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Plantas y flores que curan

by Nora Guerrero

“Las flores siempre hacen que la gente sea mejor, más feliz y más útil; son el sol, la comida y la medicina para el alma”, dice Luther Burbank, y cierto, la tradición de la medicina herbolaria es fecunda en casi todas las culturas ancestrales. En la mexicana, es considerable por la variedad de los grupos que la conforman. Semillas, raíces, tallos, hojas y frutos pueden contener propiedades curativas.

En este espacio hemos dado cuenta, algunas veces, de las propiedades de plantas y flores, pero, si a usted le parece, habré de abordar este tema más a menudo, para lo cual puede darme su opinión en el correo electrónico que siempre le dejo al final de esta artículo.

Para empezar, mi estimado y culto amigo Esteban Lameiras colaborador del Concurso de Fachadas y Balcones Floridos (2011-2016), en alusión al tema del Copite, que abordé la semana anterior, me comenta que está colaborando en la investigación del aprovechamiento de Copite como forraje, pues es preciso evitar la creación de más pastizales para alimentar al ganado. Hoy día, esta se ha convertido en una tarea estratégica en todo el mundo, dice. Tema muy interesante.

Y, mientras por un lado advertimos la creciente presencia de cadenas de empresas farmacéuticas que, paradójicamente, también ofrecen refrescos, panecillos y dulces altamente perjudiciales para la salud, por otro lado, hay una vuelta al pasado, a volver a mirar a la naturaleza como proveedora de restauración de la salud a través de la medicina natural, de las plantas medicinales. Esta medida tiene más de cuarenta años, tan es así que la Organización Mundial de la Salud, creó un programa para la promoción y desarrollo de las medicina herbal.

En mi experiencia empresarial, tuve la ocasión, alrededor del año 2000 y por cinco o seis años más, de conocer y capacitarme en la herbolaria, a través de una filosofía que busca rescatar las tradiciones terapéuticas para una salud integral, para lo cual, se fusionaron científicos chinos y científicos mexicanos. El método se basa en la alimentación que se define de acuerdo al grupo sanguíneo a que pertenece cada persona, a saber: A, B, AB y O, sin tomar en cuenta si el RH es positivo o negativo. De este modo, las personas enferman menos y para restablecer la salud, crearon productos herbo-alimenticios y bio-energéticos.

Fue muy satisfactoria y edificante mi experiencia y de quienes la compartieron conmigo; la gran mayoría de las personas a quienes dábamos atención, mejoraron de manera importante en su salud, incluyéndome. Desde ahí, aprendí que los tipos diferentes de sangre nos indican la evolución del ser humano; cómo su caminar por el mundo determinó su alimentación, por los frutos que la tierra produce en cada tipo de suelo, de altura, de clima; y el alimento animal. Según esta visión de la evolución del género humano, la naturaleza es nuestra mejor aliada, lo que tenemos que hacer es volver a ella, protegerla, respetarla, hacerla nuestra aliada. Del tonalismo me quedó una herencia: eliminé de mi alimentación algunos productos animales y vegetales que no le son convenientes a mi sangre universal, para conservar una buena salud. Esta ha sido la mejor manera no sólo de curar mi organismo, sino de prevenir enfermedades.

Pues allí están las plantas y las flores, esperando que acudamos a ellas, para disfrutarlas como alimento, como protectoras y preservadoras de la salud; como medicina y paliativo, como alegría para los sentidos, especialmente la vista, el gusto, el olfato y el tacto; como compañeras de vida…[email protected]

 

 

 

 

 

 

 

 

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