Hasta ahora en el cuadrilátero de la política veracruzana estaban Miguel Ángel Yunes Linares contra Cuitláhuac García Jiménez.
A pesar de que en este largo periodo de enfrentamientos fueron designados varios funcionarios del próximo gobierno, ninguno de ellos se atrevió a alzar la voz para defender la transformación urgente y necesaria de un estado carcomido por la corrupción.
Oportunidades sobraban para que cualquiera de los funcionarios designados por García Jiménez saltaran a los medios o a la tribuna a defender un proyecto del que se supone están convencidos. Ninguno lo hizo.
Fue necesario que se conociera ampliamente la designación del próximo secretario de gobierno del estado, Eric Cisneros Burgos, para que el proyecto del estado tuviera otra voz que defendiera y explicara posturas.
Eric Cisneros es un morenista químicamente puro, su trayectoria lo compromete con el movimiento al que pertenece, y su trabajo lo valida como un factor de transformación.
Dentro de esta lucha por la resistencia del actual régimen por entregar cuentas claras, por negar información, por desentenderse de sus responsabilidades en la entrega-recepción, y otras muchas mañas, que tienen como objetivo ganar tiempo antes de mostrar transparencia en su actuación.
Dentro de este proceso de franco enfrentamiento entre la administración que sale y la que entra, está la apreciación del próximo encargado de la política interna de la entidad, quien afirma que el fiscal general de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, nunca sirvió a los veracruzanos por estar muy ocupado sirviendo sólo al gobernador. Así lo calificó, como un fiscal familiar, y advirtió que solicitará al Congreso del Estado que evalúe su actuación al frente de la Fiscalía, pues nunca dio los resultados que se esperaban en materia de procuración de justicia.
Cisneros Burgos señaló que no se utilizará a las instituciones para ejercer una persecución en contra de Yunes Linares y su gente, pero en caso de detectarse irregularidades como desvíos y daños patrimoniales en la Cuenta Pública 2018, simplemente se aplicará la ley.
Porque resulta que en la Cuenta de 2017, el auditor general del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), Lorenzo Antonio Portilla Vásquez, informó que en el primer año de gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares existe un daño patrimonial por más de 338 millones de pesos, detectado en las Secretarías de Desarrollo Social, Protección Civil y Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca, así como en 11 organismos públicos descentralizados y dos fideicomisos.
Cisneros Burgos es ingeniero agrónomo de profesión, y cuenta con una carrera académica digna de elogio. Fue un incansable promotor del voto de Morena y un defensor acérrimo de los conteos de los votos. Considerado por muchos como un hombre cercano al próximo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y la senadora electa, Rocío Nahle García.
Cuitláhuac García, otro morenista al 100 por ciento, lo considera “actor fundamental” en las elecciones del pasado 1 de julio. Cisneros Burgos se definió como un “juarista”, y señaló que buscará la gobernabilidad en el estado “con pleno respeto a la libertad de expresión”.
Eric Cisneros Burgos, denunció que no existe disposición alguna del actual gobierno estatal para dar inicio con la entrega-recepción, debido a las observaciones que el Órgano de Fiscalización Superior ha presentado a la Cuenta Publica 2017, que muestran anomalías.
Pero Yunes Linares, a pesar de su ilícita resistencia a establecer una transición de poderes dentro de la institucionalidad, tiene el respaldo del Partido Acción Nacional, cuyos diputados locales exigen al órgano auditor, denominado ORFIS, que sean solventados los 338 millones de pesos del presunto daño patrimonial en el primer año del gobierno de Yunes Linares.
Tal como hace un año protegieron al ex contralor Ricardo García Guzmán, al sacarlo de la lista de dependencias con observaciones.
A Eric Cisneros, a diferencia de otros funcionarios de la próxima administración, sí le duele que el proyecto del que forma parte sea boicoteado por simples cuestiones administrativas, porque su movimiento va más allá de simples anomalías en las cuentas. Se trata ahora de erradicar la corrupción de raíz, desde luego castigando a los culpables y caminando por el sendero recto y transparente de la honestidad.
Hay muchos en Morena que se ensuciaron los zapatos y se esforzaron por alcanzar el triunfo electoral que sucedió en condiciones desventajosas; sin embargo, remontaron los obstáculos hasta llegar a la victoria.
Yunes no contaba con esa derrota, se sabía protegido por su hijo, quien tenía la seguridad de que obtendría la victoria electoral, y en su apuesta colocó recursos materiales, económicos y humanos, es por ello que, ante el revés electoral, debe evitar a toda costa que haya una transición de acuerdo a la ley y justificar su falta de transparencia a las presiones y tiempos de un gobierno entrante que sólo pide cuentas claras.
Cisneros Burgos defiende la causa que siente propia, y en ella está la causa de un pueblo que exige cambios y no sólo apariencias y simulaciones. Porque la administración estatal que agoniza prometió mucho, y como dijera Cisneros, “los discursos de campaña de Yunes le quedaron muy grandes comparados con lo poco que hizo al frente del gobierno estatal”. PEGA Y CORRE.- Los familiares de mujeres asesinadas y desaparecidas realizaron una marcha para exigir el cese de la violencia que se vive en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. Un problema que no ha podido ni siquiera atender debidamente la actual administración. Esmeralda Lecxiur Ferreira, abogada de la causa, afirmó que de enero a agosto de 2018 se registraron 172 desapariciones, 117 asesinatos de los cuales 78 revisten en calidad de feminicidios, 39 homicidios dolosos; además de 346 agresiones … Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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