Se va sin poder superar la derrota de su hijo

¿Alguien se puede imaginar al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, un hombre que da la impresión de ser “duro”, llorar a punto de entregar la administración pública estatal?

Pues sí, sí lo ha hecho, porque al mismo tiempo es “muy sensible de repente”.

Se le escurrieron las lágrimas la mañana del viernes pasado cuando su hijo Miguel le envió un mensaje diciéndole que en el mejor periódico de Inglaterra, The Guardian, apareció el Foro Boca dentro de las obras de construcción más importantes del mundo, nominado para obtener el premio mundial de arquitectura en el mes de diciembre.

“Y me ganó la lágrima, me ganó el sentimiento”.

Lo domina el sentimiento, el amor por su hijo mayor, cuya derrota como candidato a la gubernatura el 1 de julio pasado no la puede superar.

“Como ser humano me dolió, como padre me dolió muchísimo y me sigue doliendo. Veracruz hubiera tenido mejor destino con Miguel”.

Este jueves comparecerá por última vez como gobernador ante el pleno de la LXV Legislatura para responder preguntas sobre su Segundo y último Informe de Gobierno.

El viernes pasado Paz Ramírez, reportera de Notiver, lo entrevistó en su despacho del Palacio de Gobierno. Ante ella se confesó, motivado por sus preguntas.

Durante el diálogo asomó lo que fue su obsesión en sus dos años de mandato: Javier Duarte y sus colaboradores acusados de actos de corrupción.

La entrevista se publicó el domingo en el rotativo del puerto jarocho.

“¿Qué pasa cuando su hijo no resultó electo gobernador?”, le preguntó Paz.

“El resultado de la elección fue inédito. Miguel tiene más de 400 mil votos de los que yo tuve, pero Miguel no se enfrenta a un candidato a gobernador, Miguel se enfrenta a un candidato a la presidencia que prácticamente arrasa en todo el país”.

Afirma que fue un tema muy complicado. “Yo no tuve la menor duda de que Miguel era la persona, es la persona mejor preparada para gobernar, ahí están los hechos, está la realidad de lo que Miguel ha hecho como alcalde de Boca del Río. Nunca planteó cosas etéreas. Sin embargo la decisión de los veracruzanos fue otra”.

Será opositor crítico

La reportera le preguntó que sigue para él en la política, en la vida pública.

Respondió con una afirmación: “un político nunca se retira de la política. A veces lo retiran de la política, que es otra cosa, no es mi caso.

Dijo que saldrá del Palacio de Gobierno con la frente en alto, “con el aprecio de muchos veracruzanos, con 65 años, cumplo 66 el 5 de diciembre. Me siento muy bien física y mentalmente”.

Afirma que va a continuar, “no voy a dejar de trabajar, nunca he tenido descanso. Se abren espacios importantes por lo que significa el siguiente gobierno, desde la perspectiva de la oposición”.

Y anuncia: “A partir del primero de diciembre seré libre para señalar los desacuerdos, hablar cuando sea oportuno, pero de ninguna manera seré un problema para el siguiente”.

Reitera: estará desde la oposición para seguir el caso del gobernador entrante. “Yo he sido un opositor congruente, yo hablé, di mi opinión de lo que podía ser y ojalá y esté eqivocado”.

Gobernador hasta mañana viernes, expresa que quiere que le vaya bien a Veracruz.

“Sin embargo, si lo que estoy viendo no me parece, entonces usaré las credenciales de opositor congruente y las haré valer en su momento. No quiero ser obstáculo pero sí quiero contribuir a que a Veracruz le vaya mejor”.

“Comentarios sin sentido, de Cuitláhuac”

Otra interrogante que le hizo la entrevistadora fue: “Hubo enfrentamientos de discurso con Cuitláhuac García el gobernador electo, ¿hay preocupación por lo que pueda hacer?”.

Su respuesta fue: “A ver, yo nunca me enfrenté a él, yo soy gobernador, yo asumo mi posición como gobernador del Estado y leo los comentarios sin sentido que hace yo creo que después de bailar una salsa. La verdad es que hay cosas que comenta que ni tienen pies ni cabeza, yo no entro al debate, no sé si se han dado cuenta que no he respondido ni un solo agravio; asumo que soy gobernador y que debo respetar mi investidura, no voy a andar en chismes callejeros ni en intrigas”.

Comentó que no sabe cuál va a ser la estrategia en materia de seguridad, “pero espero que sea la mejor, que el gobernador dedique su tiempo a gobernar, a servirle a los veracruzanos, que haga un esfuerzo. Yo espero que le vaya bien a Veracruz. Ojalá y no tengamos que arrepentirnos de lo que sucedió en las elecciones”.

Yunes Linares le dijo a la periodista que el tiempo “pasa como agua bajo el puente, inevitablemente” y que “sí pasó muy rápido y fue un periodo muy breve… me quedaron a deber cuatro años”.

Ella percibió que el comentario se lo hizo “ya con un dejo de tristeza”.

Disfrutó trabajando, expresa

Dijo que trabajar todos los días “24 x 24” horas los 750 días lo deja satisfecho, que fue una decisión “de disfrutar de otra manera, haciendo bien las cosas”.

“Han sido dos años de no ir a fiestas, no ir a bailes, no he ido a una boda, no he ido a un bautizo, a unos quince, no he tomado una copa, nada en dos años, porque la otra forma de disfrutar era llegar aquí y hacer y deshacer tal y como lo hacía Duarte. El señor el viernes cesaba actividades y los aviones de gobierno empezaban a trasladarse unos a Acapulco, otros a Ixtapa, a Tucson. Agarraban la fiesta desde el viernes”.

Se preparó para la añoranza del poder

Paz Ramírez lo cuestionó sobre si ya estaba listo para irse.

“En la parte anímica” le respondió que ha tenido una carrera tan larga que siempre ha entrado y salido, “por fortuna, bien, nunca he salido mal”.

Recordó que cuando dejó la Secretaría General de Gobierno en el gobierno de Patricio Chirinos salió una noche por la puerta principal del Palacio de Gobierno.

“Nunca he salido mal de mis cargos, y en el proceso te vas preparando contra la añoranza del poder, además soy un hombre que hace poco uso de la parafernalia del poder. Yo soy de los que hacen cola en La Parroquia (el café). No me paso un alto. Hice cola para sacar mi pasaporte”.

Señaló que su último evento como gobernador será en la Plaza de la Soberanía de Boca del Río, y de ahí se va “a chiquear un poco”.

La foto de la derrota

La foto ya histórica que Miguel Ángel Carmona, de la agencia Fotover, le tomó la noche del 1 de julio de 2018, refleja muy bien, por adelantado, el fin de su gobierno.

Le acababan de confirmar la derrota de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez como candidato a sucederlo en el cargo.

En mis tiempos de reportero, en el siglo pasado, tenía mucho peso el dicho de que no hay reportero sin suerte.

Al reportero gráfico lo acompañó esa noche y lo hizo pasar a la historia.

No sé si estaba a la caza de “algo” en el parque Juárez desde donde se veía el despacho del Ejecutivo porque el ventanal del Palacio de Gobierno tenía descorridas las cortinas, quién sabe si ocasionalmente iba pasando por ahí, el detalle es que estuvo en el preciso momento, que nunca más se iba a repetir.

Ahí se ve al gobernador sentado en su despacho, solitario, con el celular en la mano derecha y con la mano izquierda tapándose los ojos, que tiene cerrados, en actitud de no dar crédito a lo que acaba de pasar. Es la imagen viva de la derrota. Es la foto que resume su bienio.

 

 

 

 

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