Por lo visto, el actual gobierno que está –afortunadamente- por concluir, sigue permitiendo corruptelas tamaño caguama por parte de los encargados de impartir y hacer cumplir la justicia en nuestro país.
El más reciente caso de escándalo, en el que verdaderamente el juez mostró su orfandad es el del gordo truculento y fanfarrón ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien a sabiendas de sus raterías, renunció antes de concluir su periodo de gobierno, dejándole la tarea a su colaborador más cercano quién no sólo le sirvió de tapadera, sino que incluso lo ayudó y le dio los medios para escapar junto con su deshonrosa familia. Tiempo después fue localizado en Guatemala, detenido y extraditado mientras su vandálica esposa, huía hacia Londres donde vive cual si fuera una baronesa de la corte real. Desde que llegó a México, el Javidu se mostraba jocoso, risueño y optimista, alegre de que no lo trasladaran a Pacho en Veracruz y que lo dejaran con privilegios en una prisión de la Ciudad de México. Ahora sabemos que a pesar de la multitud de delitos a sus espaldas, entre ellos peculado por miles de millones de pesos del estado, llevándose el presupuesto de los jubilados, del seguro popular, de obras y servicios entre otros, además de desaparición forzada de cientos de personas cuyos cadáveres han ido apareciendo en diversos predios, el atentado contra muchísimos enfermos y principalmente niños al aplicarles medicamentos falsos contra el cáncer y hacer pruebas falsificadas para detectar SIDA, a más del desabasto de equipos, y medicamentos en el sector salud y con todo lo robado, la adquisición de obras de arte, propiedades, yate, caballos finos y mucho más y ahora resulta que la PGR no integró bien el expediente, que barbaridad, si son unos tarados, luego el juez Marco Antonio Fuentes se conduele de él y sólo le sentencia a 9 años de prisión de los que le restará el tiempo que ha pasado detenido desde su extradición de Guatemala y una multa de 56 mil pesos, y todavía la defensa se atreve a apelar argumentando que la sentencia es excesiva y que además pide se le regresen los bienes incautados. Verdaderamente no tienen madre. Como dice el dicho, piensa mal y acertarás, se me ocurre que ese juez además de ser comprado a muy buen precio, recibió una orden muy de arriba, máxime que el gordo repartió mucho dinero para las campañas electorales del gobierno actual y de las más recientes elecciones, detalles que no convienen que suelte la lengua. O será que ¿sea parte del programa de perdón y olvido? Y con una libertad en breve, también parta a Londres al lado de la mente maestra de los fraudes a seguir gastando el dinero de los veracruzanos. En fin, es increíble que ni legisladores, el presidente y los altos mandos judiciales no levanten la voz y permitan que un tipo tan nefasto, aberrante y nauseabundo, se siga burlando del pueblo al que robó con un descaro sin igual.
No me cabe en la cabeza que nadie reclame, apele y se oponga a una sentencia tan ridícula, como si ese maldito engendro se hubiera robado una bicicleta. Ya nada más falta que también se queje de diarrea hilarante, para que le den arresto domiciliario.