Inicio ColumnasPor la verdad y la confianza MCCAIN—VS—TRUMP: DOS HISTORIAS CON VALORES DISTINTOS

MCCAIN—VS—TRUMP: DOS HISTORIAS CON VALORES DISTINTOS

by Zaida Alicia Lladó Castillo

John McCain, Senador republicano y excandidato a la Presidencia de los EEUU, fallece el sábado 25 de agosto pasado en la ciudad de Cornville, Arizona. Descansaba de un cáncer cerebral del que ya había dejado el tratamiento.  Militar y político de carácter muy fuerte, pero de grandes convicciones e ideales patrióticos –que poco se ven ya en las nuevas generaciones de estadounidenses–, había de demostrar en su final–, su posición frente a figuras con las que no comulgara, una de ellas, Donald Trump. Por eso no fue extraño que entre sus últimas peticiones dijera: “Que Trump no asista a mi funeral”.

Y cómo iba a comulgar con un Presidente cuya historia, valores y convicciones eran diametralmente opuestos. Y en ese aspecto McCain era muy directo y nunca disimuló su animadversión. Y lo hizo en la campaña presidencial de 2016, en donde abiertamente le dijo a Trump que aun siendo del mismo partido “No votaría por él”. Incluso ya siendo Trump Presidente y él Senador, le frustró la derogación parcial del Obamacare, como se conoce la Ley de asistencia sanitaria que había impulsado Obama. En esa ocasión McCain voto en contra.

Pero esas diferencias sustanciales en el fondo tienen su base ya que provienen de dos personalidades diametralmente opuestas de estadounidenses, donde uno ha vivido las mieles del dinero y basado sus convicciones en los antivalores como el privilegio y la arrogancia, un individuo que no ha sufrido, que no siente el patriotismo porque ni siquiera el servicio militar hizo, mientras el otro, un nacionalista de sepa, un patriota que cumplió con su misión como miembro de la Marina estadounidense, que fue condecorado como héroe de guerra  con un costo muy alto,  pero que con orgullo defendió y daba la vida por su país. Luego entonces entre la templanza de Trump y la de McCain hay un abismo.

Pero chequemos un poco la historia de vida de McCain.

John McCain, nace en 1946 en la base de Coco Solo en la zona del Canal de Panamá, por lo que era considerado Zoneita, nombre que toman los nacidos o residentes entre 1904 y 1979 en la zona del Canal, período en que ese país estaba bajo el control de los estadounidenses. Era descendiente de escoceses e ingleses.

Se graduó en la Academia Naval Militar de los EEUU, vocación que heredó de su abuelo y padre que fueron Almirantes 4 estrellas de la Armada de los Estados Unidos.

Desde joven McCain, siempre demostró un carácter fuerte, incluso en la Academia fue defensor de sus compañeros –gracias a sus habilidades para el boxeo– cuando eran tratados de manera injusta. Eso le valió que lo arrestaran en varias ocasiones por sus conflictos con sus superiores. No obstante se graduó en 1958. Fue un militar por convicción, y en su participación en  la Guerra de Vietnam expuso  su vida en diversas ocasiones.

En 1967 al ser atacado el portaaviones USS Forrestal al que estaba asignado, McCain recibió quemaduras muy graves al explotar éste, pero no le importó porque él salvo la vida de un compañero. En ese ataque murieron 134 marinos.  Ese mismo año, ya con 31 años en una misión en Hanoi, su avión fue derribado aterrizando de emergencia en un lago,  habiendo quedado seriamente herido de las piernas y el brazo. Fue capturado y prisionero de guerra durante 5 años y medio y fue hasta 1973 al finalizar la guerra en esa región cuando recobra su libertad. Por ese hecho fue condecorado con la Estrella de Plata, la Legión de Mérito, La Cruz de la Aviación por Servicio Distinguido, la Estrella de Bronce y el Corazón Púrpura, reconocimientos que pocos militares alcanzan en su vida.

Y ese hombre tan joven, que cuando es liberado pisaba los 42 años,  sufrió las consecuencias de los traumas de postguerra pues éste recibió torturas con lesiones permanentes. Pero siempre demostró su valentía y lealtad a su patria al no descubrir planes de guerra como se lo exigían sus captores. La guerra para McCain fue una enseñanza, ésta genera daños que pocos superan, algunos los regresan con vida pero con lesiones irreversibles en lo físico y en lo emocional. Pero él las superó por su fortaleza e inteligencia. Por eso a su retorno, ya pensando en retirarse,  le daría un giro a su vida para iniciar otra etapa igualmente importante, en la que habría de servir a su pueblo: la política.

Se fue a radicar a Arizona y en 1981 tuvo su primera oportunidad como enlace de la Marina en el Senado. En 1982, ya retirado como militar,  ocupó un espacio en la Cámara de Representantes, incluso fue reelecto en 1984. En 1986 es candidato por el Partido Republicano al Senado y gana de manera contundente.

Por su forma de ser como legislador, se ganó pronto la reputación de disidente de línea dura, crítico y severo en sus apreciaciones, pero fue siempre visto con respeto por sus valores y actitud sensible y justa. Fue un aliado del Presidente George W. Bush, aunque siempre censuró su política de tortura a los prisioneros de guerra–toda vez que él lo había padecido en carne propia–. Bush escuchaba y consideraba sus apreciaciones.

Pero igual McCain demostró ser un fuerte opositor en temas sensibles en el Senado, como en 2006 cuando pidió una reforma al sistema financiero de los EEUU afirmando que ciertas compañías traían problemas económicos serios, cosa que se comprobó dos años después cuando se desató la crisis de las hipotecas manejadas por empresas fantasmas. También fue un fuerte opositor de la industria del tabaco y fue un crítico a la Ley de Partido Políticos.  Con el Senador Russ Feingold, propusieron una Ley contra su excesivo financiamiento, por eso surge la ley Campaing Finance Reform, que fue conocida como Ley McCain.

Buscó la presidencia de la nación en dos ocasiones, en 2000 no la logró,  porque el partido republicano se decidió por George W. Bush. En 2008 lo intenta de nuevo, y con grandes apoyos al interior de su partido gana la candidatura republicana, pero en las elecciones presidenciales es derrotado por Barack Obama.

Sin embargo John McCain siempre fue y seguirá siendo considerado un gran estadounidense, un hombre forjado en la lucha, de gran valentía y lealtad a su patria, por eso como decía al inicio, su figura siempre habría de contrastar con la figura de papel del Presidente actual.

Donald Trump no deja de ser un empresario habilidoso que ha arriesgado desde joven su dinero, primero en la empresa familiar a la que llevó de inicio a la quiebra  y posteriormente próspero en las de su propiedad. Y como de todos es sabido por su formación, una persona acostumbrada a manipular a los demás, narcisista y megalómana, por eso se contrapone con la imagen fuerte de un héroe de guerra, valiente y convencido defensor de los principios y valores del ser humano que se forma en la adversidad.

Por eso en el fondo lo criticaba, porque le molestaba que alguien —con calidad patriótica– le dijera sus verdades y lo colocara en su lugar. Por eso  nunca le reconoció el mérito de haber estado preso en Hanoi, diciendo: “me gustan las personas que no han sido capturadas”, dando a entender que por alguna debilidad, torpeza o error lo atraparon,  lo que su comentario desató la indignación general.

Trump, a la muerte de McCain ha tenido que cambiar su discurso irreverente, para expresar el pésame a su familia. Desde luego, no estaba invitado al funeral que se realizó el día de hoy 1º de septiembre , al el que asistieron los expresidentes Bush y Obama, por cierto éste último con un discurso antiTrump bastante fuerte. Pero no solo fue eso, lo más valioso es que el pueblo de los EEUU, sintió su muerte y vieron  su funeral con interés y respeto.

¿Qué pensará Trump al ver todas las muestras de afecto hacia John McCain?,. ¿Será igual, en su momento, su funeral?

Decía Octavio Paz: “dime como mueres y te diré quién eres…concreta paz ya que la muerte, su imaginario, se revela como el espejo de la vida misma el boceto de lo que en vida fecundamos”. Ahí está la respuesta.

O como expresara en un cartel que portara hoy Reggie Regrut, un veterano del ejército, que viajó desde Nueva Jersey para acompañar al Senador a su última morada: “Prisionero de guerra (POW)  McCain, héroe. Trump cobarde”.

Gracias y hasta la próxima

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