“Para que haya traición, debe haber confianza primero.” – Suzanne Collins.
Es una vergüenza para México y para su pueblo la existencia de vivales de la política que en su afán de atesorar poder –para lucrar con el mismo- se les permita saltar a su antojo de cargo en cargo popular, por el simple hecho de ser ellos miembros de una estirpe o clase política que se supra pone por encima de la sociedad.
Ese es el caso del hoy senador Manuel Velasco Coello, gobernador con licencia del estado de Chiapas, quien, bajo el control del Poder Legislativo de su entidad, modificó la constitución estatal, para poder solicitar licencia a su encargo, tomar protesta como senador de la República, volver a solicitar licencia ahora al Senado y retornar a suplirse el mismo en el cargo de gobernador de su entidad.
Este saltimbanqui de la política, es la expresión misma de lo que no debemos tolerar los mexicanos, más aún a sabiendas que este personaje, como vil vividor de la política, pretende burlarse de las leyes y de sus mismos representados.
Cómplice del mismo Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, quien le habría en su momento otorgado todas las facilidades para ocultarse en su entidad, sin menos cabo de que en nuestro pueblo sufriera las vejaciones que su pésimo mandato provocó en la entidad.
Y aun cuando Velasco Coello, coordinador del Grupo Parlamentario del PVEM en el Senado operó para reponer la negativa de sus compañeros legisladores a no ausentarse de su encargo a pesar de su solicitud de licencia, negándole la misma.
La lección dada este día en la Cámara Alta debiera sentar un precedente de como la mayoría del pleno se opuso a su inminente separación para regresar a concluir un mandato manchado de irregularidades y señalamientos.
Lo expresado durante la primera votación por la senadora Blanca Piña, de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), es la confirmación de un rechazo absoluto a esta solicitud, a la que calificó como evidencia de que no se ha entendido el mandato que la ciudadanía dio en las urnas el pasado 1 de julio.
La legisladora fue clara al referir que estas viejas prácticas evidencian el desprecio por la voluntad de los ciudadanos y el deseo de aferrarse al poder.
De igual modo, la panista Xóchitl Gálvez criticó también “estos usos y costumbres”, que permiten hechos como los que se están observando y por lo tanto anunció su negativa para votar por la licencia solicitada.
Quien no se midió fue el coordinador priista en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong quien se reventó una frase que habrá de pasar a la posteridad, por su inmensurable carga de cinismo, el legislador hidalguense afirmó “Tenemos todos los que somos senadores, derecho de poder retirarse, de pedir licencia. Creo que faltó un poco de información, de argumentos también y ahorita se va a repetir el proceso”.
Y como bien adelanto, se repuso el proceso y en una segunda votación por increíble que parezca los senadores validaron el “chapulinismo” político en México.
No bastaron más que cinco horas tras haber rechazado la petición del coordinador parlamentario del PVEM, como los legisladores avalaron con 82 votos a favor la salida de Velasco, en una votación dividida y carga de una serie de acusaciones.
Con esta acción se ha evidenciado el entreguismo político del PRI y Morena que junto al PVEM exhiben de cuerpo completo el pacto de facto entre estas fuerzas políticas, algo que con esta medida queda de manifiesto en todos los actos políticos emprendidos en las diversas plazas del país.
Así es como se explica esta inverosímil y tersa transición entre priistas y morenos al gobierno federal; de igual modo, se comprende como en Chiapas se logró una alternancia en donde evidentemente su actual gobernador Velasco fue el responsable de la victoria de Morena y de su llegada al Senado.
De cierta forma se comprende como Chiapas y Veracruz permanecieron aliados en los trastupijes de Duarte y como es que algunos ex colaboradores del mismo –Alberto Silva-, hoy escondido tras la conclusión del fuero se sepan listos para asumir una nueva responsabilidad en la función pública en ese estado, en ese afán de convertir a Chiapas en el territorio de inmunidad que tanto demandan.
Una foto revela todo ese gran escenario de corrupción e impunidad, una que sin pensarlo muestra la mano de quien evidentemente mueve los hilos de todo el entramado político de Veracruz y quien a través de uno de sus herederos continúa haciendo de las suyas.
En ella se muestra un agradecido Manuel Velasco flanqueado por dos asesores, uno de ellos, Javier Herrera Borunda –hijo del ex gobernador Fidel Herrera, si el de la sillita de ruedas que se viralizo el pasado 1 de julio al acudir a votar-.
Si después de este gran albazo legislativo, la memoria del chiapaneco Belisario Domínguez no fue mancillada, entonces quien sabe qué clase de ética política se practique en este nuevo Senado de la República.
¡Vaya con el cambio que el pueblo pidió!
Al tiempo.
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