La pesada deuda nos devuelve a la realidad

Con el intenso aguacero que cayó (y nos cayó) ayer en Xalapa no hizo falta el balde de agua fría.

De todos modos, el futuro nuevo Secretario de Desarrollo Económico del gobierno del Estado, Ernesto Pérez Astorga, nos echó un cubetazo de agua helada a la cara que nos hizo volver a nuestra triste realidad.

Entrevistado en un foro que se celebró en la capital del Estado, dijo que el gobierno del que formará parte analiza restructurar, oootraaa vez, la deuda con los bancos.

Comentó que los banqueros están ofreciendo disminuir las tasas de interés, las tarifas en los servicios bancarios y “si fuera necesario”, ampliar o reestructurar la deuda “con mejores condiciones”. Mjú.

¿Usted cree que los banqueros están haciendo su oferta porque de pronto por inspiración divina les invadió el espíritu de la caridad?

Voraces, saben la crisis de las finanzas estatales y la necesidad que tendrá la nueva administración de más dinero “fresco” para tratar de arrancar y salir adelante con su programa de gobierno.

Ampliar o reestructurar la deuda les dejará de nuevo una ganancia multimillonaria, pero al final ellos no tienen la culpa de la quiebra del Gobierno de Veracruz.

Pérez Astorga adelantó ayer su propio Grito para recordarnos y ubicarnos en nuestra triste realidad: pesa sobre Veracruz y los veracruzanos una deuda pública y privada que, por más optimista que quiera estar uno, el agua fría que constituyó su mención apaga el más encendido entusiasmo. ¿¡¡¡Viva México!!!? ¿¡¡¡Viva Veracruz!!!?

Creo que por ahí debemos comenzar antes de tratar de echar a vuelo las campanas porque va a haber cambio de partido en el gobierno.

La percepción que existe entre el electorado que conforma parte de la ciudadanía veracruzana es que el gobierno de Morena, tanto el federal como el estatal, va a acabar con todos los problemas tan pronto asuman el mando. Falso.

Puede haber toda la intención y existir los mejores proyectos, se puede tener un Rolls-Royce Phantom para arrancar la carrera, pero si no tiene gasolina o suficiente gasolina, acaso alcanzará para dar una o solo unas cuantas vueltas y nada más (y si no que se lo pregunten a Américo Zúñiga a quien acaba de dejar “botado” un “cochecito” por falta de carburante).

Me pregunto si para tantas cosas que los veracruzanos están demandando, que se plantean en reuniones o que se anuncian en actos o en declaraciones a la prensa será suficiente con el ajuste al gasto corriente y la austeridad que se pretende. Yo no lo creo.

Es bueno que ante la espera de que se anuncie oficialmente que Ivonne Cisneros será la próxima Secretaria de Finanzas (a menos que se caiga) y ella se encargue de hablar del tema, un futuro miembro del nuevo gabinete le entre al toro mientras tanto.

Por ejemplo, es saludable que nos informe que el gobernador electo Cuitláhuac García ha platicado ya sobre el problema económico que ahoga a Veracruz tanto con el presidente electo López Obrador como con el futuro Secretario de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa, y es alentador que nos adelante que “están diciendo que nos van a ayudar”.

Pero no es sencillo. No como se puede llegar a creer que en el altiplano tienen costales de dinero y que van a meter las manos y van a sacar todo lo que puedan abarcar con ambas y se lo van a entregar al nuevo gobernador de Veracruz o a su Secretaria de Finanzas.

Por mucha voluntad que tengan AMLO y Urzúa no se obtendrá lo que el propio Cuitláhuac no cabildee y gestione desde ahora mismo con la nueva diputación federal, que si bien mayoritariamente es de Morena no se puede olvidar que el pastel se tiene que repartir entre todos los estados del país.

Recuerdo muy bien que, por ejemplo, Fidel Herrera Beltrán cada que se acercaba la confección del nuevo Presupuesto de Egresos de cada año prácticamente suspendía su agenda en Veracruz y se la pasaba cabildeando junto con sus diputados la obtención de más recursos. Miguel Ángel Yunes Linares ha hecho lo propio, pero allá, donde se reparte. Pero a ninguno le han dado más dinero en forma indiscriminada. Hay un límite y a él hay que sujetarse.

Tendremos lo que se asigne a Veracruz en el Presupuesto de Egresos de 2019. Los expertos estiman que para que el Estado pueda ir saliendo sin tantas presiones necesita por lo menos que le aumenten en 30 por ciento las participaciones federales, lo que se ve casi imposible.

Quienes saben del tema económico y financiero y están adentro de Morena tienen un gran temor por la situación que priva (me lo han expresado) y esperan que su gobernador electo tenga plena conciencia de ello: con verdadera urgencia se necesita prever cómo se va a hacer frente a los compromisos de fin de año porque Yunes, como a él se lo hizo Duarte, no solo no dejará recursos aunque sí una gran deuda.

El martes el gobernador saliente reconoció que tan solo al SAT se le deben 30 mil millones de pesos y aceptó que no dejará en caja los 20 mil millones de pesos que había declarado que entregaría a Cuitláhuac para que tuviera con qué empezar. Se estima que en total la deuda que le heredará rebasan los 80 mil millones de pesos, si bien buena parte vienen desde el gobierno de Duarte.

Por la declaración de Pérez Astorga ayer, cabe pensar que en el gobierno de Morena ya les cayó totalmente el veinte y que están conscientes del problemón que heredarán. No usó el término “rescate financiero” pero sí dijo que se analiza reestructurar la deuda bancaria, oooootraaaaa vez, que sería una reestructuración sobre la reestructuración de Duarte y sobre la reestructuración de Yunes.

Algo que nadie dice de ningún gobierno es que, finalmente, el costo de todo ello lo pagaremos los causantes, usted y yo. Ellos lo “desviaron” (así se dice eufemísticamente para evitar decir que se lo robaron los gobernantes para su provecho personal o sus proyectos políticos personales) y la cuenta no las pasarán a nosotros, a nuestros hijos, a nuestros nietos y hasta a nuestros bisnietos, y si vuelven a reestructurar, hasta a nuestros tataranietos.

Sobreviven y conviven

Pertenecen a la generación 1967-1971 de la Facultad de Derecho de la UV y se reunieron ayer para desayunar y festejar 47 años de que egresaron de la carrera. Celebraron también que sobreviven, aunque los vi bastantes enteros, bien.

Ahí estuvieron: Pablo Valle, Carolina Hernández Pinzón, Jesús Velandia, Lourdes Moreno García, Carlos Francisco Mora Domínguez, Carolina Viveros García, Cirilo Rincón Aguilar, María Magdalena Marín Aguirre, Luis Feijó Herrera, Graciela Patricia Gómez Rodríguez, José Luis Salas Torres, Elvira Martínez Licona y Clarita Fernández.

Casi todos, ¿o todos?, pasaron por la función pública, lo mismo en Xalapa que en sus lugares de origen algunos de ellos.

Duro reclamo

Esta sociedad cambió. Ayer la directora del Colectivo Solecito, Lucía Díaz Genao, le reprochó duramente al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares su postura personal y sus declaraciones sobre los desaparecidos en Veracruz. “Usted quiere hijos gobernadores, nosotras nos conformamos con saber de los nuestros”, le dijo, así como que “jamás cumplió nada” de lo que ofreció en su campaña para atender el asunto. Señaló que en Veracruz continúan las desapariciones. Se extendió, pero lo anterior da una idea del peso de su reclamo.

 

 

 

 

 

 

 

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