Desde la semana pasada y ésta ha sido un caos en la frontera sur, ya que una oleada de migrantes están pasando de Guatemala a Chiapas, según ellos buscando el supuesto sueño americano, incluso a pesar de haber querido impedir su paso la policía local, las personas, en su mayoría hondureños, rompieron las puertas fronterizas y empezaron a cruzar por la fuerza a nuestro país, siendo hasta ahora más de cuatro mil las personas que están ingresando ilegalmente al México incluidos niños, mujeres y personas de la tercera edad.
Los motivos según ellos, es llegar a la frontera con Estados Unidos y cruzar para trabajar en aquel país, aunque Donald Trump ya advirtió que no pasarán y que no habrá ninguna negociación con ellos. No son refugiados políticos, sus países no están en guerra y las razones que exponen es que en sus lugares de origen viven en pobreza y falta de trabajo, lo cual no es un motivo de peso como para llegar, infringir las leyes nacionales y exigir les den paso libre por nuestro territorio.
Durante esos hechos, me pregunto, ¿Qué hacen nuestras autoridades migratorias, judiciales, legisladores y el mismo presidente, que no han reaccionado ante tan sorpresiva invasión multitudinaria?
Es un hecho que el gobierno norteamericano no recibirá a tan grande contingente, incluso quiere tomar medidas de retirar fondos a Honduras, Salvador y Guatemala y además está molesto con nuestro país por permitir la entrada del contingente que se dirige a la frontera norte.
Según el vicepresidente Mike Pence, afirma que el presidente de Honduras, le informó que la caravana está financiada por el gobierno de Venezuela, con la idea de Nicolás Maduro de desestabilizar a los Estados Unidos,, aunque de paso nos causa un grave trastorno, tanto de aspecto diplomático como por la presencia de tanto migrante que solicita alimentos y atención médica.
Según López Obrador, en un discurso pseudo humanitario, mencionó que le daría trabajo a los migrantes que se quedaran en nuestro país, lo cual es un tanto absurdo, máximo que estamos hablando de más de cuatro mil hasta este momento y con la amenaza de que lleguen otros miles, mismos que no pasarán la frontera norte, misma que ya se está militarizando, así que tener aquí de golpe a miles de hondureños y guatemaltecos que requieren un lugar para vivir, alimentos y asistencia social y entre los que seguramente hay delincuentes como los maras salvatruchas y otros, se convierte en un grave problema, máxime que antes que aceptarlos por supuesto acto humanitario, tenemos conciudadanos que están en pobreza extrema, que requieren ayuda alimentaria y servicios sociales y hoy por hoy, un lugar para vivir pues los eventos climatológicos del momento, han acabado con sus viviendas y fuentes de trabajo y si a eso le agregamos que no hay empleos y que lo que dice Peña Nieto es una falsedad pues hay una enorme cantidad de desempleados y no hay posibilidades de empleo, ¿de donde vamos a mantener a tal cantidad de gente?. Así que lo mejor será regresarlos y la frontera cerrar, aunque suene fuerte y feo..