Vaya paquete el que tienen ya a las puertas de sus cubículos los diputados que integran las comisiones de Gobernación y de Justicia y Puntos Constitucionales.
A ellos debe haber turnado ya o debe estar por hacerlo el presidente de la Mesa Directiva, José Manuel Pozos Castro, la solicitud de juicio político contra el fiscal Jorge Winckler Ortiz.
El pasado 13 de noviembre el Congreso local dio entrada a dicha solicitud, presentada por el representante legal de la Asociación Civil Organización Nacional de Empresarios Anticorrupción (ONEA), Iván Gidi.
La comisión permanente de Gobernación la integran Adriana Paola Linares Capitanachi como presidenta (Morena, distrito V de Poza Rica), Raymundo Andrade Rivera (Morena, distrito XII de Coatepec), y María Josefina Gamboa Torales (PAN, XIV de Veracruz).
La de Justicia y Puntos Constitucionales está integrada por Mónica Robles Barajas (Morena, plurinominal), Rosalinda Galindo Silva (Morena, distrito X de Xalapa) y Erika Ayala Ríos (PRI, plurinominal).
Estos diputados deberán analizar el caso y si lo consideran procedente entonces lo enviarán a la comisión Instructora que la integran Rubén Ríos Uribe (PES, distrito XIX de Córdoba), Jessica Ramírez Cisneros Moreno (Morena, distrito XXVIII de Minatitlán) y Enrique Cambranis Torres (PAN plurinominal).
Si estos diputados encuentran elementos para proceder, como se advierte en la relación de nombres y partidos, Winckler tal vez solo tendría el apoyo y el voto a su favor de la diputada panista Gamboa Torales, porque quién sabe si el otro blanquiazul, Cambranis, compraría un pleito que no es suyo, pues él no es del grupo panista yunista.
Visto así el escenario, el Fiscal Winckler llevaría todas las de perder, porque ya no tendrá apoyo del Palacio de Gobierno y ha sido el propio gobernador electo Cuitláhuac García quien ha pedido desde su campaña que se le someta a juicio. ¿Alguien piensa que los diputados de su partido y sus aliados le llevarán la contra?
Las vueltas que da la política
Como priista, Gonzalo Guízar Valladares siempre aspiró a la presidencia municipal de Coatzacoalcos.
En realidad sí trabajó por la causa tricolor y fue muy disciplinado, hasta que cansado de tanto esperar y engañado se decepcionó y se brincó al PAN.
Fue durante el sexenio de Fidel Herrera Beltrán cuando pensó que ya había hecho suficientes méritos y que le tocaba la candidatura, pero se le atravesó Marcelo Montiel.
El Tío Fide le dijo que se esperara tres, que le tocaría a la siguiente y mientras tanto lo hizo diputado local y presidente de la siempre codiciada Comisión de Vigilancia.
Corrió el tiempo y cuando vino la renovación de la alcaldía coatzacoalqueña quiso hacer válida la promesa de que por fin él sería el candidato, pero oh desilución, impusieron entonces a Marcos Theurel Cotero.
Gonzalo se fue entonces del Revolucionario Institucional en un arrebato alegando que ya lo habían sacrificado antes y que le “tocaba” la candidatura a la alcaldía en 2010.
Era entonces diputado local y cuando se enteró de que habían nombrado como candidato a Theurel, prácticamente al otro día apareció en un mitin junto al archienemigo de Fidel, Miguel Ángel Yunes Linares, pero ya luciendo la camiseta blanquiazul y como candidato del PAN al cargo.
Cuando Guízar regresó de Coatzacoalcos a Xalapa, al cubículo que tenía como diputado priista, encontró todas sus cosas tiradas en un pasillo del edificio del Congreso local, así como las de sus asistentes. Fidel había ordenado que lo echaran de ya.
En la elección, Marcos le ganó la presidencia municipal por un reducido margen de 4-5% puntos porcentuales de diferencia pero el triunfo se definió en los tribunales.
Ahora ha regresado de nuevo como diputado local por el Partido Encuentro Social (PES) en alianza con Morena. ¿Con esa alianza se le hará por fin realidad su aspiración a ser alcalde de Coatzacoalcos en 2021?
Los castigan
Atribuyen a los yucatecos el dicho: el que ya bailó que se siente.
Esto aplica exactamente al coordinador de la bancada panista en el Congreso local, Sergio Hernández.
Pero por lo que se advierte, todavía no asimila que el PAN ya perdió el poder político y que otra fuerza domina al panorama.
Con el apoyo del gobierno yunista, él hizo lo que quiso en la Legislatura inmediata anterior.
Ahora se ha quejado porque así como los excluyeron de la Mesa Directiva, también los relegaron en la integración de las 40 comisiones permanentes.
Pronto se le olvidó que el panismo en la anterior Legislatura, entonces mayoría, tampoco tomó en cuenta a los morenistas, no obstante que estaban casi a la par de ellos en número de diputados.
Después de presidir la Junta de Coordinación Política (Jucopo) por las buenas y a las malas y de tener a la mano el cajón, ahora solo quedó como secretario de la comisión de Seguridad Social y vocal de la de Trabajo y Previsón Social. Ni siquiera la presidencia de la de menor importancia.
Se acabaron los préstamos a Mancha, las partidas para los muros periodísticos de Mancha, los presupuestos para las “casas de enlace” (supuestamente se van a duplicar) y “las nóminas 20” (de personas que cobraran los días 20 pero nadie conocía en el Congreso) para pagar a los operadores que van a hacer la campaña para la presidencia municipal de Xalapa.
Él les escamoteó la Jucopo a los morenistas cuando tenían derecho a ella y ahora se las cobran.
Lo curioso es que a otros diputados panistas sí les dieron la presidencia de alguna comisión. O sea, se ve que la bronca es contra él.
Dos políticos que sí saben
La queja de Hernández fue por la distribución de las comisiones, pero dos políticos con oficio, Erika Ayala Ríos del PRI y Gonzalo Guízar Valladares del PES, coincidieron en recordarle que cuando se es mayoría esta se ejerce.
Erika reveló que durante los trabajos de integración de las 40 comisiones los diputados de Morena les recordaron que el PRI y el PAN habían actuado igual, con inequidad, en la integración de esos grupos cuando eran mayoría.
En una cosa coincidieron: no hay diputados de primera ni de segunda, todas las comisiones son importantes, todo depende del trabajo que haga cada legislador.
Ambos en lugar de estar quejándose, aunque no están de acuerdo del todo con el reparto, saben que en política el que tiene la mayoría la ejerce pero no por ello van a dejar de trabajar.