Nuestros diputados nacionales, seguirán ganando sueldos de gerentes de alto nivel de grandes empresas extranjeras, cuando unos con trabajo saben leer. Otros más son, el claro ejemplo de la anacrónica burocracia mexicana, con los vicios conocidos, quienes sirven a otros patrones que no son precisamente el pueblo y los que siempre aportan más, a las ambiciones del gobernante en turno que a la Nación. Deplorable por donde se le mire, pues es una clara anarquía. Una clase política enviciada al tope, que por lo visto no hay forma de transformar. Hasta AMLO, besa el puñal…sin albur.