Sospechosa integración de Comité

En tratándose de los asuntos del gobierno y de la tan cacareada transparencia de la que se presume, me pregunto si hay algo que no tenga carácter público, algo que no debamos saber los veracruzanos.

Ayer se dio la noticia de que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares emitió un decreto por el que se crea el Comité Ciudadano de Vigilancia y Seguimiento del Proceso de Entrega y Recepción de las Dependencias y Entidades de la Administración Pública 2016-2018 (alcalorpolitico.com).

Me pregunto y pregunto si es necesario, si no basta con los órganos legalmente constituidos para ese propósito, o si es que se duda de ellos; si en todo caso no es suficiente con los contralores que pondrá el gobierno que entra para recibir la administración, quienes, creo, establecerían la mejor vigilancia y llevarían el mejor seguimiento en forma puntual.

Leila Guerriero, periodista argentina, una de las mejores cronistas latinoamericanas, ha dicho que para ella el periodismo es el lugar de la duda permanente. Así debe de ser.

¿Por qué se busca el aval ciudadano? ¿Se trata de que algunos incautos avalen en nombre del pueblo de Veracruz una administración que está bajo la sospecha de haber hecho mal uso de los recursos públicos destinándolos a una candidatura que resultó fallida, para que los funcionarios responsables se laven las manos?

Creo que la iniciativa está viciada de origen desde el momento en que, de acuerdo al decreto, será el propio gobernador quien haga la invitación a “ciudadanos reconocidos” (¿reconocidos por quién?) y quien además los elija, esto es, la propia parte interesada será la que se sirva con la cuchara grande y puede poner a puros incondicionales.

Si en esencia se quiere un órgano ciudadano, ¿por qué no dejar entonces que sean los propios ciudadanos por sí o a través de organizaciones o universidades los que determinen quiénes son los que deben realizar la tarea sin la injerencia de ningún funcionario o parte interesada?

Pero, además, el Comité será coordinado por la Contraloría General del Estado, que es la parte operativa de la parte interesada, una contraloría cuya integridad se pone en duda desde el momento en que necesita vejigas para nadar, esto es, que a su vez necesita de una contraloría ciudadana para que le crean lo que vaya a decir, a determinar sobre la entrega-recepción. Cuando alguien es íntegro, con su sola palabra basta.

Será tanto el control que se tendrá del Comité que se integre que en el decreto se establece que solo por conducto de la Contraloría General del Estado “se realizarán todas las comunicaciones necesarias para que pueda realizar sus funciones”.

Lo sospechoso y hasta alarmante. Se establece: “Los integrantes del Comité tendrán la obligación de guardar estricta reserva y confidencialidad sobre los documentos, actuaciones, observaciones o información que tengan conocimiento con motivo del ejercicio de sus funciones y que no tengan carácter de públicos o sean datos personales, de conformidad con el marco normativo de transparencia, acceso a la información pública y datos personales”.

O sea, ¿nada más los quieren para que firmen y avalen que todo está bien pero no podrán denunciar públicamente, al pueblo de Veracruz al que representarían, cualquier y todas las anomalías que detecten? ¿Y si lo hacen, sabiendo cómo se las gasta este gobierno, serían denunciados en la Fiscalía por haber violado “el marco normativo de transparencia, acceso a la información pública y datos personales”?

Además, se originará más gasto porque se establece que la Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN) “proporcionará todos los recursos materiales y tecnológicos necesarios para el inicio y consecución del funcionamiento del Comité”.

En todo caso, si quieren un órgano ciudadano, ¿por qué entonces no estrenan el Comité de Participación Ciudadana, que forma parte del Sistema Estatal Anticorrupción, que recientemente se constituyó e instaló? Ese Comité se eligió y se integró, para el disgusto oficial, sin la presencia de funcionarios públicos o personajes ligados a la política.

De hecho, creo que lo que se pretende con el citado Comité Ciudadano de Vigilancia y Seguimiento del Proceso de Entrega y Recepción de las Dependencias y Entidades de la Administración Pública 2016-2018 es hacer a un lado y sustituir al Comité de Participación Ciudadana, que está legalmente constituido pero no sujeto al control del Gobierno del Estado.

Hoy está claro que el de Participación Ciudadana es un Comité cuya integración se le salió de las manos al gobierno yunista, entretenido como estaba en imponer al Fiscal Anticorrupción y a doce magistrados del Tribunal Superior de Justicia, de tal forma que ciudadanos y organizaciones de ciudadanos se constituyeron en forma independiente pero apegados a la legalidad y cuando en el Congreso local quisieron poner a sus incondicionales ya todo estaba consumado.

Ese fue el motivo por el que al acto en que rindieron protesta los integrantes encabezados por Sergio Vázquez Jiménez el 14 de junio en el Museo de Antropología, los miembros del Comité Coordinador, representantes de los órganos de gobierno, recibieron la instrucción del Palacio de Gobierno de no asistir.

Hoy este Comité representaría bien al pueblo de Veracruz y al propio Sistema Estatal Anticorrupción y aportaría en vías de opinión sus observaciones en defensa de los intereses de los veracruzanos. Se espera que si el gobierno yunista los ignora para integrarlos a la entrega-recepción, el gobernador electo Cuitláhuac García invite a sus directivos.

Causa recelo que a partir de ayer corren sólo quince días para que quede instalado el nuevo comité. ¿Tan de prisa todo? ¿No será que el paquete ya está armado, que ya se tiene un comité a modo y que solo se está haciendo como que se hace para cubrir las formalidades?

Denigrante imagen

Me pregunto si ya viejo estoy cayendo en una actitud moralista, siendo un librepensador como me creo, y por eso tiendo a reprobar algunas conductas humanas.

Porque para mí, es denigrante el estado de ebriedad en el que fue filmado, seguramente por algún comensal, el diputado y flamante próximo presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo.

“Comida laaarga. A algunos comensales del restaurante Il Becco les llamó la atención cómo fue retirado del lugar Porfirio Muñoz Ledo, el pasado lunes”, publicó ayer el diario Reforma en su portal donde además puso el video en el que se ve cómo lo ayudan a pararse y a retirarse porque no se puede sostener en pie por sí solo.

Él, uno de los hombres más cercanos a Andrés Manuel López Obrador, será quien le tome la protesta y le ponga la banda presidencial al nuevo presidente, su protector, y creo que por respeto a su investidura y a los mexicanos debiera ser un ejemplo de comportamiento público.

Ciertamente ir a un restaurante, además muy caro como es Il Becco en el lobby del Hotel Four Seassons, es muy de su gusto, es parte de su vida privada, el pero radica en que él es un hombre público y va a presidir en cuestión de días uno de los tres poderes de la Unión, el Legislativo.

Además, surge ahora como uno de los adalides del nuevo grupo que está tomando el poder, de un partido cuyo guía, que ha llegado a ser calificado de “Mesías tropical”, impulsa una Constitución moral porque quiere adecentar el país y a los políticos y hombres en el poder para que se porten bien, para que nos portemos bien. Mjú.

La crítica es obligada porque Muñoz Ledo representa al grupo de poder por el que votó casi todo México el pasado 1 de julio con la esperanza de que las cosas, el comportamiento de los políticos y gobernantes, ahora sí, en serio, va a cambiar. El video nos hace dudar que así será.

 

 

 

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