Las tribus en el PAN son individuales. Los grupos lo conforman algunos con su sombra como único apoyo y acompañamiento, pero en lugar de tener conciencia de su soledad, creen que pueden dirigir el partido.
La descomposición que produjo la dirección de Ricardo Anaya al frente de ese partido parece tener consecuencias irreversibles. Aunque haya quienes aseguren que Anaya sólo empujó al abismo al PAN que ya estaba a punto de desbarrancarse.
Damián Zepeda da muestras de carecer de la conciencia de la derrota, ya que asegura que el hecho de convertirse en coordinador de la fracción parlamentaria del PAN en el Senado no es producto de un arreglo, pero que está dispuesto a ceder su espacio a cualquier otro, como pudiera ser el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, denominado también el “Gobernador Bala”, por autorizar el uso indiscriminado de esos proyectiles en las manifestaciones sociales de su estado.
Dicha aprobación violenta repercutió en el asesinato de un menor de 13 años que regresaba de la escuela, a quien le tocó una de esas balas en la cabeza. El responsable directo es Moreno Valle, pero sigue no sólo libre sino con fuero que sigue siendo sinónimo de impunidad.
Damián Zepeda llevó, junto con Ricardo Anaya, a su partido a una derrota sin precedente, su soberbia, la elección de realizar una campaña a través de las redes sociales en lugar de visitar el país, la facilidad y ligereza de sus acusaciones que fueron motivo de un libro llamado “Las mentiras de Anaya”, la exposición de cartulinas con datos falsos o alterados durante los debates, entre otras muchas argucias electorales, propias de tramposos, los llevaron a la derrota electoral más grave de su historia.
Ahora, ante la urgente necesidad de renovar la dirección nacional del partido, el PAN no sabe ni a quién escoger y ante esa duda muchos terminan por escogerse a sí mismos. El PAN, como lo demostró con la presencia de Anaya y Zepeda al frente, carece de cuadros realmente preparados para hacer que camine el partido.
Prueba de que Acción Nacional no se preocupó por la preparación de cuadros son las palabras del ex líder nacional del PAN, Gustavo Madero, antecesor inmediato de Ricardo Anaya, al decir que se arrepiente de haber apostado “de buena fe” por alguien que traicionó, pero aclara que no había nadie mejor: “Yo no veía a otro, la neta no veía a otro”.
Madero impulsó a Anaya en su camino de ascenso al liderazgo nacional; sin embargo, antes de estar preparado, consideró que era tiempo de traicionar a su mentor y colocarse en su lugar al frente de un partido que ya había dejado atrás muchas derrotas internas y fisuras en su estructura.
Fue ante la llegada de Ricardo Anaya que Margarita Zavala salió del PAN, en rechazo a su llegada como líder. Habrá que interpretar algo más que disciplina en Felipe Calderón y Mariana Gómez del Campo, esposo y prima de Margarita que siguen militando en ese partido. No se sabe si esperan a que Anaya se vaya del partido para que regrese Margarita o simplemente quieren dejarla sola con su asociación que quiere convertir en partido político llamado Libertad.
Lo cierto es que Felipe Calderón ha sido uno de los ex presidentes menos mesurados y con más declaraciones públicas luego de haber dejado el poder y ha arremetido contra sus viejos enemigos y también ha creado frentes nuevos como si todavía tuviera alguien que pudiera seguirlo. Ni siquiera en el PAN, del que fue dirigente nacional al suceder Carlos Castillo Peraza, tiene seguidores, de otra manera ya se hubiera propuesto para ser el fiel de la balanza en su organización, pero sabe que no es bien visto entre los panistas.
Sin embargo, Calderón sigue en busca de reflectores y lo único que hace es dividir más profundamente al PAN, partido al que quiere desaparecer.
Pareciera que los dos únicos presidentes de la República que llegaron por el PAN tienen una gran adicción por su propia voz y no han dejado de intentar influir en la vida política del país, cuando en realidad lo único que hacen es desgastar a su partido.
Así, desde la tribuna de la desvergüenza Calderón Hinojosa asegura que si la fórmula electoral interna en su partido compuesta por, Marko Cortés y Héctor Larios, que cuenta con el respaldo de casi todos los gobernadores, gana, el PAN está condenado a la muerte.
Es decir, que el ex presidente, apoya la planilla conformada por Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del PAN, y la consejera nacional, Mirelle Montes.
La historia poco sólida como panista de Gómez Morín la hemos comentado en esta columna. Si no es por Ricardo Anaya, en este momento el nieto del fundador del PAN no estuviera en ese partido. Anaya lo salvó de la expulsión, así que le debe ese gran favor al ex candidato a la Presidencia de la República.
Esta reacción de Calderón resulta por demás inexplicable, porque apoyar a Gómez Morín es como ayudar a Ricardo Anaya, con quien hasta donde se sabe está peleado a muerte y a quien dijera a finales de mayo: “Por eso abusaste de tu poder para cancelar la democracia interna del PAN y violentar los derechos políticos de una mujer que era la candidata más viable en el PAN y en el país. Pregúntale también a tu mamá si eso estuvo bien”, refiriéndose a Margarita Zavala, pero ni siquiera era capaz de acompañarla a los debates, porque tenía compromisos muy personales y etílicos en casa.
Otros panistas, que sin estar en la primera división hacia la presidencia el partido, quieren influir de manera definitiva en el destino de su organización son, Ernesto Ruffo, Cecilia Romero, Juan Carlos Romero Hicks, Marcelo Torres Cofiño, entre otros, quienes tienen una propuesta personal, pero no de partido. Es precisamente ese individualismo que tiene como puente el protagonismo que suele tener como único destino la traición en ese partido, que merece mejor suerte y mayores logros. PEGA Y CORRE.- Ante el apresurado resultado del estudio antropológico de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, al asegurar que los 166 restos de personas hallados en la narcofosas de El Arbolillo, Alvarado; son superior a dos años de antigüedad, el Colectivo Solecito arremetió contra el fiscal Jorge Winckler Ortiz, por privar la capacidad de búsqueda de los familiares, pero además por deslindar responsabilidades a la actual administración de Miguel Ángel Yunes Linares, ya que sin duda en su gobierno también ha habido desaparecidos. Por si fuera poco, Javier Duarte, envió una carta a los medios donde cuestionó la veracidad de la información brindada por el fiscal. Asegura que es imposible determinar, sin ningún soporte técnico, que los cuerpos tenían exactamente ese tiempo…. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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