Lo vi y lo escuché ayer en “Despierta” antes del resumen informativo de las 7:30 de la mañana. Respondía a las preguntas tanto de Carlos Loret de Mola (transmitía desde Washington) como de Ana Francisca Vega.
Jesús Ramírez, quien será el titular del área de Comunicación Social del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dijo que “es muy importante” que haya una buena relación entre el gobierno y la prensa.
“Hay que superar las situaciones históricas entre la prensa y el poder. Hemos pasado de la perversa relación del premio y el castigo: si te portas bien, si das buena imagen al gobierno, hay recursos, y si no, te castigan, te censuran y hasta te persiguen. Creo que eso se va a acabar. La idea es transparentar las relaciones y mantener relaciones de plena libertad de expresión y de respeto a la pluralidad y al derecho a disentir”.
Dan ganas de creerle pero mejor esperaré a ver que así sea para reconocerlo, pues mientras que él dice una cosa, en Veracruz autoridades municipales surgidas de Morena, su partido, como las de Poza Rica y Coatzacoalcos, utilizan a francotiradores de las redes sociales para denostar a compañeros que denuncian deficiencias o malas decisiones de esas administraciones, o bien tratan de obstaculizar su labor, una práctica común de priistas y panistas y que se pensó que no se repetiría con ellos.
La relación entre la prensa y el gobierno nunca ha sido fácil; nunca para la prensa independiente, no complaciente, e incluso, como ahora lo proclama Donald Trump en Estados Unidos, se le ha llegado a ver, se le llega a ver como enemiga de los hombres del poder político.
Nada más lejos de la verdad. No en el caso de la prensa profesional que no se queda solo con la versión oficial sino que trata de comprobar si lo que se dice es cierto y para ello indaga, investiga, siempre con el afán de servir a los intereses de la sociedad, de sus lectores.
Con la megalomanía que luego caracteriza a los gobernantes, no solo se sienten infalibles y dueños de la verdad, sino que no toleran la crítica cuando se equivocan o están haciendo mal las cosas.
Dos sátrapas que padeció México, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo (Jolopo), molestos por la crítica periodística que encabezó Julio Scherer, primero lograron que lo expulsaran de la Dirección de Excélsior y luego le bloquearon la contratación de publicidad oficial llegando al grado de presionar a los empresarios del país para que no se anunciaran ni en Excelsior ni luego en Proceso.
En su locura de poder, incluso Jolopo acuñó una frase llena de cinismo: no pago para que me peguen, esto es, su gobierno no otorgaba publicidad para que lo criticaran, olvidándose que los recursos eran públicos, no de su bolsa, y que los contribuyentes tenían derecho a saber la verdad y para ello pagaban sus impuestos.
Pese a lo anterior, ambas calamidades están en el panteón político con muy malos recuerdos mientras que con el paso del tiempo la figura de Scherer se agiganta y Proceso goza de cabal salud y continúa haciendo crítica. No lograron ahogarlo, ni ahora el gobierno de Enrique Peña Nieto que continuó con las represalias.
Como candidato y ya como gobernador electo, Cuitláhuac García ha expresado su respeto a la libertad de expresión e incluso ha presumido que nunca ha hecho uso de su derecho a la réplica ante la crítica, lo cual es cierto y se desea que ese respeto se mantenga, aunque no veo por qué no tenga que pedir las aclaraciones cuando las considere necesarias.
En Veracruz no hemos estado exentos de las represalias de los gobernadores contra quienes critican sus errores, sus excesos, sus corruptelas, su abuso del poder, contra quienes no se han plegado a la línea editorial que les han querido imponer.
Por el centralismo que con Andrés Manuel López Obrador está recobrando fuerza, se esperaría que el futuro nuevo gobierno de Veracruz inaugure una nueva etapa en su relación con la prensa, que incluso impulse la prensa profesional, la crítica, la de investigación, la analítica, otorgándole publicidad para que pueda tener recursos y hacer cada vez más un mejor periodismo que proyecte a Veracruz hacia estadios que ya han alcanzado las sociedades altamente desarrolladas.
Por esa perversa relación gobierno-prensa que crearon algunos gobernantes, Fidel Herrera Beltrán sobre todo, hay quienes hoy con un muy pobre criterio piensan que el otorgamiento de publicidad necesariamente constituye un acto de corrupción, cuando, por ejemplo en Europa hay legislación (Ernesto Villanueva ha escrito sobre el tema) para que se otorgue publicidad o subsidio a un determinado tipo de prensa que presta un valioso servicio a su comunidad pero que no tiene medios para subsistir por sí sola.
Ahora sí, hagamos votos porque el gobierno de Cuitláhuac García nos resulte una grata sorpresa en su relación con los medios, en especial con la prensa crítica, pero que también frene las agresiones de los ayuntamientos gobernados por sus correligionarios contra la prensa crítica, lo que ya está causando un gran desencanto contra Morena, cuando se tenía la esperanza de que las cosas cambiarían.
La ausencia de dos alcaldes
Estuvo el domingo en la huasteca veracruzana, en Pueblo Viejo municipio colindante con Tampico, el gobernador electo Cuitláhuac García, para reunirse con los alcaldes de la zona norte del Estado.
Me llamó la atención que en las fotografías del acto no aparecen los alcaldes de Pánuco ni de Tantoyuca, Fernando Molina Hernández y Armando Guzmán Avilés, respectivamente, y en el boletín de prensa tampoco se les mencionó.
¿A qué se debió su ausencia? ¿Los invitaron y no fueron? ¿No los invitaron? Ambos son expresión de los cacicazgos panistas que ejercen las familias García Guzmán-Escalante y Guzmán Avilés, muy allegadas al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Aparte sus diferencias políticas, de entrada es preocupante que se les haya marginado o que se hayan marginado, porque finalmente quienes pagarán las consecuencias de una postura de alejamiento o de confrontación serán los habitantes de ambos municipios, que nada tienen que ver con los pleitos políticos de sus autoridades.
Creo que los alcaldes mencionados debieran buscar un acercamiento con el futuro nuevo gobernador, agotar todas las posibilidades para una reunión y sentar las bases para un entendimiento institucional, que eso sería actuar con responsabilidad, porque seguramente del nuevo gobierno no los van a ir a buscar.
¿Enfriaron a propósito a los dos alcaldes? ¿Es el adelanto de que el nuevo gobierno del estado buscará combatir los cacicazgos del norte? ¿Se les castigará por su plena identificación y apoyo al gobierno yunista y al hijo de su titular, el candidato panista a la gubernatura en el pasado proceso electoral?
Exitosa presentación de documental
Con mucho éxito se presentó anoche el documental Las Cuatro Virtudes Cardinales: vida y obra de Rubén Pabello Rojas, en el Ágora de la Ciudad de Xalapa. El acto tuvo lleno total. Entre otros, en el presídium estuvieron el propio homenajeado, la periodista y promotora cultural Sonia García, el Subsecretario de Desarrollo Educativo, Uriel Flores Aguayo, el Cronista de Xalapa, Vicente Espino Jara, y el rector de la Universidad de Xalapa, Carlos García Méndez. El documental, dirigido por Sonia y Sac-Nicté García, fue grabado en escenarios de la capital veracruzana y de la Ciudad de México principalmente, pero también de Madrid, Granada y Barcelona, y refleja el camino andando por su protagonista en distintos ámbitos de la vida pública de Veracruz y México.