Cuando lo dulce se vuelve amargo

Las enfermedades cardiacas y la diabetes son de las principales causas de muerte en México. ¿Quién es el culpable de este problema?, ¿Es de las industrias refresqueras o de comida chatarra? ¿O es de quien las consume?, ¿Es de los vendedores? O ¿Es un problema desde la educación en el hogar?, ¿Es realmente un problema de salud o la falta de prevención? El problema es de todos y por eso poco a poco consume a más personas en nuestra población.

El 90% de los casos de quienes padecen diabetes también están relacionados con sobrepeso, hemos creado una cultura de consumo y sedentarismo, pero poco hacemos caso de una cultura de ejercicio, de buenos hábitos alimenticios y sobre todo de prevención. Ocupamos la medicina de atención inmediata, acudimos a un consultorio u hospital cuando sentimos una deficiencia, pero sería más eficiente si acudiéramos a chequeos constantes que nos ayuden a verificar que todo va bien.

Muchas de las enfermedades podrían prevenirse y diagnósticos fatídicos se evitarían si la gente acudiera antes de sentir un dolor o molestia que desemboque en algo mortal. Para ello es necesaria la información oportuna y perfectamente entendida, mucho sabemos sobre la diabetes, todos conocemos a alguien con este padecimiento o somos ese alguien, sin embargo sólo se dimensiona cuán peligrosa y dañina es cuando se ha llegado al límite, cuando consumir algo dulce deja de ser placentero y se vuelve mortal.

Los azúcares son de los principales enemigos de la población, no sólo por sus consecuencias, sino también por los efectos a corto plazo que a la larga generan una adicción, misma que es fácil adquirir cuando infinidad de productos llegan a nuestra vida de forma cotidiana y desde temprana edad, empaques llamativos o publicidad atractiva que engancha a los infantes hace que cada vez más personas consuman sin control un veneno mortal.

Mas la raíz del mal no es la industria que los produce, está desde los hábitos básicos en el hogar, que algo porte etiquetas de nutritivo no significa que lo sea y eso sí debe estar regulado. Hablar de una educación sobre los alimentos y la salud suena sencillo, pero gran porcentaje de nuestra población únicamente entiende cuando llegan las prohibiciones, cuando la vista se ha perdido, las heridas no sanan y el funcionamiento del cuerpo disminuye.

México debe generar una prevención mayor a estos padecimientos, ya que la calidad de vida de las personas disminuye, la atención de los mismos es costosa y los centros de salud no se dan abasto. El padecimiento de millones de personas es real, afecta sin distinción social a cualquiera y se prevé que en un futuro sean más los afectados ya que durante el embarazo muchas mujeres pueden tener diabetes gestacional, haciendo más propensos a sus hijos.

El cuidado de nuestra salud no es un juego, informémonos respecto a lo que consumimos seamos más conscientes y tratemos a nuestro cuerpo como la herramienta más preciada que requiere atención, mantenimiento constante y cuidados cotidianos, seamos ejemplos de acción y compromiso y no de apatía y sedentarismo, el futuro de otras generaciones depende de nosotros.

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