Inicio ColumnasPor la verdad y la confianza La democracia dirigida: la consulta de Morena

La democracia dirigida: la consulta de Morena

by Zaida Alicia Lladó Castillo

El término democracia dirigida, alude a la forma de gobierno –aparentemente democrático–, que posee un fuerte control estatal o un poder firme de quien lo encabeza y ejerce el poder. Es propio de los regímenes autoritarios. Es decir genera un estado permisible para que un líder, dirigente o un mandatario acomode las normas, estrategias de control o formas de gobierno, montando las condiciones que simulan democracia,  para obtener los resultados que tiene planeados de acuerdo a sus intereses.

En las democracias dirigidas, los resultados son los que ya se tienen previstos de antemano. Es solo crear el escenario para cumplir con un compromiso o con una condición de aceptación pública, pero con la seguridad de que los resultados van orientados a alcanzar lo que ya se acordó previamente.

Un ejemplo claro es la revolución Bolivariana en Venezuela. Lo ha sido desde 1998 cuando asciende al poder el militar populista Hugo Chávez  hasta su muerte en 2012 y  la llegada de Nicolás Maduro a la Presidencia, como una pésima imitación de su padre político.

¿Qué logró la democracia dirigida en ese régimen?: expropiar tierras y empresas, reclutar jóvenes resentidos para conformar ejércitos al servicio del régimen, violación a la constitución y construcción de una nueva a modo, violación a los acuerdos parlamentarios y atentados a la separación de poderes, cierre de medios de comunicación y persecución de periodistas, represión y muerte a todos los que no piensan como el presidente, represión a la protesta opositora pacífica, etc., todo bajo la mirada complaciente de las “mayorías populares”.  Hoy ese régimen es considerado como una de las dictaduras más aborrecibles, no sólo por la OEA, la Unión Europea y el Mercosur,  sino por la mayoría de los países del mundo y sólo ha destinado a su pueblo a la pobreza, el rezago y la antidemocracia.

Y todo empezó con las consultas, con los plebiscitos, etc. inyectando la falsa idea de que “el pueblo es el que manda”.  Hoy el pueblo de Venezuela se arrepiente de lo que hizo porque los éxodos son la clara demostración de que las falsas democracias, solo llevan al caos y a la desolación de los pueblos. Por eso no son creíbles las democracias dirigidas, porque llegan a los extremos y finalmente lo buscan es el sometimiento del pueblo.

Pues ese es justamente el nombre que yo le pongo –democracia dirigida–a la tan cacareada consulta realizada del 25 al 28 de Octubre del presente, realizada por el partido Morena en atención a las instrucciones del Presidente electo AMLO.

Una consulta que careció de todos los requisitos

Fue ilegal.  Violó la Ley reglamentaria del art. 35 de la Constitución, Ley federal de consulta popular del 17 de enero de 2014,  en la que se establece que solo el INE es el órgano que puede hacerse responsable del desarrollo, organización y supervisión de las consultas populares. Por lo tanto los resultados no pueden ser representativos a nivel nacional.

No se realizó con algún criterio técnico confiable.-No existió un criterio estadístico formal para la integración del muestreo, porque tanto el número de boletas como los lugares donde fueron elegidos para desarrollarse, fueron expresamente seleccionados para favorecer una de las dos opciones que se proponían. Incluso los mismos organizadores reconocieron fallas en el diseño del sistema operativo.

Careció de legitimación. No hubo una autoridad responsable –imparcial—para  legitimar los resultados. Por eso se despacharon con la “cuchara grande” marcando boletas.

Lo realizó un partido político. El hecho de que haya sido organizado y financiado por un partido político, en este caso Morena,  le resta toda credibilidad para poder generalizar un resultado hacia el resto de las demás opciones políticas y menos para el resto de los mexicanos. Al único que le servirían esos resultados es a ese partido,  a nadie más. Es decir es sólo para su consumo interno.

Se abusó de la buena fe de la personas. Lo más cuestionable que yo lo veo es. ¿Por qué tratar de engañar al pueblo de México, antes de tomar posesión del cargo de Presidente? Acaso eso no es desgastante hasta para la propia imagen del Presidente electo. ¿Por qué engañar, entonces, haciendo creer que con ello se tomó la opinión y que “el pueblo es el que manda”?

Yo creo que eso es lo verdaderamente lamentable porque los mexicanos no merecemos ser tratados como tontos. Hasta un niño se dio cuenta de todo el montaje, de la falta de pulcritud de la consulta, del llenado de boletas a favor de la opción preferida, pero sobre todo de la falta de respeto cuando se ofende la inteligencia. Yo creo que esto nos debe servir a todos.

Por una parte a los ciudadanos para abrir los ojos y darnos cuenta que no todo es cierto, que tras un montaje puede haber manipulación para crear un espejismo o falsas expectativas, como la zanahoria  amarrada al cordel, que nos lleva a todos a caer en una trampa.

Pero por otra parte, creo que este grave error, que es parte de la “autonovatada”, puede servir a los nuevos equipos del próximo gobierno para reconsiderar, porque lo que sigue no es fácil y menos si no se planean acciones certeras, realistas y sobre todo serias basadas en la honestidad entre pueblo y gobierno.

Ojala lo consideren, porque de no ser así, la simpatía con la que Andrés Manuel,  contó hace 4 meses atrás puede minarse y empezar su gobierno con una baja sería en su popularidad, lo que no le conviene, porque lo que hoy va a necesitar más que nunca para lograr lo que prometió, es eficiencia y honestidad en su gobierno, como también contar con la certidumbre y confianza de la población mexicana. Y ello se la deberá ganar todos los días de aquí en adelante.

Gracias y hasta la próxima.

 

 

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