El Partido de la Revolución Democrática muestra su desesperación ante el peligro de desaparecer de la escena política. Todavía no han hecho un recuento de daños luego de la gran derrota del 1 de julio, pero buscan colgarse de todo lo que se pueda para encontrar nuevos aliados para las elecciones intermedias del 2021.
El PRD deja atrás la posibilidad ser un partido de izquierda. Esa geometría ideológica que en algún momento sirvió de guía a los electores para conocer las tendencias e ideas de un líder o partido, ha desaparecido en el PRD.
Cuando Los Chuchos se adueñaron del partido, el PRD se volvió un ente negociador de todo. No había tema que no fuera valorado y del que pudiera sacarse ventaja, por lo menos monetaria.
En el PRD de Los Chuchos hasta las candidaturas tenían precio y la idea que los identificaba se extravió entre la posibilidad de estar donde hubiera dinero aunque la deshonestidad los identificara.
Así, al adueñarse el PRD de la Ciudad de México, las comisiones en las delegaciones subieron del 10 por ciento, el famoso diezmo, hasta un 35 por ciento para conceder una construcción. No se diga en cuanto a premios o concesiones. Llegó el momento en el que el PRD, era sólo una cadena de delitos.
Ese partido engendró verdaderos ogros de la política en la capital. Ahí están Mauricio Toledo, en Coyoacán y Víctor Hugo Lobo, en Gustavo A. Madero. El primero seguirá teniendo a su alfil en la persona del ex futbolista Manuel Negrete, quien fue impulsado a la alcaldía por el propio Toledo, famoso por ser el verdadero propietario de dicha demarcación.
Los excesos de ambos causaron la pérdida de la ciudad y sólo se quedaron con cuatro delegaciones, debido a su sociedad electoral con el PAN, alianza que le acarreó grandes críticas al blanquiazul por el descrédito creciente del Partido del Sol Azteca.
Así, el PRD busca desesperadamente aliados con los que pueda unirse en las próximas elecciones para no perder el registro que estuvo en riesgo el pasado 1 de julio.
Por el momento el PRD apoya ahora a quienes atacó en el pasado. Ante este panorama los perredistas ahora crean una alianza con el Partido Verde, a través de la asociación civil Maestros Por México, estrechamente ligada a la maestra Elba Esther Gordillo, a quien acusaron de deshonesta y reclamaron públicamente que no debía quedar libre.
Pero también caminan coco a codo en el tema de la derogación de la Reforma Educativa con los militantes del Partido Verde, al que siempre llamó despectivamente el apéndice del PRI.
Pero lo mismo apoya condiciones de moda, como lo acostumbra a hacer el Partido Verde, que otros temas en los que, por absurdos que parezcan, los perredistas se montan para llamar la atención de los medios.
Un caso que llega al extremo es el apoyo de Manuel Granados Covarrubias, Presidente Nacional del PRD a Martha Érika Alonso Hidalgo, quien el pasado 1 de julio fue electa gobernadora del estado de Puebla, luego de serias dudas sobre su legitimidad, ya que se mostraron muchas trampas a lo largo y ancho del territorio poblano durante la jornada electoral.
Señaló, sin más pruebas que la intención de buscar socios en los comicios, que la abanderada de la coalición por “Puebla al Frente”, tuvo la preferencia del electorado. Confió públicamente en que el próximo 24 de septiembre, fecha en la que se realizará el recuento, el TEPJF ratificará el triunfo por más de 4 puntos de Martha Érika Alonso.
El PRD quiere reflectores aunque sea para mostrar que está mordiendo el polvo. Y llegó a los límites de tratar de sacar del país a una cantante porque asegura que es extranjera. Como si se tratara de un chisme de revista de espectáculos los perredistas acusaron a la cantante ante la Fepade por repartir cobertores en un acto de Morena, realizado hace tres meses, en un municipio de Morelos, donde ganó ese partido por amplio margen. Dejando muy abajo al PRD que todavía gobierna la entidad con Graco Luis Ramírez Garrido a la cabeza.
Lo que quiere ese partido son espacios en los medios y hace cualquier cosa por figurar, de tal suerte que para lograr estar presente ante la opinión pública sus declaraciones son cada vez más temerarias. De no ser tan extremas sus posiciones no alcanzarían un espacio en los medios, es por ello que parecieran tener la consigna de llegar al absurdo para que la población vea que todavía están vivos.
Existe un sinnúmero de amonestaciones contra el PRD por mentiras vertidas durante los debates, un claro ejemplo fue el de su candidata a la jefatura gobierno de la Ciudad de México, Alejandra Barrales, quien insultó a sus contrincantes hasta que se cansó con mentiras que jamás pudo comprobar.
Ahora la excandidata Barrales no aparece públicamente para no comparecer ante las demandas contra ella por difamación, falta de ética, insultos y una serie de conductas que la mantienen en la oscuridad de donde nunca debió salir.
Los perredistas mostraron una conducta poco profesional desde los días de la campaña, engañaron a los electores y descalificaron con mentiras a los contrincantes. Esta forma de hacer política los ha reducido a cenizas luego de ser el partido político más importante de la Ciudad de México.
El PRD sucumbe electoralmente a causa de sus excesos que no se detienen ni siquiera ante la evidencia de la agonía. En lugar de ver hacia adentro, de rectificar, de evaluar errores, continúa con una política que no les dio ningún resultado que de no transformarse profundamente, puede perder el registro en 2021. PEGA Y CORRE.- Las trampas que le coloca Miguel Ángel Yunes en el camino a Cuitláhuac García para que se tropiece a la hora de empezar a gobernar son tan evidentes que los diputados locales le solicitaron al gobernador dejar de sabotear al próximo gobierno. Le pidieron que se abstuviera de rematar los bienes muebles e inmuebles que pertenecen al gobierno y por lo tanto, a los veracruzanos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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