“La obra política más difícil es obtener la confianza antes que el éxito.” – Napoleón.
Con la toma de protesta de la Sexagésima Quinta Legislatura la nueva recomposición legislativa llega a Veracruz de la mano de una mayoría de Morena, el nuevo orden político estatal obedece sin lugar a duda a una coyuntura electoral y a la suma de un malestar social generalizado.
Así por primera vez en la historia reciente de la entidad, habremos de tener legisladores reelectos quienes fueron a las urnas en algunos casos, en los menos simplemente basto inscribirlos en la lista de candidatos plurinominales para mantener la curul.
Pero bajo este escenario, Morena enfrentó una lucha encarnizada por el control del Congreso, bajo el mismo escenario que actualmente enfrenta en el estado una división en tercios que parece mantiene las pugnas para ver quien masca más pinole mientras pretende silbar.
Y es que la fuerza política de la senadora Rocío Nahle García y del dirigente estatal de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara pretende imponerse a los caprichos de algunos pseudo morenistas que actuando bajo el nombre y amparo del gobernador electo Cuitláhuac García Jiménez pretenden en realidad responder a otros intereses.
Y es que según se ha sabido los bandos divididos en el Congreso en dos bloques mantiene a la Coalición Juntos Haremos Historia en ciernes, pues la intentona de asalto a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y a la misma presidencia de la Mesa Directiva obedece a intereses que desde el altiplano pretende mover un ex gobernador de Veracruz.
Como siempre en las historias de ultratumba dos habrán de confabularse para así cuales Judas vender el alma hasta de sus madres con tal de lograr su cometido.
De esta manera José Manuel Pozos Castro y a Juan Javier Gómez Cazarín, quienes ya se frotan las manos en pos del botín le intentan empantanar el escenario político al diputado que habría alcanzado la mayor votación en el pasado proceso electoral, Amado Cruz Malpica, quien por experiencia legislativa y capacidad debiera ser el responsable de mantener el orden y control del Congreso.
Cruz Malpica es de los pocos integrantes de Morena con calidad probada para hacerse del cargo, formado bajo el manto protector y la escuela de enseñanza de Heberto Castillo, este abogado egresado de la Universidad Veracruzana (UV), sabe lo que es mantenerse en la izquierda cueste lo que cueste.
Legislador federal por el PRD sabe que, en materia de consensos y acuerdos, el dialogo es la primera de las herramientas que se habrá de utilizar, sin menos cabo al disenso, pero ante poniendo siempre el acuerdo, bien relacionado con la clase política electa a nivel federal y también fundador del Morena en 2014, cuenta con el plus de pertenecer a los cuadros de mayor confianza de la Senadora y futura Secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García.
Amado Cruz fue a nivel nacional el único caso de reelección, en virtud de haber contado con el respaldo del CEN de Morena, dada su capacidad en materia legislativa, como lo demostró en los últimos dos años, coordinando al grupo de Morena en el Congreso Local.
La llegada de Amado Cruz Malpica a la Jucopo y por ende al control del Congreso es un asunto de trascendencia nacional, que sumada a la petición hecha por el mismo líder estatal de Morena, Manuel Huerta se vuelve una necesidad, por encima de caprichos como pretenden algunos hacerlo creer.
El legislador por Coatzacoalcos habrá de jugar un papel vital en la geopolítica y en las reformas que impulsa desde ya el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por eso ¡será Amado!
Al tiempo.
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