No solo parece, lo es. El rostro adusto, la mirada retadora de los que delinquen, con gran cinismo. Edel Álvarez Peña, presidente del Tribunal Superior de Justicia, debe ser enjuiciado. No porque su nombramiento haya ocasionado, la expresión de una magistrada “en Veracruz cualquier pendejo puede ser magistrado”, sino por ladrón. No puede estar la Justicia, representada por sujetos corruptos de su calaña. Su inmensa fortuna, es producto de la gran corrupción que ha realizado en la función pública. Es momento que el juez , por su casa empiece. En su rango, asignado de manera arbitraria, a servido lacayuno al gobernador en turno y sus intereses. Tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata y este es su caso. Ojalá que el colegio de abogados del estado, cumplan con su misión y lleven a juicio al mal viviente este.