Cuando los prejuicios se asoman

Todos los caminos llevan a Roma, por ello todo en esta semana me llevó a escribir de la última película de Alfonso Cuarón, porque además de la joya cinematográfica que representa en su temática y realización tiene muchos temas detrás que no podemos dejar de mencionar, desde la exhibición en el país que ha sido un tema de debate hasta el trato que la protagonista de la película ha recibido de parte de los mismos mexicanos debido a su color de piel.

Roma estaba por exhibirse únicamente en 40 salas del país, mientras que en países como Polonia y Corea del Sur, se exhibirá en más de 50. ¿Por qué indignó este hecho al cineasta y a algunos espectadores?, porque la película está pensada en México, retrata una época crucial de nuestra historia, los años 70’s; habla de una realidad que aún está latente, el clasismo disfrazado y por supuesto tiene infinidad de referencias que sólo hacen sentido a los mexicanos. Sin embargo al parecer ha tenido mayor valía en otros países que en el nuestro.

La película se exhibe desde estas fechas en cines independientes, debido a que las dos cadenas más grandes del país se han negado a proyectarla por no respetar sus políticas de ventas, incluso Cinépolis emitió un comunicado donde pedía a Netflix retrasar el estreno de la cinta en México para aceptar proyectarla. Al final la exhibición de la película no responde al dinero que se pueda recaudar, sino a una lucha de poderes que busca demostrar quién tiene el control de las audiencias, aunque estas últimas sean las únicas afectadas.

De acuerdo a críticos internacionales Roma es una joya visual, pero también su narrativa tiene detrás grandes mensajes, filmada en blanco y negro nos recuerda un México de antaño, en el que crecían las protestas estudiantiles pero también el dolor de la alta sociedad de guardaba en el hogar, para al exterior sólo demostrar el éxito en ocasiones inexistente y vivir de las apariencias. La historia retrata a detalle la vida de Cleo, personaje que interpreta Yalitza Aparicio, quien también ha estado en el ojo del huracán.

Yalitza Aparicio es originaria de Oaxaca, su tez es morena, sus padres y hermanos tienen sus raíces en las etnias mixteca y triqui, todo lo anterior la llena de orgullo al igual que los reconocimientos que ha recibido por su recién despegada carrera como actriz. Creció en un municipio que hoy al igual que el resto de México se encuentra plagado de inseguridad y violencia, donde la pobreza acecha a la población y su talento la hizo destacar hace algunos años en el casting para la película.

Ahora que el mundo reconoce su destacada participación, revistas como Vanity Fair la han retratado vestida de marcas de lujo y mientras en otros países su trabajo es alabado, en México ha recibido infinidad de críticas por su color de piel, en redes es insultada y recibe comentarios racistas o despectivos, sin embargo la actriz comenta que esta realidad se retrata en el filme y que espera que más personas comiencen a cambiar esos actos, aunque el cambio no se haga de la noche a la mañana.

Lo más triste de esta película es que está sacando a flote nuestra realidad, demuestra el malinchismo con el que los propios mexicanos nos tratamos y la falta de apoyo que el talento encuentra en el país, pues cuando grandes ideas surgen son pocos los que tienden una mano para decir hagámoslo juntos. Es más fácil truncar los sueños de otros ante la imposibilidad de cumplir los propios.

El éxito de un director mexicano debería comenzar en su propia tierra y pocos son los que estamos reconociendo su trabajo, pero aún más desagradable me resulta ver que seamos incapaces de valorar nuestros orígenes, que de inmediato salten los prejuicios disfrazados de bromas y nos olvidemos del orgullo de ser mexicanos, de poner en alto la cultura que nos distingue del resto del mundo y sólo después de un gran proceso de globalización reconocemos como propia.

México necesita más orgullo nacional, gente que esté dispuesta a defender su cultura y su gente de la misma forma que defiende a marcas y productos extranjeros. Necesita que más personas valoremos todo lo que tenemos en diversidad y sobre todo que nos apoyemos como mexicanos para lograr avanzar y crecer.

 

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