e infantes. Su labor es ardua, profesional, comprometida, de tiempo completo, de amor a la humanidad…
Hace un mes aproximadamente, hubo un incendio en el corazón de la ciudad, en el mercado Jáuregui. La alarma fue mayúscula porque hay tanques de gas que podrían explotar. Como siempre, los Bomberos de Xalapa acudieron con prontitud y con los equipos y herramientas adecuados para eventos de esa naturaleza, por lo que se pudo evitar la tragedia. Se sumaron otros cuerpos de apoyo y pasó el peligro, el fuego fue sofocado oportuna y profesionalmente.
Le cuento que, en esta semana que termina, celebramos el brindis anual con motivo de las fiestas de fin de año y, como siempre, se obsequiaron regalos para el personal de base (44) y voluntarios (17)…y, como siempre, no alcanzaron para todos…
Pienso que ya va siendo hora de que pensemos cómo apoyar a nuestro heroico y honorable Cuerpo de Bomberos de Xalapa. ¿Podríamos aportar dos pesos mensuales o diez pesos anuales para garantizar la efectividad de los servicios de esta noble corporación? Cuando los necesitamos, ello siempre están para nosotros, preparados y expeditos; ¿Podremos estar nosotros para ellos? ¿Quién dice yo?
¡Gracias Bomberos de Xalapa!
